La cadenita de oro

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La semana pasó tranquila, con frecuentes visitas de sol, una que otra de franco.

Recibí una llamada de mi mamá esta tarde, y me puse muy feliz, se la escuchaba bien y me confirmo que en aproximadamente tres días iba a estar en casa así que me quedé al fin tranquila de que estaba bien, no le había pasado nada y ya iba a volver.

Bajé corriendo las escaleras encontrándome con los chicos, sonreí.
Cuando notaron mi presencia todos se abalanzaron sobre mi abrazándome. No había salido de la pieza en días, pero ahora estaba en paz.

- Mi amoor – Tomás me llenó de besos.

- Mi vida – lo abracé.

- Bueno salí, vos ya la tuviste – Alejo lo corrió y me abrazó él.

- Pero es mi chica – Tomás se cruzó de brazos.

- Salí pendejo – Neo corrió a Alejo y me abrazó – La próxima vez que te deprimas así te cagamo' a palo nena, na que ve – me retó.

- Le toca al mejor – Duki me tiró del brazo y me abrazó dándome un beso en la cabeza – ¿Cómo estás mami? – se despegó y me miró a la cara.

- Bien Duketo, re bien – le sonreí – ¿Qué sale hoy? – pregunté emocionada.

- Hoy usted, sale conmigo y no se discute – Tomás me abrazó y todos se quejaron – Salimos a comer, después volvemos y nos vamos de joda – Tomás rodó los ojos y todos reímos y festejamos.

- Bueno – los vi ahí emocionados, mirándome contentos, dándome afecto y supe que acá es justamente donde quiero estar.

- Anda amor, ponente más linda de lo que sos. Cosa que dudó porque siempre sos hermosa…

- Ay – me sonroje. Le di un corto beso en los labios y corrí a la pieza de Tomás.

Me di un baño de como cuarenta minutos, salí y me cambié.

No me dijo si había que ir formal así que no se que ponerme. Estuve como veinte minutos revolviendo todo y no encontraba que.

Visualice un vestidito mangas largas de un color rosa viejo, era una tela aterciopelada. No sabia ni que lo tenia, era bastante escotado y con espalda descubierta. Pegado al cuerpo y en la cintura se volvía acampanado.

Me lo puse y me mire en el espejo, se veía bien.

Me puse unas medias de red color blancas, quedaban bien. Unas zapatillas blancas que tenia y me arregle el pelo. Lo sequé y lo planche, después me maquille, nada extravagante ya que mi vestimenta era algo “inocente”. Me deliñe un poco los ojos, me puse rimel y pinte mis labios de un color rosita.

Agarré una carterita negra que tenia y me miré en el espejo. Ya lista decidí bajar.

Me encontré con los chicos jugando a la play, todos se dieron vuelta a verme.

- ¿Cómo estoy? – pregunté. Tomás me miraba sonriente y embobado. 

- Una vueltita – pidió Alejo y obedecí.

- Ah bueno mami, deja a este salchicha y venite conmigo – dijo Duki bromeando y reí.

- Na na, rómpeme el culo – jodio Alejo.

- ¿Qué haces con el pancho del cereeo vo' ? – Neo acotó.

- Ey ey basta, no la miren, es mi chica – Tomás se puso adelante mío tapándome. El tenía puesto un pantalón con rayitas, una remera blanca y una campera de jean. Estaba hermoso.

- Amor, celosito mío ¿vamos?

- Si mi vida vamos – entrelazó nuestras manos y me besó – Nos vemos wachos, eso de las doce, una, ya estamos acá.

Tropiezo Con El Amor ; C.R.O [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora