Oh Mabel Pines ¿O Caperucita roja? (Parte 2)

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-¡Hey! -me sobresalté, voltee con temor mientras mis piernas empezaban a flaquear- ¿Que rayos haces niña?

El no se acercó ni yo me alejé, no estabamos cerca de todos modos. Aclaré mi garganta para hablar.

-M... Mi nombre es Mabel P... Pines -dije tartamudeando- necesito... su ayuda.

El levantó una ceja, como sino se esperaba eso.

-Olvidalo capa roja, puedes irte pierdes el tiempo -se acercó sacando unas llaves grandes de su bolsillo para abrir la puerta, retrocedí.

-En serio necesito su ayuda señor Cipher -el agarró la manejilla de la puerta mientras la abría, solo un poco.

-Vaya, mi nombre es popular hasta ahora -se volteo con una sonrisa burlona- dime ¿Qué historias han inventado ahora?

No tenía tiempo para contarle historias, de seguro el lobo me comerá sin rodeos cuando me encuentre ya que no estoy tan lejos. Lo miré fijamente, sus ojos son raremente lindos, un colo ámbar que recién conozco.

-Señor Cipher, un lobo quiere comerme -el cambio su expresión a una neutra- ya sabe mi olor y de seguro no tardará en encontrarme, por favor, le pido su ayuda.

-¿En qué quieres que te ayude? -ladeó la cabeza.

-En matarlo -dije sin más.

El se sorprendió para después sonreir. En esos un ruido algo cercano de pisadas se escuchaba. Mi cuerpo empezó a temblar bruscamente.

-Por... favor -mis ojos empezaron a humedecerse.

-¿Qué me darás a cambio? -me miraba esta vez con seriedad.

-No se no se -el ruido se hacia más cercano- mi... mi capa roja.

-¿Qué? ¿De qué va a servir eso?

-Podras ir al pueblo con normalidad cuando desees, ya no te excluirán dado a que me salvaste, eso será la prueba -le agarré los brazos en forma de suplica- por favor...

El me miró con seriedad, el ruido ya no era para nada lejano, los arbustos cercanos de movían. Yo volteé con miedo, pero fui atraída dentro de la cabaña en un movimiento brusco. La puerta se cerró.

-Esta bien, es un trato -dijo en un susurro cerca a mi oreja, me estremecí por impulso.

El se alejó para caminar cerca a la chimenea y dejar su hacha a un lado. Había una mesa cerca a un horno y taburetes de madera. Había un sillón de pieles y alfombras de igual material. Una puerta más que deducí como el baño o habitación. El se acercó a un lavabo que se encontraba cerca al horno para lavar al ave y despellejarla. No quise ver eso.

Caminé para sentarme en el sillón, todo era silencio menos los movimientos que el hacia despellejando al ave. El era soltero y no tan adulto ¿Unos 25 o 23 años? Y yo no era tan niña aunque lo aparentaba, unos 13 años bien cumplidos. Bajé la mirada al recordar lo que me dijo mi madre hace unos meses.

"Ya eres una adolescente... necesito decirte algo que siempre te he ocultado. Tu no ibas a ser hija única. Tenías un mellizo pero este... falleció en mi parto. Mabel... lo siento tanto, por no darte a un hermano que te protegiera..."

Apreté el agarre en la falda de mi vestido rojo con volantes blancos. En eso escuchó a Bill.

-Cenarás un Búho, no te quejes -metió el ave al horno- hace rato estabas hablando sin parar y ahora solo te quedas callada, que cambio.

Lo miré en silencio, era muy lindo para ser soltero. ¿Cuál fue la razón por la que el se fue del pueblo? Me levanté del sillón para ver la ventana, estaba anocheciendo.

one shot -- MABILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora