Fin del amor

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-¿Que opinas de esta película? -dijo una animada castaña.

-Me parece bien, me gusta su sipnosis -dijo un castaño parecido a la chica mientras leía el estuche de la película.

-Intrigante -susurró una chica asiática entrecerrando los ojos.

-Mientras haya chicos lindos, la cosa se pone buena -mencionó con una voz un poco más gruesa la joven robusta con una sonrisa.

-Solo pongan la película -desvió la mirada la rubia mientras comía una galleta.

-¡Hola humanos con poco cerebro! A excepción de mi estrellita -la castaña río- ¿Me extrañaron? Admitanlo, me extrañaron -dijo entrando sorpresivamente a la cabaña un rubio con vestimenta elegante, logrando así sobresaltar a los presentes.

-Agg, ya vino el agufiestas, largo de aquí, nadie te invitó Cipher -dijo amargamente el castaño.

-Hola Bill -una sonrisa apareció en el rostro de Mabel, le alegró que su amigo apareciera de nuevo.

Los demás presentes se quedaron en silencio, estaban esperando el momento en que se fuera para seguir con su reunión. El rubio se acercó a la castaña sin borrar su sonrisa.

-Tranquilos engendros, vengo para llevarme a estrella fugaz -dijo con una expresión de inocencia- así que hola y adiós -agarró de la muñeca a Mabel mientras era llevada hasta la puerta principal de la cabaña por el rubio.

-¡Hey!... ¡No!... ¡Bill! -dijo dando grandes pisadas la castaña al no controlar muy bien que digamos la piernas por el agarre del rubio.

-¡Suelta a mi hermana, iluminati! -dicho eso último, el castaño escuchó el portazo en la cabaña del misterio.

La luna brillaba esa noche, las estrellas acompañaban el oscuro cielo infinito. Mabel observaba a cierto rubio que sobresalía de ese mar tan hermoso, al menos su cabellera dorada captaba su atención. Ya eran varias veces que la alejaba de su compañía para decirle algo tonto.

-Espero una buena razón por haberme echo dejar a mis amigos y hermano ahí dentro con una película esperandome -cruzó los brazos algo molesta por la visita tan repentina del demonio de los sueños.

-Te aseguro que es muy importante, y esta vez ya no ocultaré más, es mucho el tiempo que nos conocemos Pines, muchas cosas han ocurrido, malas y buenas, has conocido a... mucha gente como yo he cambiado, y... -se revolvió el cabello con nerviosismo.

-¿A qué quieres llegar? -dijo con una ceja levantada la castaña, muy confundida

-Que yo... bueno a mi tu... Mabel tu -cerró la boca con rapidez- ...tu cabello ha crecido ¡Genial

Con un tic en el ojo, la castaña se dio media vuelta y entró a la cabaña, dejando al rubio con la mirada perdida.

Otra vez falló, y lo peor es que dijo algo más tonto que la anterior vez.

-¡Mierda! ¡Otro intento fallido! -pateó una roca a un chico que cruzaba la calle.

-¡Oye idiota! ¡Más cuidado, demente! -gruñó el tipo siguiendo su camino.

El rubio desesperado, caminó a una ventana cercana, viendo tras de esta al grupo de jovenes viendo la pelicula con interés.

Tan hermosa era esa castaña, alegre y risueña, sus locuras congeniaban con las de él, ella era su complemento. Tan pura e inocente era ella ante el malvado y perverso que era él. Ella fue la única que lo perdonó de sus errores, porque ella vió algo en él _o eso dijo ella cuando él le preguntaba de vez en cuando_ la veía cambiar de humor como una marea de emociones, tan brillante y fugaz como tan nublada y triste, ella era así.

Y lo volvía loco.

Pateó otra roca antes de transformarse en un triángulo flotante de nuevo. Chasqueó los dedos y desapareció del lugar para aparecer en otro. Su mundo de pesadillas seguía siendo tan retorcido y oscuro como lo fue siempre, se escuchó una puerta abrirse tras él; nadie tenía permitido entrar a su habitación en la punta de la pirámide con excepción de su grupo de bestias que él llamaba amigos, pero solo se encontraba Bola 8, Dientes y Pyronica.

-Hola amo Bill, creímos que iba a demorar como de costumbre -dijo la bestia de dentadura como cuerpo

-¿Se le ofrece algo? Ya sabe, para calmar su mal humor -dijo el de ojos de billar.

-Nada que me puedan dar, largo -los demás se fueron, pero la súcubo rosa permaneció quieta en su sitio, con una mirada perversa- ¿No dije largo?

-Sé lo que deseas, mi amo -con pasos algo coquetos se acercaba y las llamas rosas empezaban a decorar su recorrido- estás muy tenso desde hace tiempo y ya no nos divertimos como antes. Ni me tocas, ni me miras, amo Bill ¿Qué puedo pensar?

-Alejate, eras un juego, ya eres libre de mi entretenimiento y ya no estoy interesado en ti -se sobó su "frente" el demonio triangular mientras hacía aparecer de la nada una copa con sangre.

Las brazos de la demonio rodearon su figura triangular mientras su lengua lamía uno de sus lados lentamente. El demonio amarillo cerró el ojo con algo de enfado, estaba listo para castigar a la súcubo cuando se quedó en shock al escuchar una voz muy conocida.

-Bill... dime ¿Por qué te alejas de mi? -volteó con rapidez el demonio de los sueños y vió a Mabel, con una mirada deprimida.

Todo su ser dio un revuelco, su interior empezaba a sentir la calidez que siempre siente cuando ella está cerca de él.

-Estrella fugaz... -intentaba guardar el autocontrol, su parte razonable le gritaba que por obvias razones ella no estaría en su mundo.

-Bill... acariciame, acercate, tocame -dijo la castaña mientras se sentaba en el sillón rojo de la habitación de Bill, mientras ella se acariciaba las piernas con insistencia- por favor... ya no agunato más... siempre te he amado, siempre te he deseado -su voz se volvía pesada.

-No... tu no eres ella -cerró de nuevo su ojo, si la seguía viendo no podría soportarlo más.

Como la amaba, la deseaba con toda su existencia. El pobre demonio empezaba a recordar cada momento con ella, cada frase, cada discusión, ¡De todo!

-Te prometo Bill... que no te voy a dejar nunca -el demonio abrió su ojo, esa súcubo disfrazada de la mujer que amaba estaba seduciendolo para caer en la trampa de la desesperación, de la angustia de saber que esa estrella fugaz brillaba para otro- yo soy... tuya.

Tanto dolor sentía ese demonio al ver que su amada besaba a otro con tanta pasión, con tanto amor que él nunca podría obtener de ella. Su sonrisa, su mirada, su piel, todo era de ese humano ¡Todo lo que él por tanto tiempo había anhelado!

Ya no podía más, si iba a caer en lo profundo de la perdición, lo haría dandole su amor a ella aunque esta no fuera real. Lo que él nunca logró decirle, se lo diría ahora y terminaría con esta tortura.

Mabel Pines era feliz con ese tipo, él también quería ser feliz. Pero para serlo acabaría lo que siente por esa humana de una vez por todas.

-Y yo soy tuyo estrella fugaz -acarició el rostro sonrojado de la ilusión- y te amo más que a nada en este mundo.

Y terminó con su amor no correspondido con un beso que nunca se dio.

Bueeeeno, ¡FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN! Mis amores, espero  que les haya gustado esta sad historia corta (no todo va a ser felicidad en el día del amor y la amistad) pero tal vez luego haga una cursi, lo pensaré.

Cuidense, byeeee ❤



one shot -- MABILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora