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1 año después...

El día en la oficina había estado especialmente pesado para él, los trabajadores a su cargo estaban nerviosos por la próxima asociación y él también, lo que provocó que hubieran algunos errores estúpidos.

Lo único que ansiaba en este momento era llegar a casa y disfrutar su día con sus hijos y pareja.

JeonGguk sonrió ante el pensamiento, aún no lo podía creer.

Sacando del bolsillo de su pantalón el celular que estuvo evitando desde que llegó al trabajo, llamó a YoonGi.

— Hola, Yoon. — sonrió un poco. — ¿ya estás en casa?

— En eso estamos, Gguk. Vine a buscar a los niños con JiMin.

— Oh, bien. ¿Quieres que lleve el almuerzo? ¿JiMin comerá con nosotros?

Pudo oír a través de la línea a YoonGi preguntándole al rubio si se quedaría con ellos esa tarde.

Otra cosa de la que estaba sorprendido, después de las maravillosas vacaciones con sus padres, YoonGi logró entablar una amistad con Park. Luego de una larga charla entre ambos, dejando en claro cada cosa que pasó entre ellos, pudieron comenzar nuevamente como amigos. JeonGguk la tuvo difícil los primeros días, tenía que lograr entender que su novio y JiMin no tenían más que una amistad. Pocos meses después los cinco, junto con HoSeok y NamJoon comenzaron a compartir cenas con varias botellas de vino de por medio, risas y anécdotas vergonzosas.

— Él irá. — YoonGi interrumpió sus pensamientos. — Llevaremos el postre... ¡no traigas comida chatarra!

— ¡Es deliciosa! — Se quejó mientras cerraba la puerta de su oficina.

— JeonGguk... la semana pasada comimos lo que tú querías, trae algo sano.

— De acuerdo. Te quiero.

— También te quiero. Nos vemos en casa.

Antes de salir le dedicó una mirada a su secretaria, ella era una señora de tal vez cincuenta años, siempre fue muy eficiente y jamás se quejó de nada ni se metió en su vida privada. Pero JeonGguk sabía que ella era un poco habladora, por lo que se había esparcido la información de que estaba en pareja, sin embargo, nadie sabía con quién. Pese a que su familia y los amigos de YoonGi sabían, él aún no daba un "anuncio" de que formalizó con otro hombre, no era conocido por ser alguien que decía a cuatro vientos a quién metía en su cama, pero para los planes que tenía tendría que ser pronto y rogar que ninguno de sus clientes fuera lo suficientemente homofóbico como para dejarlo.

— Nos vemos mañana, Señora Kim.

— ¡Señor, Jeon! Antes de que lo olvide.— Ella corrió apresuradamente los pocos pasos que los separaban.  — Su madre llamó cuando estaba en la junta, dijo que estaban bien con el Señor Dong en Nueva Zelanda, pero que la llamara en cuanto pudiera porque tenía que decirle algo... ella no quiso decirme.

— De acuerdo. Gracias por avisarme.— Entrecerró un poco sus ojos. — Adiós.

— Adiós, Señor.

Aún le incomodaba pensar que el padre de YoonGi ahora era una especie de padrastro para él. Al parecer ellos tuvieron una maravillosa química en las vacaciones y las chispas los llevaron a tener una relación poco después. Recordaba lo histérico que el peliazul se había puesto cuando sus padres lo oficializaron, primero porque habían actuado como adolescentes, sin tener en cuenta en nada más que ellos, después porque era malditamente raro verlos besarse o darse pequeñas caricias furtivas.

De camino a casa pasó por un restaurante vegano, allí pidió la comida y algo que se viera lo suficientemente apetitoso para Saya y DaeHyung, él reía cuando no querían comer vegetales que olieran dudoso, pero YoonGi comenzaba con su charla interminable de que debían mantenerse sanos para que crecieran.

Una vez que tuvo la comida en sus manos se marchó a casa, estaba ansioso por sacarse el traje y ponerse ropa cómoda, comer y dormir un poco.

Al abrir la puerta de la casa, lo primero que sus ojos vieron fue a los infantes junto con JiMin y YoonGi bailando frenéticamente frente a la gran pantalla de la sala.

— ¡Papá! — Saya fue quien lo miró primero. La pequeña dejó el juego y corrió hasta él colgándose de su pierna. — Te extrañé.

— También te extrañé, cariño. — Él comenzó a caminar lentamente, aún con la niña enganchada en su pierna. — ¿Te estabas divirtiendo?

— ¡Sí! ¿Vienes a bailar conmigo?

— ¿Ahora?

Así fue como terminó sacándose la corbata y el saco, desprendió los primeros botones de su camisa y estiró su cuerpo para unirse al juego.

Veinte minutos después se tiró en el sofá más cercano, el sudor corría por su cuerpo, su respiración acelerada y rogaba por un poco de agua.

— ¡No aguantas nada, JeonGguk! — YoonGi se burló, mientras hacía un extraño baile con sus manos, al que el pálido lo llamó "baile de la victoria".

— Ven aquí. — Se puso de pie rápido logrando tomar desprevenido al peliazul y tumbarlo sobre el sillón que estaba a sus espaldas. Dejó sonoros y cortos besos en los labios y parte del rostro de su novio.

— ¡Hay niños aquí! — JiMin reía.

Las cosas todavía están tranquilas

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Las cosas todavía están tranquilas. 🥴

Este capítulo básicamente es para mostrar los cambios que han habido en ese tiempo.

Hay un cambio que no se ha dicho explícitamente pero que probablemente se den cuenta dentro de unos capítulos más.

¡me despido! Que tengan buena semana y manténganse saludables.

— Hibissco

Losing Control || KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora