Tenía un mal presentimiento.
Sentía que algo iba a suceder y que Ethan este raro no ayudaba para nada. Hace varios días que lo notaba distante conmigo, se que por ahí la universidad lo tiene algo complicado y estresado pero no me cerraba en su actitud.
Lo conocía tan bien que sabía que debía esperar a que él me contará lo que sucedía, cuando se se sienta cómodo de hacerlo.- Mamá - la voz de Noah me sacó de mis pensamientos.
- ¿Sucede algo, cariño? - pregunto preocupada.
- ¿Será que puedo ir a la casa de Sasha? - dice sin dejar de hacer su tarea.
- Tengo que hablar con Helena, capas Sasha pueda venir a casa y hacen una pijamada - propongo sonriendo.
- ¡Sii! - exclama mi hijo feliz.
Le había prometido a Helena que un finde semana, me quedaría con los niños así ella podría disfrutar con su esposo a solas.
Noah jugaba en su habitación mientras aprovechaba para organizar y limpiar nuestro pequeño departamento, era mi momento donde con un poco de música de por medio podía dar vuelta la casa por completo, soy bastante fan de la limpieza y el orden.
Seguía muy tranquila en mi mundo cuando el sonido del timbre me hizo fruncir el ceño, al abrir la puerta me encontré con Ethan que sonríe y mis ojos fueron a lo que traía consigo.- Ethan - digo suspirando.
- Es para nuestro hijo - responde encogiendo sus hombros despreocupado.
- No deberías gastar tanta plata - acoto observando como entra la bicicleta a casa.
- Cualquier regalo que le haga a él o a tí, no es gastar plata lo hago porque me encanta hacerlo - me toma entre sus brazos. - ¿Acaso no hay un beso para mí? - inquiere con un tierno mohin.
- Eres un embaucador - comento tomando su rostro entre mis manos para juntar nuestros labios en un suave pero intenso beso.
Parece casi irreal que nosotros estemos así, juntos como novios y amigos, enamorados uno del otro.
- ¡Papá! - escuchamos un grito y nos separamos para que Noah se detenga a unos metros con los ojos bien abiertos al ver el regalo de su padre.
- ¿Te gusta, campeón? - le consulta pasando su brazo sobre mis hombros.
Nuestro hijo está estático con la boca abierta. - ¿Es para mí? - dice sin poder creerlo.
- Es tuya, un regalo de nosotros - comenta Ethan felíz.
- ¡Gracias, gracias! - grita y se acerca a la bicicleta súper feliz.
No puedo parar de sonreír mientras los veo a ambos hablar, Noah tiene muchas dudas y Ethan es único contestando cada una de ellas.
Es un gran padre, el mejor.
Capas nos ven jóvenes, todos juzgan a lo que son madres adolescentes y nadie se imagina todo lo que debemos lidiar, siempre piensa mal de nosotros al vernos así pero no saben como todos los días tratamos de hacer lo mejor para nuestros hijos. Ethan es un gran apoyo para mí, siempre lo fue y ambos juntos seremos los mejores para Noah, obviamente nos equivocaremos en el camino pero nadie es perfecto. Solo se que a nuestro hijo será criado con mucho amor.
Ethan tiene la gran idea de ir al parque para que Noah aprenda a andar con su bicicleta nueva, es tan persistente con él mismo que hasta que no logró solito poder hacerlo, no se rindió.
- Estoy tan orgulloso de él - murmuro emocionada.
- Es un Salvatore - afirma Ethan orgulloso de nuestro hijo.
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Más que Amigos (10°SAI)
RomanceDécimo libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) ¿Cuánto tiempo más podía seguir mintiendo? ¿Cuánto tiempo más podía seguir guardando mis sentimientos? ¡Estaba cansada de eso! Él solo me venía como su mejor amiga pero yo hace muchos años dejé de ver...