¡Ella no podía correrme de la casa así!
Estamos casados, hicimos votos dónde ibamos a estar juntos hasta que la muerte nos separe ahora no podía dejarme estaba porque no lo iba a permitir.
Ella es mía, mi muñeca, la mujer de mi vida entera y estaba muy seguro que iba hacer hasta lo imposible para volver a reconquistar a mi esposa.- Papá - la voz de mi hijo mayor me saca de mis pensamientos, lo había citado en el Med justo en la hora del almuerzo, necesitaba que sea mi cómplice porque Helena no lo sería, ella ahora me está odiando por la pequeña e inofensiva broma que le hice al traidor de Dmitri.
Todos se enojan conmigo pero acaso yo no puedo tener el derecho de hacerlo también, se que soy un poco dramático y exagerado pero nadie se pone en mi lugar, mi pequeña de solo dieciocho años se había casado en la maldita ciudad de Las Vegas con un depravado que le llevaba más de diez años.
¿Cómo querían que reaccione?
Nunca olvidé de la bajeza traición que me causó mi residente, solo esperé tranquilamente que mi salud esté bien y que todos piensen que se me había pasado el enojo para que en el momento menos esperado llevar acabo mi plan.
No me puedo arrepentir de mi plan de venganza porque fue el más fascinante y más escalofriante que pude imaginar junto a mi amigo Dominic, lastima que mi hija se haya enterado y también mi esposa porque ahora las consecuencias debía pagarlas solito, como loco malo.- Necesito tu ayuda - digo observando como mi hijo se cruza de brazos suspirando.
- No más plan de venganza - comenta al sentarse enfrente mío.
- No, ahora debo reconquistar a tu madre - declaro.
- Ella está muy enojada todavía - me cuenta Ethan.
- Lo sé, no quiere ni atender mis llamados - acoto chasquendo la lengua.
Juliana no podía estar enojada conmigo tanto tiempo, se que me lo advirtió y no la escuché pero yo no podía vivir sin ella.
- Papá - suspira. - Deja enfriar las cosas antes de hablar con ella, sabes lo cabrona que es mamá cuando se enoja - agrega mi hijo tratando que entre en razón.
- No puedo vivir más con mis padres debo volver a mi casa - declaro frustrado.
Ethan me mira y se que está pensando los pro y contras en ayudarme, él es la combinación perfecta entre Juliana y yo porque había sacado esa sensatez de su madre pero combinada con un poco de mi locura, nada que ver a mi hija Helena que ella si era una copia exacta mía.
- Por favor está vez se más sensato - me pide.
- Lo prometo - declaro con una gran sonrisa.
- ¿Cuál es la día? - consulta mi hijo.
- Poner celosa a tu mamá - afirmo pensativo.
- ¿Es enserio? - cuestiona con su ceño fruncido.
- Mira una vez tú tío Julian me dijo que lo que más odian las mujeres es la indiferencia y que otra quiera robarse lo que es de ella - digo observando como me mira desconcertado.
- ¿Es broma? - consulta.
- No Ethan - pongo los ojos en blanco. - ¿Acaso no entendiste? - inquiero.
- Lo entendí a la perfección papá pero eso debes dejarlo para nosotros que tenemos veinte y dos años no para tí que tienes cincuenta, es algo absurdo - afirma Ethan indignado.
- ¡Tengo cuarenta y nueve! - exclamo.
Mi hijo suspira y niega la cabeza. - Dime qué tienes otra idea mejor - ruega.
- No, conozco a tu mamá - afirmo convencido que Juliana se volverá loca al saber que supuestamente hay mujeres detrás mío que quieren una oportunidad ya que ahora soy un hombre separado.
- Papá te pedí un poco de sensatez - suspira pasando sus manos por su cabello.
- ¿Me ayudarás, si o no? - pregunto para saber si estaba de mi lado.
Mi hijo lo piensa unos segundos y suspira. - Está bien, solo no lo arruines más - declara no muy convencido.
- Sabía que podía contar contigo, hijo - exclama orgullo de mi cómplice.
- ¿Qué debo hacer, papá? - pregunta mirando su celular, sabía que pronto saldría Elizabeth de trabajar y él de seguro iría a buscarla, como viene haciendo hace varios días.
- Solo tira el rumor que las mujeres se me andan tirando porque saben que me separé - digo riendo, me encantaría ver la cara de Juliana cuando lo escuche.
- ¿Solo eso? - pregunta y asiento. - Bueno debo ir por Beth - agrega levantándose de su asiento.
- ¡Cuídense! - grito con doble intención ganando una mala mirada de su parte.
Ellos ya tenían a Noah y todavía eran muy jóvenes para tener más hijos, creo que deberían empezar a disfrutar plenamente su amor y esa preciosa familia que estaban al fin conformando juntos. Estoy orgulloso de mi hijo y sus decisiones, siempre dije que él terminaría con Elizabeth, son tan para cual, creo que pronto habrá otra señora Salvatore en la familia.
Mi jornada laboral fue normal, nada más dos cirugías dónde una salió como se había previsto pero la segundas tuvo complicaciones que nos llevó unas largas horas recomponer al paciente pero después de todo seguía amando mi trabajo.
Observé la hora en mi reloj y era momento de volver a la casa de mis padres, mi asilo hasta que solucione todo con mi esposa así que empecé a guardar todo cuando la puerta de mi consultorio se abrió y cerró bruscamente.
- Juliana - digo con indiferencia, reteniendo mis ganas de esbozar una sonrisa porque su cara claramente molesta y celosa, decía todo.
- ¿Qué es eso de que eres un hombre soltero? - espeta rabiosa.
Me encogí de hombros. - Tú me dijiste que no querías verme más por eso me corriste de casa -
Ella se acerca peligrosamente a dónde estoy parado y toma de las solapas de mi bata de doctor.
- Escúchame una cosa Giovanni Salvatore, tú eres mío y siempre lo serás - sentencia muy celosa.Sonrío apoyando mis manos en su cadera para juntarla más a mí. - Solo tuyo, muñeca - afirmo observando sus intensos ojos negros.
- Más te vale muñeco - musita rozando nuestros labios
Tomo la iniciativa y junto nuestros labios en un demandante beso, lleno de enojo, rabia pero con pura pasión, mi bella esposa me quita mi bata y solo sonrío sabiendo que definitivamente todo volvía hacer como siempre.
Volvería a casa, después de todo.
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Extrañaban a Gio y Juli?
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Más que Amigos (10°SAI)
RomanceDécimo libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) ¿Cuánto tiempo más podía seguir mintiendo? ¿Cuánto tiempo más podía seguir guardando mis sentimientos? ¡Estaba cansada de eso! Él solo me venía como su mejor amiga pero yo hace muchos años dejé de ver...