Capítulo 4.

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¿Cómo pude ser tan idiota?

¿Error?

No fue un error, había soñado e imaginado en mi cabeza miles de veces ese momento pero fue mucho mejor que en mis sueños, ese beso fue mágico no existía palabra exacta que puedan describirlo, todavía podía tocar mis labios y sentir los de Ethan sobre los míos. Lo esperé tanto que con una simple palabra había arruinado no solo el beso sino todo lo que me había planteado.

Ethan siempre fue la única figura masculina en la vida de mi hijo, él está con nosotros desde que Noah crecía dentro mío, fue él que con diecisiete años estuvo a mi lado sosteniendo mi mano el día que nació. Una vez había leído que padre no es el que lo engendra sino el que lo ama sin importar su sangre o los lazos que los unan, Ethan era su padre y yo lo sabía pero muchas veces mi cabeza me decía que no debía cargarlo con estas cosas, es joven y lleno de vida, podía armar su propia familia en un futuro pero lo que no me había dado cuenta que nosotros a nuestra loca manera somos una familia.

Esa tarde en donde todo cambió, fuí tan cobarde que huí lejos suyo para encerrarme en el baño y llorar de dolor y culpa. No quería que nada cambie entre nosotros pero sentía que lamentablemente algo lo había hecho, tenía mucho miedo de enfrentarlo pero como siempre Ethan me había sorprendido porque me dió ese espacio para pensar en todo lo sucedido.

¿Por qué me sentía de esa forma?

Dos semanas habían pasado desde ese momento, ambos somos tan cobardes que no fuimos capas de volver hablar sobre el tema tampoco nos habíamos visto de nuevo y ese era mi mayor miedo, perder nuestra amistad.

- Mamá - la voz de mi hijo me hizo mirarlo preocupada.

- ¿Qué sucede Noah? - pregunto tirando de su brazo para que me abrace.

Noah no es muy demostrativo con sus sentimientos, no le gusta mucho los abrazos o que lo llene  de besos pero a veces podía conmigo misma y aunque no le gustará igual lo hacía.

- ¿Te peleaste con el tío Ethan? - consulta con su ceño fruncido.

- ¿Por qué piensas eso? - inquiero pasando mi mano por su cabello.

- Hace varios días que no viene a casa a visitarnos, es raro eso - acota pensativo.

Siempre tan perceptivo.

- Son vacaciones y sabes que a tú tío le encanta esta época porque vive de fiesta - miento.

- Prometió enseñarme a surfear - comenta suspirando.

- El verano es largo y tienen tiempo para hacerlo - le aseguro dejando un beso en su frente.

Ethan nunca rompía sus promesas pero intuía que lo que había sucedido entre nosotros estaba jodiendo esto.

Cuando la niñera de Noah llegó a casa fue mi momento de irme a trabajar, una larga guardia me esperaba pero no me importaba porque amo demasiado mi trabajo. Ser enfermera me encanta, una y mil veces elegiría mi profesión porque no solo es vocación lo que me impulsa y me da fuerzas para seguir.

- Hola doctor Anderson - le digo a mi jefe pero me sorprende cuando no me devuelve el saludo.

No todos los días se puede estar de buen humor.

- ¿Qué? - me detengo en seco al escuchar su grito en el medio del pasillo de oncología. - Juli tranquila, no llores. Todo saldrá bien - culmina apoyándose sobre la pared.

- ¿Todo bien Samuel? - inquiero con preocupación porque su cara decía todo.

- Giovanni parece que tuvo un infarto - me cuenta sin poder creerlo dejandome totalmente helada con la noticia.

Más que Amigos (10°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora