YoonGi estaba que chillaba, en cuanto la mujer de senos grande le había dado la dirección en donde estaban sus sobrinos se dirigió allí lo más pronto posible, le importaba poco si Jeon lo seguía por detrás, el sólo quería ver a Saya y a DaeHyung. En cuanto estacionó se adentró en el horrible lugar lo más rápido que pudo. Buscó la recepción y pidió hablar con quien estuviera a cargo.
Prontamente lo llevaron con una mujer que se encargó de mostrarle a los pequeños, estaban en buena condición, sólo se los notaba un poco decaídos.
— Había algo que quería comentarle, YoonGi. — dijo la morena.
— Dígame. — contestó el joven.
— DaeHyung comenzó a orinarse en la cama, es normal, es un retroceso que hacen los niños cuando pierden a un ser querido, pero tiene que concentrarse más en él. Tampoco tiene que olvidarse de Saya, ella no ha reaccionado de la misma manera, pero también necesita atención. Los pequeños necesitan amor, atención y comprensión.
— Yo... Está bien, lo tendré en cuenta.
— Bien, sólo queda que firme el otro tutor.
YoonGi revoloteó sus ojos, ya vería cómo haría para sacarse de encima al fastidioso castaño. Él podría hacer el trabajo de madre y padre perfectamente sólo. Pediría algunos días libres en el hospital para dedicarse a los niños y luego vería como resolvería los siguientes años.
JeonGguk llegó quince minutos después, la secretaria venía con una cara embobada detrás de él. Antes de dejarlo, vio como le tendía un papelito, Jeon no esperó más de dos minutos para tirarlo en el pequeño cesto que había cerca del escritorio de la directora.
— ¿Cómo le va, señor Jeon? Lo estábamos esperando.
— Sí, es que yo si voy a una velocidad moderada. — fulminó al peli azul.
Después de que todo estuviera en orden pudieron ir donde estaban los pequeños. La pequeña estaba con unos bloquecitos armando alguna figura rara, mientras que el varón, se mantenía quieto con dos autitos en sus manos.
— Dae, Sayi... — habló el menor con su frágil voz cuando por fin tuvo a sus bebés en brazos. — como los extrañaba.
— ¡Nino! — chillaron ambos.
YoonGi con tanta felicidad se permitió derramar algunas lágrimas que había contenido desde que había llegado. JeonGguk miraba la escena con una sonrisa, aquellos mocosos serían el recuerdo latente de SeokJin y él haría que siguiera vivo en ellos.
— ¡Nino Gguk! — habló el varón.
El pequeño azabache dejó los brazos del pálido para acercarse a aquel castaño que tanto le encantaba. La niña por su parte decidió quedarse un poco más con YoonGi, le hacía recordar a su mamá. Los señores del lugar le habían explicado que sus papis habían ido de viaje y no volverían. Ella lo entendió, su hermano no.
Poco después, Saya fue con JeonGguk y depositó un sonoro beso en su mejilla.
— ¿Iremos a casa? — preguntó el niño, esperanzado.
— Así es, pequeño. — contestó el castaño. — ¿qué quieren almorzar?
— ¡Vamos a macnonals!
YoonGi frunció el ceño ante el pedido de los infantes, no le gustaba para nada ése local de comida rápida, él podría prepararle algunas verduras hervidas sin ningún problema. Abrió su boca para decir algún menú más saludable, pero la mirada recriminadora de JeonGguk hizo que se quedara en silencio.
YoonGi ubicó las sillas de los niños en el asiento trasero de su auto para después comenzar a subirlos. DaeHyung le complicó la tarea moviéndose sin parar para que su tío no le pusiera el cinturón.
— ¡No! — chilló. — ¡quiero a nino Gguk!
El mayor al escuchar el escandaloso llanto del hijo de su amigo, se acercó hasta donde el inservible de YoonGi estaba atando a los mocosos.
— ¿Qué pasa, YoonGi?... ¿No puedes con un mocosito?
— No le digas así. — apretó sus dientes. — quiere ir contigo, ¿tienes espacio en tu cacharro?
— Primero; mi auto es último modelo, no como el tuyo, ¿qué es? ¿2016?, segundo; si, obvio que tengo espacio.
JeonGguk con su cuerpo corrió al joven a un lado para sacar al pequeño azabache del auto. En un gesto de amabilidad secó las lágrimas del niño con su pulgar para luego decirle algo en su oído, luego se alejó mientras Dae asentía. El castaño sacó la silla del asiento y mientras se iba a su carro, el pequeño le sacó la lengua a su tío YoonGi.
— ¡JeonGguk! — vociferó YoonGi.
A las seis de la tarde los dos hombres llegaron con los infantes a la casa de los mismos. YoonGi suspiró sonoramente al estar dentro de la casa. Le traía tantos recuerdos, su piel se erizó a medida que entraba, estaba todo tan silencioso, el frío que había allí le provocaba escalofríos.
— Nino... quiero dormir. — le dijo la niña en susurros, sus ojos se habían llenado de lágrimas.
YoonGi mordió su labio para no quebrarse enfrente de ellos. Cargó a la pequeña y subió las escaleras, JeonGguk venía detrás de él con DaeHyung.
La habitación de los pequeños había sido pintada de un lindo color verde manzana, habían varios diseños infantiles en las paredes que combinaban con sus camas. Al peli azul le hubiera gustado tener una habitación así. YoonGi depositó a la niña en su cama y le indicó al castaño que hiciera lo mismo con DaeHyung. JeonGguk muy a su pesar se acostó junto al niño para brindarle algo de consuelo.
— Los próximos meses serán duros. — susurró sobre la cabeza del azabache.
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Losing Control || KookGi
FanficEl matrimonio Kim sufrió un catastrófico accidente automovilístico llevándose consigo la vida de SeokJin y JiSoo. Dejando huérfanos a los mellizos, DaeHyung y Saya. El hermanastro de JiSoo, Min YoonGi, queda a cargo de sus dos pequeños sobrinos por...