one shot -- MABILL

Un día de aburrimiento

Era un día caluroso de verano, Mabel Pines y su pareja, el temible Bill Cipher, se encontraban viendo television en la sala de la cabaña del misterio. De pronto llega el hermano gemelo de la castaña, quién miraba a la pareja con seriedad mientras se acomodaba la mochila.

-¿que tanto miran? -les preguntó con curiosidad- ¿me oyen?

-¿Me escuchan? -sonrió la castaña.

-me sienten~ -dijo con voz de diva el rubio.

-dejense de tonterías, hablo enserio -se quejó el joven- como sea, el tío Stan salió a comprar cosas junto a Soos, el tío Ford y yo saldremos a conseguir muestra de plantas exóticas cerca de aquí, volveremos en media hora a más, no hagan desastres.

-la mamá Pino siempre tan preocupada -bufó con burla- no prometo nada, esta cabaña tiene suerte de ser resistente.

-agh, Mabel, solo vigílalo -abrió la puerta de la cabaña para salir de esta.

-esto se tornó aburrido, estrella fugaz, ¿No quieres hacer algo un poco menos vago y más divertido? -sonrió

-pero Teresa acaba de conseguir desmentir todo lo que se inventó Maricielo en la fiesta pasada -hizo un puchero- esta bien, aguafiestas ¿Qué quieres hacer?

-...¿Que tal convertir a tu cerdo en un pato por un día y que participe en un competencia de mascotas extrañas? Al final de la competencia, puedes desear lo que quieras al ultimo lugar, te propongo asesinarlo en frente del dueño -sonrió con malicia.

-No, y nunca asesinaría ningún animal -le miró con seriedad, con dos años de pareja, se había acostumbrado de las rarezas que el demonio proponía.

-mm ¿Y si hacemos un juego de apuestas? -miró pensativo a la castaña.

-eso si es una buena idea, no suena nada mal -sonrió con interés- ¿Como se juega y cuales son las reglas?

-son simples, Estrellita. Primero, puedes afirmar algo o apoyar algo, poniendo algo de tu propiedad a cambio, el contricante hace lo mismo, y solo prueban para a ver quién gana, el que lo logra, se lleva lo del perdedor, ¡Fácil! -sonrió

-mm, suena complicado, no en las reglas, sino en la forma de ganar -miró con sospecha al rubio- promete que no harás trampa, no leerás mentes y ni tendrás visión futura.

-lo prometo, además eso le quitaría lo divertido -sonrió mientras señalaba la mesa- ¿Nos sentamos? Esto será interesante.

El demonio y la castaña se sentaron frente a frente en la mesa, sus mirabas expresaban las ansias de ganar.

-empiezo yo, para que entiendas -invocó una caja con un candado, era pequeña- apuesto esta caja a que no puedes gritar a este conejito que estoy a punto de invocar- chasqueó los dedos, era un conejito super tierno- tienes que ser cruel, haslo sentir mal.

-...yo -miró al conejito- apuesto...eh...a que si puedo.

-no estrella fugaz, tienes que apostar algo.

-eh...¡apuesto mi sueter a que si puedo!- el demonio sonrió, esto se volvería mucha más interesante.

-bien, te observo- la castaña se levantó del asiento y miró al conejito, quién le miraba con confución.

-¡Eres un...m-malvado conejo! -el conejo ladeó su cabeza- ¡¡Eres un enano tonto!!... ¡¡Nadie te q-quiere!! -el conejito bajó sus orejitas, la castaña empezó a sentirse fatal, no le gustaba dañar a criaturas inocentes- ¡¡Te...Te odio feo animal!!- el conejito retrocedió y con la mirada baja y lagrimosa empezó a dar cortos saltitos cerca a la castaña. Mabel se llenó de lágrimas y cargó al conejito y le dió un abrazo- lo siento...