Capítulo 15: Frustración

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El sol brillaba como nunca en aquella isla, los terrores terribles volando como pájaros, una pequeña brisa el clima se encontraba perfecto, pero el jefe no tanto, al salir de su casa se topó con una escenita no muy buena para sus sentimientos y puede que ahora se encuentre de mal humor leía algunas cartas de islas cercanas, o sobre algunos intercambios que quisieran hacer con Berk, incluso la compra de dragones, Hiccup volvió a entrar en un colapso y con mucho estrés, así que decidió salir, supuso que era la hora de almorzar, en el camino se encontró con su madre quién ahora lo acompañaba.

—¿Sucedió algo?—preguntó la madre en el instante que tomaron asiento.

—No, nada.—contestó serio el ojiverde mientras empezaba a comer.

—Hablaremos después del almuerzo, sé que tienes que charlar conmigo.—comentó seria también.

—Como digas.—comentó el castaño.

La madre y el hijo se encaminaban a comer, pues el estómago de la femenina rugía desde hace ratos. La madre quiso empezar a deducir que le sucedía a su hijo, observo a los lados para afirmar si encontraba a aquella chica de cabello rubio que tanto le encantaba a su hijo. Al verla, chocó miradas con ella y está le dio una sonrisa, pero, con nerviosismo en ella, Valka ignoró el nerviosismo y le sonrió con una de sus sonrisas cálidas.

Luego al terminar de comer Hiccup y Valka fueron a caminar, primero la familia y luego los negocios.

—Ahora cuéntame, ¿Cómo te fue hijo?—preguntó la castaña.

—Muy bien, bien, excelete.—contestó con "emoción" él chico.

—Algo no calza Hipo, ¿Qué fue lo que sucedió?—preguntó de nuevo Valka.

—Bueno...—

—¿Tiene que ver con Astrid?—

—Mamá, ¿Eres adivina o qué?—preguntó Hiccup.

—Sí tiene que ver con ella.—

—Ya no me casaré con Astrid, bueno, ya Astrid ni yo somos nada.—

Valka se sorprendió.

—Oh...—ella tragó grueso.—¿Puedo saber el motivo?—

—Yo no cumplía sus expectativas de hombre perfecto por así decirlo.—

—Ya veo.—contestó Valka.—Pero Hipo...—

—Mamá no me voy a deprimir por algo así.—respondió Hiccup.

—Puede que haya alguien más.—

—Sí pero en la vida de ella.—respondió entre dientes Hiccup.

—¿Cómo sucedió?—

—Brutacio me mostró una carta de Eret hacía ella.—

—Oh, con Eret.—dijo ella.

—Ella dijo que yo no era él tipo de hombre que ella quería, ya sabes fuerte, valiente, con un carácter fuerte.—

—Te refieres a un físico mejor.—

—Exacto.—contestó el castaño.—Y yo no tengo eso.—

—Hipo, eso no te define. Él puede tener muchas cosas buenas, pero a su manera.—dijo Valka.—Pero tú también. Y si ella no lo puede ver, no es tú culpa, ahí muchos dragones en el área.—

—No lo sé mamá, Astrid estuvo en mí vida por cinco años.—decía el castaño.

—Sé que es difícil para ti hijo.—

—Sí mamá.—dijo el castaño.—Pero mejor me centró en Berk.—

—¿Evitarás el amor?—

—No lo sé mamá.—

—Hiccup, eso no es sano.—

—Por el momento sí lo es, fin mamá. Todo me tiene estresado.—

La madre al ver que no haría a su hijo cambiar de opinión decidió darle su espacio.

—Solo debes organizarte bien Hipo, es todo. Estaré ayudando a Bocón, si me necesitas, ahí estaré.—

—Está bien.—

Minutos después llegó el mejor amigo de Hiccup, sí, Chimuelo.

—Hola amigo.—Hiccup lo miró.

Aquel chico decidió sentarse un rato y observar el panorama, decidió empezar a analizar la situación que estaba atravesando. Y pues, decidió desahogarse.
Por otro lado, la figura materna del jefe se encontraba caminando por el lugar, y justamente se encontró con la rubia, con la que quería hablar.

—Hey, Astrid.—le llamó.

La chica se tensó y se volteó.

—Sra.Haddock, que sorpresa, hola.—respondió ella.

—¿Podemos hablar?—preguntó la castaña.

—Amm, seguro.—dicho esto empezó a caminar con Valka.

—Bueno.—

—Supongo, que ya se dio cuenta.—

—Sí, ¿Cómo te sientes respecto a eso?—

—Un poco mal.—

—¿Por qué?—

—Disculpe, pero, ¿No es obvio?—Astrid arqueó una ceja —Herí los sentimientos de su hijo.—

—Pero fuiste sincera.—recalcó Valka.

—Pero él se sintió mal, en el momento, lo noté en sus ojos, conozco a Hipo.—

—De alguna manera hiciste lo correcto.—

—¿Usted cree?—

—Claro, no seguiste con la mentira, o ilusionandolo.—respondió la castaña.

—Sé que existe alguien que vaya a amar mucho a Hiccup...—

—Yo también lo creo, Astrid.—

—Y lo siento por no ser lo que esperaba, pero no me sentía cómoda.—

—Astrid, no debes disculparte.—

—Claro que sí, uste...—

—Todos merecemos un lugar dónde nos sintamos bien, donde estemos cómodos en todos los aspectos, donde sea mutuo.—Valka le sonrió.

—Gracias Sra.Haddock.—sonrió un poco ella.

Un castaño las observaba de lejos, sí, había soltado una que otra lágrima luego de que su madre se marchará y se había desahogado con su mejor amigo.
Luego de uno segundo su madre lo miró y se dirigió hacía él.

—¿Cómo estás?—le preguntó.

—Mejor..—el castaño sonrió.

—Hablé con Astrid.—

—Eso estaba viendo.—contestó él.

—No estuvo mal lo que ella hizo, ¿Sabes?—

—Lo pudo decir más antes mamá.—

—Ella te dijo la verdad, Hic.—

—Pero no en el momento exacto.—

—Hipo, no seas duro, al menos ella lo habló.—

—Iré por ahí, ¿Sí?—

Hiccup no quería discutir, se sentía presionado, pero al mismo tiempo muy mal, besó la frente de su madre y montó a su amigo quién alzó vuelo a otra isla lejana.
Media hora después se encontraban en otra isla.

—Veamos...—Hiccup sacó su mapa mirando dónde nunca fue.—Creo saber ya dónde iremos amigo.

Dicho esto guardó su mapa miró la dirección a la que debía ir y acordó con su amigo él camino para marcharse.

¿Saben?, Huele a Dunbroch :)

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