iv

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Ya había pasado una semana y mañana tendría que viajar para comenzar la gira. Eso me había quitado una semana de vacaciones y tendría que irme antes de lo que había planeado.

Durante todo este tiempo, mamá se la pasaba recordando todo lo que tenía que meter en la maleta. Luego la encontraba sacando "la mejor" ropa de mi closet para empacarla tambien. Se lo agradecía pero me estresaba.

Papá no hacía nada y eso también me estresaba. Mis hermanas no tenían ni idea hasta hace unos días. Parecían emocionadas y eso me ponía presión y me estresaba.

Todo me estresaba. Estaba bastante nerviosa con todo este asunto. Tomás tampoco ayudaba, se comportaba muy extraño estos días. Decía que era porque me iba a extrañar y sería raro que estuviera muy lejos. No le dí mucha importancia. 

Olivia era la única que me podía tranquilizar. Sabía que estaba emocionada con todo esto, pero se contenía. Ella me ayudaba a informarme acerca de banda con la que pasaria los siguientes meses. No tenía mucha idea de quienes eran, pero si había escuchado solo un par de canciones. Eran muy buenos. Trató de explicarme sus nombres y todo, pero lo único que podía recordar era que ellos eran australianos. Fin de la historia.

En el único momento que no llegaba a pensar en nada relacionado a la gira, era cuando iba al gimnasio. Sorprendente, pero yo iba al gimnasio. Siempre había tenido problemas con el sobre peso, y ya había intentado hacer ejercicio en casa, pero al parecer eso no era suficiente. Estúpida grasa. Estúpido cuerpo que ama la grasa.

Nunca había tenido problema con eso. O al menos jamás me habían dicho nada grosero en mi cara y trataba de estar bien con mi cuerpo, pero en el momento en que comienzas a tener un poco de reconocimiento público, hay personas que no dejan comentarios amables en tus redes sociales. Al principio me afectó mucho y comencé a ir al gimnasio. Lo dejé a la semana porque tampoco me sentía asegura ahí y todos me veían muy extraño por ser la nueva.
Comencé a hacer ejercicio en casa pero no me funcionaba. O no lo suficientemente bien. Pasé una temporada frustrada donde comia muchas cosas de más. Fue hasta una noche, a las tres de la mañana, que buscaba en el refrigerador el bote de helado que caí en cuenta que las cosas las debo de hacer por mi y por mi salud. A pesar de tocarme la suerte de ser la única gordita de mi familia. Es decir, como no sentirse frustrada cuando tus hermanas son hermosas y tú eres una bolita de grasa andando.
Decidí no pensar en eso y tratar de tomarme las cosas con calma. No pensar en satisfacer a nadie más y mandar a la mierda la opinión de todos los demás.

Ahora son seis meses que voy a un gimnasio. La verdad no creí pasar del mes. No soy fitnes ni nada y siempre tengo pereza cuando voy, pero se vuelve parte de la rutina al parecer. Ya había logrado bajar un par de kilos pero aún quedaba mucho por recorrer.

Era cerca de media noche y estaba en mi habitación tratando de hacer la maleta. Guardaba solo una blusa y me acostaba nuevamente por media hora más. Me tenía que levantar a las cuatro para irme al aeropuerto, por lo que ya no tenía mucho tiempo.

Estaba cambiando de canción cuando escuché que mi celular sonaba. El nombre de Tomás aparecio en la pantalla, lo cual se me hizo sumamente raro. Me había despedido de él hace unas horas ya que no me podía acompañar al aeropuerto. Le bajé a la música y tomé la llamada.

—¡Hey, hey, Timothy! —acostumbraba a cambiarle el nombre siempre que podía.

Hola, Alex. Espero no molestarte —se escuchaba nervioso y un poco desanimado. Él nunca había sido de llamarme amor o cariño o bebé. No lo sé. Nunca tuve problema con eso. Simplemente no era lo suyo.

—¿Qué? Claro que no, siempre es bueno platicar contigo —esperé a que siguiera hablando, pero solo hubo mas silencio—. ¿Pasa algo?

—No lo sé realmente..amm se podían escuchar los pasos que daba en su habitación— No se por donde comenzar.

The beginning | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora