The beginning | lrh

xiv.ii

Al día siguiente me desperté más tarde de lo planeado. Se supone que Luke vendría a recogerme a las ocho, ya eran las ocho con diez y apenas salía de la ducha.

Diablos

Le mandé un rápido mensaje para pedirle un poco más de tiempo, no revise si había contestado ya que arroje el celular a las almohadas para levantar mi maleta del suelo y buscar ropa. No tenía tiempo así que solo escogí una playera de finas líneas negras y unos jeans. Mientras trataba de ponerme unos tennis y secar mi cabello al mismo tiempo escuché que tocaban la puerta.

-¿Alex? -habló Jane del otro lado

-¿Qué? -me levante de la cama y fui al baño.

-Me encontré a Luke acá afuera -espero uno segundos- ¿Está todo bien?

-¡Si! -grite lo más que pude del baño -¡Ahora salgo, se me hizo tarde!

-Tu siempre -escuche que murmuró y supuse que se marchó a su habitación.

Me veía fatal con mi cabello mojado. Trate de arreglarme un poco la cara pero lo único que sabía aplicarme era el delineador porque había descubierto que me hacía los ojos más grandes. Larga vida al delineador aunque tampoco era mucho lo que podía hacer.
Decidí dejar de mover mi cabello ya que sea como pusiera se veía horrendo.

Ya se secara.

Luego salí corriendo para tomar mi mochila y meter cosas conforme me acordaba. Me asegure que entre ellas estuviera mi celular y cartera, junto con la llave de la habitación.
Cuando supuse que ya estaba medio decente, salí de la habitación tratando de parecer normal.

Luke estaba en un mini sillón en la recepción observando unas pinturas que estaban ahí. Tenía la frente arrugada al no comprender de que se trataban, yo tampoco lo entendía, parecían solo puros garabatos.
No se dió cuenta de mi presencia hasta que le di una leve patada en la espinilla.

-¿Lista? -dijo una vez de pie.

-Lista.

Caminamos hasta la entrada y pude ver su auto parecía lujoso y demasiado caro.  Como todo un caballero, me abrió la puerta y espero a que estuviera cómoda para cerrar y dirigirse hacia el asiento del copiloto.

-¿A donde te gustaría ir? -me sonrió girando un poco hacia mi

-¿No se supone que tú seas mi guía turístico?

-Si, bueno -alzo los hombros para parecer más relajado- Hay muchos lugares pero queria llevarte a los que te gustaría conocer.

-De acuerdo -fingi que meditaba la pregunta ya, ya había buscado lugares de interés y tenía tres blancos-. Quisiera ir a la Ópera de Sidney y al museo de Arte Contemporáneo, luego de eso me puedes llevar a donde quieras, menos a la playa.

Lo medito un minuto y encendió el auto. Salió a lo que parecía una avenida y condujo por la ciudad. Quería encender la radio pero todos sus botones estaban muy raros y no entendía cual presionar. Se dió cuenta de mis intenciones y la encendió. Me indico cómo cambiar de estación o como conectar su teléfono para escuchar su música guardada.

Demasiada tecnología para mí.

A lo lejos pude ver el puente y los caparazones del edificio, parecía que podía verse desde cualquier parte de la ciudad.

-¡Oh por dios! -no pude contener mi emocion- no puedo creer que los este viendo.

-Y eso que no los has visto de cerca -sonrio al verme tratando de tomar una foto- ¿Porqué tanta emoción por eso? No niego que sean geniales pero generalmente la gente solo espera tomarse una foto y listo.