Capitulo 12: ¿Eret y Astrid?

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—¡BUENOS DÍAS A LA ORILLA DEL DRAGÓN!—decía Brutacio.—Somos Brutacio y Brutilda leyendo los correos del Terrible Terror, ¡En la mañana!—

—¿De nuevo?—exclamaba Patán pasando su mano por su rostro.

—¿Qué hay de nuevo?—preguntaba Astrid mientras estaba sentada.

—A ver...—decía Brutilda abriendo una de las cartas.—Es de Berk, Bocón se queja de que Hiccup no ha llegado.—

—La siguiente es de Heather a Patapez.—hablaba Brutacio.

—Uhhh.—dijo Astrid.

—Me encuentro con Dagur ayudando a reconstruir unos hogares de... Blah, blah, blah.—Brutacio buscaba la parte importante.—Pronto viajaré a Berk, espero verlos ahí, ¡Será todo un placer para mí!—hablaba éste intentando imitar a la mencionada.—Con cariño, Heather.—

—Awww.—decía Astrid.

—Ugh.—comentaba Patán.

—En fin, ¡Siguiente!—comentó Brutilda.

Mientras Brutilda abría la siguiente carta, Brutacio buscaba la carta que leería ahora, lo interesante era que iba directamente a Astrid, de Eret.
Él chico no quería sospechar pero anteriormente también había encontrado dos así y también había encontrado a Astrid leyéndolas con una sonrisa muy amplia en su rostro, así que su instinto de buen amigo se activo dándole la idea de que no leyera la carta y se la entregara a su amigo quién ahorita no se encontraba presente.
Pasado unos quince minutos aproximadamente, las cartas se terminaron y todos se encontraban descansando.

—Brutacio.—Astrid se le acercó.—De casualidad, ¿No había una carta que venía de Berk para mí?—

—¿Ah?—hablo el desentendido.—No, no.—

—¿Y de Eret?—

—No, nada.—mintió el rubio.

Astrid lo observó por un momento y luego se marchó diciendo algo que al parecer él no escuchó.
Por su parte Hiccup se encontraba pescando con su amigo, había decidido que su día iba a ser exclusivamente para Chimuelo y él.

—Entonces amigo.—aclaraba el castaño.—Intentaremos buscar por... Ese lugar.—señalo en su mapa.—A ver si encontramos otro furia nocturna, sé que debe haber uno allá afuera.—

Chimuelo simplemente lo miraba atento.

—O probablemente, nos quedemos en Berk.—

Chimuelo gruñó.

—Okay, okay.—Hiccup alzó sus brazos en señal de rendición.

—¡¡Hipooooo!!—se escuchaba la voz de Brutacio a lo lejos.

—Creo que estoy delirando.—decía el ojiverde.—Estoy escuchando a Brutacio.—

—¡HIPOO!—el grito se escuchaba más cerca.

Hiccup miró a Chimuelo y éste se tapaba las orejas.

—No, creo que no estoy delirando.—

—¡Hipo!—se escuchó ya cerca.

El castaño sólo se volteó y miró al chico.

—Brutacio, ¿Qué haces aquí?—

—Espera.—él rubio decidió tomar aire.—Tengo algo para ti.

—¿Para mí?—Hiccup arqueó una ceja.

—Aquí está.—el rubio le extendió la carta.

Hiccup muy confundido la tomó y miró a quién estaba dirigida.

Like The First Time [Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora