Tropiezo Con El Amor ; C.R.O [TERMINADA]

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Así pasamos la tarde, viendo pelis, comiendo papitas y boludeces. Al rato se me paso el “enojo” imposible enojarme con mi mejor amigo aunque a veces se comporte como un imbécil.

- Bueno ñomo - se levantó del sillón.

- Bueno, jirafa – imite su acción.

- Nos estamos viendo, manda mensajes, no te cortes forra – caminó hasta la puerta y le seguí.

- No pendejo, no se va a cortar, te escribo para hacer algo en estos días y te presento a Sol. Nos vemos mañana en la escuela.

- Dale – me dio un beso en el cachete - Anda adentró – ordenó.

- Quiero ver que no te pase nada – Dije.

- Y yo no quiero que te pase nada a vos, entra y mándale un mensaje al boludito así viene a estar con vos y no te quedas sola.

- Si papá – Bromeé y el siguió caminando, justo antes que doblara en la esquina nos saludamos con las manos.

Yo estaba ahí esperando algo, le había mandado un mensaje al tranza para que me traiga una bolsita de porro.
Una moto se paro en la puerta y me dio la bolsita.

- ¿Cuánto, lo de siempre?

- Si – contesté y saqué cien pesos del bolsillo – Gracias, nos vemos – se subió a la moto y se fue.

Entre a la casa, cerré y subí a mi pieza, busque unos liyos en mi mesita de luz. Arme un filtro, pique el porro y lo enrole. Agarré mi encendedor y lo prendí.

Comencé a fumarlo y cuando estaba por la mitad lo apague. Empece a hacerme muchas preguntás, lo de siempre cuando fumo. Pansas muchas cosas, sin siquiera darte cuenta.

Una cosa me lleva a preguntarme algo, y esa pregunta a otra y a otra y así sucesivamente hasta que me olvido que fue lo que estaba peguntándome primero y eso me lleva a otra cosa y así. Estoy re loca pensé.

El timbre me saco de mis pensamientos y corrí a atender.

- ¿Quién es?

- Yo, Tomás enana – abrí la puerta y lo deje entrar. La cerré y lo abrace  por atrás.

- ¿Me crees si te digo que te extrañe?

- Si, porque yo también ya te extrañaba enana, sos muy extrañable – se dio vuelta y me correspondió el abrazo. Hice puntitas, le di un beso en el cachete y me separe de el para dirigirme a la cocina. Mire el reloj Eran las nueve de la noche.

- Enana.

- ¿Qué?

- Mírame – ordenó Tomás mientras yo me servía un poco de jugo. Lo miré dos segundos y seguí con lo mío.

- Mirá, estuviste fumando y no fuiste capaz de esperarme forra – dijo riendo.

- La puta madre, como te diste cuenta forro – Reí.

- El olor, tus ojos, y como estas tardando para servirte un poco de jugo.

- Lechuga, ¿vamos a comer algo? – cambié de tema.

- Dale, ¿pedimos algo? – agarró su celular dispuesto a llamar. Este chico tiene amor por pedir comida.

- ¡No! Yo se cocinar mijo – me crucé de brazos – Y cocino rico.

- Ay bueno, perdóname, chefsita – hizo referencia a ratatouille

- Entendí la referencia – dije abriendo la heladera – Te voy a cocinar unos ricos fideos con salsa, pero naturales. Como ya sabrás, no como carne, y no compre, pero estoy segura que te van a gustar.