Like The First Time [Mericcup]

Capítulo 29: Bayas

Después de unos días atareados en Berk por fin se sentía una calma en el ambiente, así también se sentía la pronta ida de Merida, quien había estado algo confundida los desde los días anteriores respecto al tema de Hiccup. No habían sido muchos los días en que le había visto, pero la interacción y lo atractivo que le era Hiccup a ella daba mucho de que hablar, y tal vez ambos hacían pequeños acercamientos que ninguno captaba esas acciones.
Ahora ambos iban a recolectar bayas, una de las actividades que Merida disfrutaba hacer.

— Ví mi vida pasar frente a mis ojos Hiccup, por segunda vez. —hablaba con mucha energía la pelirroja.

— Es parte de ser un vikingo. —respondia con tranquilidad el castaño mientras se acercaba a otro arbusto.— Desde muy pequeño estoy acostumbrado a estos saqueos, además agradece que ahora nos llevamos con los dragones. —

— No puedo imaginar cómo fuese si no lo hicieran. —Merida tomó una baya y se la lanzó a Chimuelo quien la atrapó con su boca.— Berk es muy acogedor, fue un viaje muy bonito. —

— Disculpa lo que sucedió, no creeríamos que alguien fuera a causar problemas. —

— No te preocupes. —le dirigió la mirada.— Se que no fue intencionalmente, además que lo que pasó en Berk se queda en Berk, mí madre es capaz de asesinarte si se entera de que estuve al borde de la muerte. —Hiccup asintió con un semblante entre miedo y serio.— Pero no se enterará, así que todos tranquilos. —sonrió pero el ruido entre los arbustos le distrajo así que su mirada fue dirigida hacia donde venía el sonido.— Y creo que nos quedamos sin bayas. —

Tanto Hiccup como Chimuelo se acercaron cuidadosamente al notar que unos pequeños Terribles Terror se comían las bayas del último arbusto, ante esto Chimuelo bufó causando que estos le miraran y este les dirigió una mirada ordenandoles que se retiraran.

— En casa hay más, te puedo dar de esas. —Hiccup colocó su mano en el hombro de ella.— Por ello no te preocupes, aún falta ir a pescar. —

Merida le miró y sonrió, y este ya le estaba sonriendo, así que reunió algo de valor para confesarse.

— Hiccup yo quería com... —pero para su desgracia Merida fue interrumpida por el aterrizaje de Tormenta junto a Astrid.

— Lo siento por interrumpir, Hiccup los mercaderes está en Berk, necesitan hablar contigo. —

Hiccup asintió.— En un momento voy, ¿Qué decías? —miró de nuevo a Merida.

— Olvídalo, no es tan importante ve que te están esperando. —Merida le sonrió y le empujó hacia Chimuelo.

— ¿Segu..? —

— Ve, Hiccup. —le respondió como su madre.

—Te veo más tarde entonces. —dicho esto Chimuelo empezó su corto vuelo hacia Berk.

— ¿Interrumpí algo? —preguntó la rubia en un tono de preocupación acercándose a Merida pero está negó con su cabeza.— ¿Estás segura?—

— Claro, ¿Por qué no lo iba a estar?, Solo estábamos recogiendo bayas, no hay nada malo en recoger bayas los dos solos. —

Astrid se cruzó de brazos y la miró con una sonrisa curiosa.

— Si no hubiera algo sospechoso, ¿Por qué me das explicaciones como si algo estuviese pasando? —arqueó una ceja divertida.

— Porque haces preguntas que me ponen nerviosa, así que por eso doy explicaciones. —Merida tomó la canasta y tomó asiento en un tronco que Chimuelo les había acercado anteriormente.

— Entonces Hiccup no te ha dicho nada. —preguntó decepcionada la rubia mientras se acercaba.

— ¿Acerca de..? —Merida tomaba una baya y la ponía en su boca.