—Merida levántate.—recitaba la madre de la peliroja adentrándose a la habitación.
—¡Agh mamá!—dijo la de rulos volteandose y tapándose con su sábana.
—Una princesa se levanta con el sol, querida.—le dijo su madre corriendo su cortina y dejando que el sol entrará.
—Mamá es muy temprano.—se quejaba Merida mientas frotaba sus ojos.
—Recuerda que hoy empezará tú viaje, Merida.—le recordó su madre.
—¡El viaje! ¡Sí!—dijo la pelirroja levantándose tan rápido que su cabello tapaba todo su rostro.
—Se van a medio día, sé rápida querida.—dijo saliendo su madre.
Merida se levantaba rápidamente de su cama, pues el hecho de salir del castillo y no tener que comportarse con modales en las afueras le alegraba a pesar de tener que ser la líder, al menos, no estaba su madre levantándola con él sol, no madre no permitiéndole armas en la mesa, no madre haciéndole tocar instrumentos o aprendiendo alguna poesía, no instrucciones para ella, ella ponía sus propias instrucciones.
La pelirroja salía de su baño y se colocaba su vestido para bajar, su equipaje ya se lo habían llevado, pues era simplemente de explorar por sí misma, o eso creía ella.—¡Buenos días familia!—dijo muy alegre al adentrarse al comedor.
—Buenos días querida.—dijo Fergus mirando a su hija sentarse.—¿A qué se debe tú felicidad?
—No lo sé, sólo desperté así.—respondió la pelirroja con una sonrisa en su rostro.
—Merida, sólo será una semana.—le dijo su madre mientras leía unos papeles.
—¿¡Qué!?, ¿¡Por qué!?—reclamó la peliroja exaltada.
—Merida, una princesa no alza la voz, mucho menos en la mesa.—dicho ésto Elinor se aclaró la garganta.—Cerca aún hay territorios de vikingos, aún no sabemos sí sus clanes siguen atacando.
—¿Atacando?—preguntó la pelirroja.
—En ese tiempo aún no nacías.—respondió Elinor.
—Los vikingos nos atacaron desde él mar, tú ni habías nacido.—contaba Fergus mientras comía.—Provenian de.. De, ¿Cariño, recuerdas el nombre de su Isla?—
—Berk.—respondió seca Elinor.
—¿Berk?, ¿No era parte de Dumbroch?—preguntaba confundida la de rulos.
—Hace mucho tiempo, querían obtener más terreno, pero al final se rindieron.—Fergus se encogió de hombros.
—¿Por qué nadie me había dicho eso?—preguntaba de nuevo Merida mientras tomaba una manzana.
—No es de importancia ocurrió hace mucho tiempo.—se encogió de hombros de nuevo para seguir disfrutando de su comida.
Horas después se encontraban en el muelle, despidiéndose de Merida, la mayoría del pueblo de Dumbroch la despedia con su mano en alto, esperando a que emprendieran su viaje a nuevas tierras.
Josh Macintosh, acompañaba a la joven, ya que era bueno con su espada, pero aún así debía someterse a las órdenes de la princesa, ella era la encargada de llevar a todos sanos y regresarlos sanos.—Cuidate mucho querida.—Elinor besaba la frente de su hija pues ante el incidente pasado, ahora eran más afectuosas y cercanas.
—Cuiden Dumbroch.—Merida sonrió y terminó de abrazar a su madre.
—Oh cariño, te extrañaré, mi niña está creciendo.—exclamó Fergus yendo a abrazar a su hija y con un toque de melancolía en su voz.
—Papá, no es para tanto..—dijo la pelirroja entre dientes.
—Oh tan sólo ayer tenías cinco años.—dijo Fergus queriendo ya llorar.
—Amm, papá, no es momento.—dijo está abrazándolo.
—Ven querido.—dijo Elinor tratando de quitárselo a Merida.
Merida besó la mejilla de su padre y se acercó al barco para subir a él pero, notó que antes que ella subía Josh, e inmediatamente miró a su madre desentendida, ya que no estaba enterada.
Elinor por su parte le guiño a su hija y está sólo rodó sus ojos y subió al barco.—¡Adiós!—mencionaban los que iban en los barcos, algunos lloraban, lanzaban besos a sus esposas, o sólo movían sus manos.
Merida movió su mano, pero le emocionaba más lo que iba a descubrir afuera, que había más allá del bosque que conocía, a pesar que sólo fuera un viaje para descubrir alimentos y plantas nuevas, ella moría por investigar por las noches.
El barco empezó a alejarse del muelle, haciéndose cada vez más pequeño de la lejanía que había entre aquel pueblo hacia todo el mar que habían navegado y faltaba por navegar.—¿Qué te trae por aquí Macintosh?—preguntó Merida acercándose.
—Ya sabes, una princesa tiene que tener a un príncipe que la salve de los apuros y peligros que puedan presentar allá.—respondió éste sacando su espada y haciendo maniobras.
—Agh, genial.—susurró la pelirroja.
—¿Dijiste algo?—preguntó el mirándose al reflejo de su espada.
—No, nada.—respondió está alejándose.
Horas después ya estaban cerca de su destino y Merida decidió reunir a todos los que venían con ella, las primeras instrucciones estaban por llegar.
Ya todos reunidos y mirándola ella habló.—Hola.—la chica se retractó luego de saludar de esa manera.—Bueno, cómo pueden notarlo ya estamos llegando a nuestro destino, en el momento que pisemos esas tierras, lo primero que haremos será colocar nuestras tiendas de campaña y hacer una fogata, mañana empezaremos a recolectar lo pedido, y por favor, no me llamen Princesa, llámenme Merida. Cerca de dónde acamparemos hay un río, ahí podremos pescar, comer e higienizarnos, eso es todo.—Merida sonrió.
Tocaron con la Isla, del barco empezaron a bajar los acompañantes, cuando Merida le tocó bajar, miró su caballo, Angus, ya lo habían traído, al acercarse lo acarició y lo llevó con ella.
Tras ella iban oficiales, pues no era bueno que la princesa fuera a sola, sin protección.
Al llegar empezaron a colocar todo bien.—Pero puedo hacerlo yo sola.—dijo la pelirroja queriendo armar su tienda de campaña.
—Ordenes de la reina, princesa.—respondió uno de los oficiales, mientras armaba la tienda de campaña de está.
Aburrida la de rulos miró a su alrededor, era lindo y relajador, silencioso. Árboles altos, alguno que otro pequeño, arbustos, rocas muy grandes, se podía escuchar un poco el eco de la corriente del río, pájaros y según ella pasaban águilas por ahí.
—Princ.. Merida, ya acabamos.—se acercó un pueblerino a ella.
—En ese caso, pues tomen lo que sobre de la tarde libre.—sonrió ella.
—Muchas gracias princesa.—el chico hizo una reverencia.—He digo, Merida.—nervioso de retiro.
Merida sólo soltó una sonrisa y suspiró relajada.
Sería una larga semana.Holaaaaaaaaaa
Bueno, me emocionaba subir está historia, dejen su estrellita y comenten.
¡Gracias por leer, hasta la próxima!
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Like The First Time [Mericcup]
Hayran Kurgu"Isla vacía", es lo que piensa Merida, ¿Por qué no explorar en ella? La princesa de DunBroch emprendiendo su primer viaje a una nueva isla, despreocupada por lo que se iba a encontrar allí Hiccup después de aquel acontecimiento con Drago decidido e...