El ataque

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Dos semanas después

- ¡Voy! – bajé rápido las escaleras y abrí la puerta sonriente, se trataba de Duki.

- Hola mi duketo hermoso – me tiré sobre el y lo abracé.

- Tuve que venir para saber de mi hermano cerreo y de la boluda de su novia porque están todo el día. Todos los días acá encanutados seguramente cojiendo como conejos – me bajó y se adentró a la casa subiendo la escalera hacia seguramente mi pieza.

- Ey – cerré la puerta y subí corriendo detrás de el.

- Na boluda, el olor a cojimiento que hay en esta pieza es impresionante - se tapo la nariz y empezó a echar perfume. Reí y lo empujé.

- Cállate tarado, solta eso que me vas a gastar todo y ya ni plata para un tomate me queda - le saqué lo que tenía en las manos.

- ¡Fua! Vengan a casa, ¿Dónde esta el cerreo? – preguntó tirándose en la cama.

- Se esta bañando – me senté a su lado.

- Los extraño – me abrazó.

- Nosotros también, por eso estábamos preparándonos para ir unos días con ustedes, pasa que me queda re lejos la escuela, así que me van a tener que llevar todo los días.

- Bueno no me interesa, pero devolveme al cerreo robadora de esposos – habló en tono de "chica".

- ¿¡Que te pasa!? Es mío perra – le pegué con una almohada. 

- ¡Es mío! – gritó. Empezamos a pegarnos con las almohadas y a gritar, tal vez demasiado.

- ¡Ey! Cierren el culo cotorras, me tienen re podrido – cerreo estaba enfrente nuestro con una toalla atada en su cintura.

Tenia el pelo mojado y de él caían gotas las cuales resbalaban por todo su cuerpo. Se veía jodidamente sexy el hijo de puta.

- Ah boeno mi amor, que bueno que estas, quisiera ser cereal para que me llenes de leche – dije divertida.

- Quisiera que seas pastel para ponerte la velita – Duki me siguió el juego y Tomás no paraba de reír.

- Son unos boludos – dijo Tomás cerrando los ojos y negando con la cabeza para después contagiarse de nuestra risa que aún seguía - ____ re que no sos cereal y te lleno de leche igual – Me miró picaro.

- TOMÁS – mis cachetes ardieron y reí.

- ¿Vamos? – preguntó Duki ya parándose.

- Tengo que armar un poco de ropa, ahora junto algo y bajo espérenme.

- Dale – Tomás salió, seguramente se cambiaba en la pieza de mi vieja y Duki fue a esperar abajo supongo.

Agarré un bolso y empecé a meter ropa, maquillaje, y todas las cosas mías que iba a necesitar junto con mi mochila de la escuela y demás.

Caí en cuenta de que mi mama no había llamado más en estos días y las veces que yo llamé me dio ocupado, estaba un poco preocupada.

Bajé las escaleras, y vi a los chicos conversando en el sillón. Me acerqué a un mueble junto a la escalera y observé una foto, en ella estaba mi mama y yo, sonrientes… pasando un dia en la playa.

Recordé ese día lleno de risas y me invadió una terrible melancolía.

Un carraspeo detrás me trajo de vuelta a la realidad, me di vuelta, Tomás y Duki me miraban.

- ¿Estás bien ___? - preguntó Duki.

- Si, estoy bien – sonreí – Es solo que extraño un poco a la insoportable de mi vieja. Solo eso… pero bueno después la llamo, ¿vamos?

Tropiezo Con El Amor ; C.R.O [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora