DIECISIETE

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Las palabras del anciano lograron calmarme un poco pero no lo suficiente para que dejara de dar vueltas por toda la sala, ya han venido tres enfermeras a querer revisar las heridas, pero ya esta sanando las así que no es necesario.

Han pasado ya cuatro horas desde que James entró ahí dentro con Brent en brazos y me desespera no saber que pasa si esta bien, si es algo grave como o quien le hizo esto.

–Miranda– dijo James mientras se acercaba a mi – esta estable, pero seguirá en forma de lobo una semana–

–¿Como ocurrió esto?– cuestione al borde de las lágrimas. Me dolía saber que la ha pasado mal

–El lobo muestra signos de deshidratación, falta de alimentación, tortura, drenado casi al borde de la muerte. El pobre tiene anemia, ha pasado demasiado tiempo huyendo por lo que muestran sus patas, demasiado tiempo siguiendo su instinto que es lo único que lo mantuvo con vida, el humano sigue ahí pero es débil. Le tomara tiempo recuperar el control– respondió James

–¿Cuanto tiempo se quedara aquí?– cuestione limpiandome las lágrimas, enserio me dolía demasiado saber todo lo que paso.

–De echo te lo puedes llevar ya, cuidalo y dale de comer de a poco en poco, no sabemos cuanto lleva sin comer le podría causar mas daño que beneficio al igual que el agua. Cuando veas que su cuerpo lo acepta con mejor resultado aumenta las dosis. Te daré algunas vitaminas. Dejalo descansar y sobretodo, quedate a su lado. Si te vino buscando fue por algo– me decía viéndome a los ojos

–¿Como sabes que me buscaba? Quizás solo lo traje de buena gente

–Llegaste desesperada por el, no te has ido, lo vas a cuidar; sobre todo, estas llorando. Eso me dice que te importa – se cruzo de brazos con una sonrisa burlesca que no me molestaría borrar de su estúpido rostro

–Eso no indica nada, lo haría por cualquiera– solté un bufido de molestia

–El chico me dijo que buscaba a colibrí cuando le pregunte que si a quien dijo que Miranda y la única Miranda que conozco eres tu. Además el dijo que siguió su olor– espero mi reaccion, no dije nada – ahora dime ¿quien es el chico? Tu alma gemela ni mate, no es porque ese es el otro chico.–

Solté otro suspiro pero esta vez para calamarme

–Primero quiero verlo– sentencie

–De acuerdo– contesto seco

Caminamos por los pasillos del hospital hasta dar con el cuarto de Brent, verlo ahí acostado durmiendo pero con múltiples aruños que algunos yo provoque me hacían sentir dolor. Me fui cercando a la cama con James por detrás de mi, siguiendo mis movimientos. Cuando por fin estuve a lado de la cama comencé a acariciar su cabeza con sumo cuidado para no herirlo ni despertarlo

–¿Quien es él? – volvió a preguntar

–Mi mejor amigo– respondí

–¿Como lo encontraste?– se notaba el tono de empatia

–Cuando era mas niña creo que tenia seis años, me escape de casa para ir al parque y jugar con otros niños  pero me extravíe entonces me senté a llorar no fue hasta que Brent, ese es su nombre– lo voltee a ver – me encontró y ofreció su ayuda el era dos años mayor que yo me llevo con sus padres que empezaron a buscar a los míos, mientras eso ocurría me calmo y cuido hasta que mis papás llegaron por mi, desde entonces pedíamos que nos llevaran al parque para vernos y jugar juntos. Éramos inseparables, todo lo hacíamos juntos. Hasta que el encontró nuevos amigos, nuevos intereses y se alejo de mi como si nunca hubiéramos sido amigos. Era entendible yo con catorce y él dieciséis se marca una diferencia de intereses. Ese mismo año desaparecio sin dejar huella. La policía nos decía que la ultima vez que lo vieron fue en una pelea de pandillas en el punte de las afueras de la ciudad. Al ya no tener pistas se cerro el caso– deje de hablar pues me percate de que estaba llorando

–¿Que paso después?– cuestionó poniendo su mano en mi hombro

–Llore por él incontables noches por no haberlo cuidado como el lo hizo conmigo, me sentía culpable. Esa fue una de las razones por las que quise ser peleadora. Quería saber si ahí lo habían visto, pero no. Paso mi transformación intente rastrearlo pero no tuve éxito. Decidí dejarlo así, me atormentaba sola. No fue hasta hoy que sentí el olor a lobo ajeno a la manada y acompañado con el una pizca de el de Brent. Me comenzó a atacar Kiara hablo con el lobo y pedía que le quitaramos el chip, lo hicimos y se desplomó desmayado y ya el resto lo sabes– me seque las lágrimas

–Al menos sabes que esta vivo y aquí lo tienes. En unos momentos vendrá una enferme a quitarle el suero, a que firmes y te dirá lo que tienes que hacer con el– se dio media vuelta y se fue.

Te cuidare, Brent. Ahora si puedo protegerte. Le dije en un susurro

Sabes que no fue tu culpa, eras una niña. Yo hice las cosas mal. Respondió en mi mente.

Ya no quise decir nada pues no quería que se cansara entablando una conversación por el link así que espere a la enferme a que me dijera lo que tenia que hacer con él lo que debía comer, beber y los mimos que debía recibir.

Echo eso me lo lleve en brazos y comencé a caminar a la mansión, ahora si la gente me vio raro pues Brent era un roguer y ver a un Alpha cuidando uno no es algo que se vea todos los días.

Seguí caminando viendo de ves en cuando como dormía, parecía un cachorro. Por fin llegue a casa y todos los presentes se pusieron en modo ataque cuando entre

–Toquenle un pelo y me olvido de que somos familia– dije seguido de un rugido

–¿Que haces con ese roguer en brazos? – dijo Lex

–Esperen a que lo deje en mi cuarto y después vengo a contarles lo sucedido– no espere respuesta y de un salto llegue a la segunda planta.

Lo acomode en mi cama, lo tape y deje una sopera con agua por si llegase a despertar y sintiera sed

Baje las escaleras y llegue al recibidor donde todos me esperaba para que les contará

–Habla entonces – dijo mamá

–Es Brent– les solté de fregazo pues las miradas de acusación me estaban resultando demasiado irritantes

–A Brent ya lo dábamos por muerto, eso no es posible– dijo papá mientras se sobaba la cien

–Tambien lo di por muerto, pero hoy en el estacionamiento del centro comercia sentí el olor a roguer y después una pizca de el de el. Después empezamos a pelear, de pronto me ataco y le pidió a Kiara que le quitáramos un chip de rastreo que le estaba daños descargas eléctricas lo que lo yacía irritable. Lo lleve al hospital y me dijeron que muestra signos de tortura, desnutrición, deshidratación y demás. Todos los cuidados que debo darle pues paso mucho tiempo en su estado de lobo que el humano esta débil – me cruce de brazos

–Cariño, dices las cosas sin mucho tacto ¿No crees?– dijo mamá

– Lo hubiera dicho de mejor manera pero sus miradas de acusación me estaban resultando estresantes – bufé– ahora si me disculpan, voy a cuidarlo – gire en dirección de la escalera y la subí como gente normal.

I N F I E R N ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora