El amor duele

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El triángulo más temido por todos en el universo, más deseado por las súcubos de varias dimensiones, respetado por otros demonios, es humillado públicamente por una humana.

-¿Qué? -el demonio de los sueños Bill Cipher, en su forma humana sensualmente anhelado, se encontraba sorprendido ante lo dicho por la castaña.

-Dije que no quiero salir contigo -dijo con seriedad la castaña.

-¿Estás bromeando? ¿Acaso sabes cuantas féminas han deseado estar en tu lugar? -dijo el rubio aún sin creerselo- ¡Tendrías de todo Pines! ¡Dinero, fama, poder!

-No bromeo, solo no quiero estar con alguien como tú -lista para retirarse, fue retenida por el rubio.

-¿Alguien cómo yo? -dijo entre dientes- no puedes dejarme así -de reojo veía la gente sorprendida que perdía importancia, su interés era ella.

-Alguien que no vale la pena tan siquiera respirar el mismo aire que respira; menosprecias a los demás, rechazas -dijo con dolor en el pecho-, burlas y humillas a todos. Eres cruel y manipulador, ególatra jugador, no te importa nadie más que a ti y siempre será así, por eso nunca nadie te amará de verdad y solo estarán contigo por temor o por conveniencia -dicho eso la castaña se zafó de su agarre y se alejó de la escena dejando a Bill Cipher con la boca abierta y la mente echa un lío.

¿Qué?

¿Por qué otra vez esa humana haciendole sufrir así? ¿Acaso ella sabe lo que le costó decir esas palabras? ¿Lo que siempre le costó?

.

La mañana llegó a Gravity Falls. La visita de demonios era ya casi normal en el planeta tierra, coexistían por conveniencia. Las jovenes humanas se derreteían cuando los demonios usaban su cuerpo humano porque la mayoría de ellos eran irremediablemente hermosos; mientras más poderosos, más hermosos.

Y sin duda alguna Bill Cipher era el más hermoso de todos.

Mabel Pines lo sabía y lo supo desde el primer momento en que lo vio cruzar esa calle, desde ese día todo cambió para ella, pero no se rebajaría a ser utilizada como "un juego más" de Cipher. Ella sabía quién era él.

Se peinó el cabello achocolatado antes de ir a la universidad, su falda rosa a la cintura y su bibirí blanco con estampado de florcitas atraía la atención de algunos jóvenes. Ella también era hermosa y no era un demonio.

Pero un ramo de flores le detuvo su recorrido.

-Para ti -dijo el rubio con rosas en mano- aceptalas y aceptame.

La castaña sorprendida observaba el color rojo tan vivo de las rosas, pero su asombro se convirtió en molestia y dolor escondido al ver el inexpresivo rostro del demonio. Cerró los ojos ignorando su presencia y su comentario, y siguió su camino.

-¡Mabel Pines! -el rubio la siguió hasta colocarse en frente de ella impidiendo así su paso- ¿Qué puedo hacer para que me aceptes? Juro darte lo que quieras -dijo con algo de molestia en su voz.

Y ella lo notó.

-Alejarte de mi -dicho eso, continuó su camino, ella lo odiaba.

Y él lo notó.

Al verla entrar a su centro de estudio, tiró las rosas al suelo para poco después incinerarlas con sumo enojo.

-Maldita sea... ¿Qué rayos hago ahora? ¿Que más puedo hacer? -vio a una pareja pasar mientras se abrazaban, su mirada empezó a desviarse con un sentimiento oculto- no hay vuelta atrás.

Y así fue, los intentos de Cipher fueron: chocolates, serenatas, poemas, canciones, entre otras cosas cursis que cualquier humana aceptaría ¡Por todo el universo! ¡Ella era ese tipo de chica! La veía hablar con sus amigas inútiles sobre su amor perfecto, sus fantasías e idioteces imposibles de chicos que nunca existirían ¿Pero por qué él no podía ser uno de ellos?

La noche decoró el cielo, todos los estudiantes (y demonios parejas de algunos mortales) salían del edificio. Pero él la esperaba como todos los días en la puerta del lugar.

-Disculpe, oh gran Bill Cipher -dijo una chica de pelo rizado perfectamente cuidado- ¿Necesita compañía? -un sonrojo aparecío en su rostro.

one shot -- MABILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora