xiv.iii

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-Tienes que dejar de hacer eso.

Habíamos encontrado un lindo lugar para comer y la mesa daba vista hacia el puerto. Ahora toda la ciudad estaba llena de gente, turistas, locales, de todo. Para comer había escogido una hamburguesa con papas, que según Luke, era la mejor de la ciudad, mientras que él había optado por una pasta con verduras y carne. Al final intercambiamos nuevamente los platos porque el suyo, como siempre, estaba más delicioso que el mío.

-No es mi culpa que tú cómoda sea más deliciosa que la mía -dije tratando de meter todo el spaguetti de mi cubierto.

-Si supieras escoger, esto no estaría pasando.

-¿Puedo preguntarte algo? -le estaba dando un sorbo a su vaso de agua. Lo dejó sobre la mesa y asintió- ¿Porque quisiera salir hoy y no esperar a los chicos? -por un momento se quedó quieto, luego se acomodó en su asiento y lamió su labio mientras pensaba en su respuesta.

-Al principio pensé hacer eso pero son pocos días los que tenemos libres y quise aprovecharlos. También quería compensar de alguna manera todos esos días que me comporte como un idiota contigo y...-tenia la cabeza baja por lo que no podía verlo a los ojos, supuse que estaba nervioso porque jugueteaba con las papas-...quería pasar tiempo contigo. Me gusta platicar contigo y hacer cosas.

Tal vez me estaba volviendo loca pero juraba que podía sentir mi corazón dando brincos. Igual que el, agache la cabeza un poco para que no pudiera notar la estúpida sonrisa que tenía pero como acto de reflejo, igual termine tapándole sutilmente con la mano.

Estupido Luke.

Estupido Luke que siempre sabe qué decir y que me termina confundiendo más.

Trate de recuperarme y actuar lo más normal posible.

-Me siento privilegiada de que me honre con su presencia, señor Lucas -dije fingiendo el acento elegante que había escuchado en Downton Abbey.

-Eres una tonta -me arrojó una papa a mi frente haciendo que chocara y terminará en el vaso de mi bebida que estaba a punto de tomar.

-¡Buen trabajo, Luke! -dije sarcásticamente mientras metía dos dedos a la soda y sacaba la papa.
Opte por comérmela, lo cual me arrepentí al instante porque sabía horrenda.

Solo escuchaba como Luke se burlaba de mis gestos de asco en lo que trataba de pasarme ese feo sabor con agua.

*

Cuando salimos del restaurant seguimos nuestro rumbo a la Casa de Ópera. Me sorprendía que el día estuviera maravillosamente perfecto, no me moría de calor, no sudaba, hasta el sol hacía que la ciudad de Sidney se viera más hermosa.
Ojalá así fuera siempre.

Llegamos a un parque y descansamos bajo la sombra de un árbol. A nuestro alrededor, muchas personas caminaban tranquilamente disfrutando de la vista. Seguía pensando que esto era un sueño y que despertaré dormida sobre el teclado de mi computadora.

-Calum hará una fiesta antes de navidad -dijo de repente sacándome de mis pensamientos-. Quiere celebrar que la gira ha sido un éxito.

-Genial -dije sin mucho interés pero él esperaba a que contestara otra cosa- ¿Que?

-Te estoy invitando a la fiesta.

-Deberías ser más directo, Luke. No entendía nada -rodó los ojos y espero mi respuesta- gracias pero paso.

-¿Porque? -se veía muy adorable cuando fruncía el ceño.

-Las fiestas no son lo mío -mi voz sonaba con pereza tratando de no darle importancia al asunto- no conoceré a nadie y me sentire extraña. En lugar de quedarme sola en algún sofá comiendo chatarra mientras otros bailan prefiero quedarme sola en mi cama comiendo chatarra mientras veo películas.

The beginning | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora