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- ¿Qué haces aquí? - JeonGguk saltó hacía su hermano mientras YoonGi le sonreía nerviosamente a JiMin.

- Vine a traerle un bolso que se dejó YoonGi.

El castaño miró al pálido que parecía que estaba buscando la salida de aquel momento en las paredes. Antes de que ninguno volviera a emitir alguna palabra, apareció la salvación de YoonGi.

- Hey, YoonGi, llegaste. ¿Puedes venir conmigo?

Los tres observaron que el peliazul soltaba su respiración contenida con alivio. La mirada del nuevo enfermero vagó en los hombres reodeandolos deteniéndose un poco más en el castaño que le había robado el aliento.

Antes de marcharse, YoonGi tomó el bolso que le trajeron y se fue, despidiéndose silenciosamente de cada uno.

- Gracias por eso. - el pálido habló cuando estuvieron lo suficientemente lejos de los oídos curiosos de los hombres.

- No te preocupes. Te veías en apuros... ¿qué pasa entre tú y ellos?

- Hace unos meses empecé a salir con el Doctor Park... pero a su vez también comencé con JeonGguk. El otro hombre más pálido y de apariencia intimidante es el hermano de JeonGguk.

- ¿Y nunca terminaste con el Doctor?

- No explícitamente. Le dejé de hablar... sé que no es lo mejor, pero tampoco he encontrado el momento para decirle; "Hey, JiMin, estoy con JeonGguk, el que te dije que odiaba."

- ¿JeonGguk es... - la pregunta se perdió en el aire.

- El castaño. - miró fugazmente a HoSeok, buscando algo en su rostro, pero no encontró nada allí.

— O-oh... yo, yo no lo sabía, YoonGi. D-disculpa si te incomodé.

— Tranquilo... — El peliazul le sonrió cálidamente.

— No volverá a pasar. — Un suave color rojo tiñó las mejillas de su compañero.

— Hey — YoonGi rió. — no pienses mucho en ello, son cosas completamente normales que pasan.

Ambos hombres siguieron su camino, esta vez hablando sobre lo que les quedaba de su turno y las cosas que aún tenían pendientes.

JeonGguk le dedicó una filosa mirada al doctor que no se había perdido nada para luego darse la vuelta y comenzar a recorrer el hospital para salir de allí

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JeonGguk le dedicó una filosa mirada al doctor que no se había perdido nada para luego darse la vuelta y comenzar a recorrer el hospital para salir de allí. Pudo escuchar unos pasos siguiéndolo, de soslayo vio a su hermano, no le tomó mucho unirse a él.

— ¿Qué traes con YoonGi? — preguntó, sin previo aviso.

El castaño miró a su hermano, sin expresión alguna, para luego dirigir sus ojos al frente. Se tomó un largo tiempo, haciéndole creer a JaeBeom que no contestaría.

— Nada. Somos los tutores de los mellizos.

— Pensé que estaban en algo.

— No soy gay. — dijo sin más.

— Ya veo. Entonces... ¿no habría problema que intentara acercarme a él?

JeonGguk paró en seco, con su mandíbula desencajada debido a la furia que comenzaba a crecer en su interior. Miró los oscuros ojos de JaeBeom, encontrando cierto brillo misterioso que no pudo encontrarle explicación.

— ¿Qué? — lo desafió el azabache. — Me dices que no eres gay y que tampoco tienes algo con Yoonnie n-...

— No le digas así. — murmuró, con sus dientes apretados.

— JeonGguk, YoonGi no es de tu puta propiedad. Es un hombre joven y libre. Puede tomar sus propias decisiones.

— No te acerques a él.

— ¿Oh, sí? — rió. — ¿tú y cuántos más me lo van a impedir?

El hombre más joven se acercó al otro peligrosamente.

— Te lo digo en serio, JaeBeom. No te acerques a él.

— ¿Por qué? — su voz sonó desafiante, provocando que el enojo aumentara en JeonGguk.

— YoonGi no es gay. — Soltó lo primero que se le cruzó por la cabeza.

— Mejor busca otra excusa. — volvió a reír. — ¿Acaso no te das cuenta cómo se pone cuando me tiene cerca? Su cuerpo tiembla cuando lo toco, sus mejillas se sonrojan y balbucea... ¿y sabes por qué? Porque le gusto.

— JaeBeom... — Advirtió, al límite.

— ¿Quieres saber qué pasó entre YoonGi y yo la primera noche que llegué? Nos besamos, fue tan caliente como el mismísimo fuego.

— ¡Mentira! — gritó, enfurecido.

Antes de que el pálido hombre pudiera seguir atormentandolo con sus palabras, JeonGguk se largó contra él, logrando darle un duro golpe bajo su mandíbula.

JaeBeom no logró golpearlo gracias a que dos guardias mucho más grandes que ellos lo separaron, obligandolos a calmarse. JeonGguk gruñó y trató de zafarse cuando vio una malévola sonrisa cruzar el rostro de su hermano.

— Prepárate para tenerme más seguido en casa, hermanito. — Su sonrisa se hizo más grande. — YoonGi va a ser mío.

— ¡Señores! — Una mujer gritó, haciendo que se callaran al instante. — ¡Los quiero fuera del hospital ahora mismo! Los guardias los acompañarán hasta sus autos, así no arman otro de sus shows.

Tal y como la mujer sentenció, los fornidos hombres los sacaron a las rastras del hospital para después llevar a cada uno a sus respectivos autos, no sin asegurarse de que cada uno siguiera su camino en paz.

Sé que es cortito y espero sus disculpas por ello

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Sé que es cortito y espero sus disculpas por ello. :((
No quería dejar de actualizar así que hice lo mejor que pude.

En fin, espero se estén cuidando en éstos tiempos. ¡Manténganse sanxs y saludables!

—Hibissco

Losing Control || KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora