La cena de Navidad había llegado demasiado pronto para YoonGi, lo bueno es que podría pasar noche buena con su hermosa familia. Hubieron años donde ni siquiera había estado en casa para esas fechas, las había pasado en el hospital, atendiendo urgencias.
Suspiró mientras revisaba la comida en el horno, todavía tenía una hora y media para ducharse, su padre y novia llegarían a esa hora y él esperaba estar listo.
YoonGi se encogió en su lugar riendo un poco al sentir el suave aliento de JeonGguk en su cuello, provocándole cosquillas.
- ¿Por qué no vas a cambiarte? Yo puedo encargarme. - Le dedicó una brillante sonrisa.
- ¿Seguro? - Un pequeño puchero inconsciente nació en los labios del hombre más bajo.
- Por supuesto. - JeonGguk besó aquellos rosados labios que le encantan.
- ¿Estarás así o te cambiarás? - Preguntó, mientras se percataba de las prendas de su contrario.
- ¿Acaso no estoy apropiadamente vestido? - Respondió sonriente, mientras metía sus manos en los bolsillos del pantalón chándal que llevaba puesto.
- A mi me encanta todo lo que te pongas, incluso me gustas desnudo. - Susurró, sólo para ellos.
YoonGi pasó sus brazos por el cuello de su amante sintiendo a su vez como JeonGguk tomaba su cintura para pegarlo a él y besarlo lentamente. Gimió extasiado al tener la juguetona lengua del castaño en su interior, intentó pegarse más a él, logrando percibir un bulto chocando en su muslo.
- Se hará tarde. - Advirtió el castaño, que pese a sus palabras dejó un camino de húmedos besos en el cuello del pálido.
- Lo sé. - YoonGi gimió suave.
Aunque los dos hombres supieran que estaban a la vista de todos, siguieron besándose tan acaloradamente como se les era permitido, prontamente aquello se descontroló, convirtiéndose en un mar de lujuria, pequeños gruñidos se escuchaban, exigiendo más piel y cercanía entre ambos cuerpos.
JeonGguk acorraló el menudo cuerpo de YoonGi contra la isla de la cocina, encontrando el punto perfecto para que sus erecciones comenzaran a frotarse.
YoonGi gimió bajito cuando sintió los mordiscos de su amante en la curvatura de su cuello, abrió mínimamente sus ojos para darse cuenta de que había alguien acercándose a donde estaban. Empujó el acalorado cuerpo de JeonGguk y trató de reponerse.
— ¿Qué... — La pregunta del castaño quedó en el aire cuando vio la figura de su hermano en el umbral.
YoonGi no era ningún tonto y se percató de las filosas miradas que se dedicaban, frunció el ceño, si bien sabía que los hermanos no se llevaban precisamente bien, cuando Jae llegó no era tan estrecha la relación. Algo más había pasado en esos días.
Ninguno dijo nada, pero ni siquiera hacia falta que lo dijeran. El peliazul miró de un lado al otro para después ver que JaeBeom sonreía divertido cuando JeonGguk le dio la espalda. Eso sí lo confundió.
— Iré... — YoonGi habló, aún intrigado por la situación. — Iré a ducharme, prometo no tardar.
Antes de que pudiera salir, JaeBeom lo llamó, diciendo que tenía que consultarle algo de extrema importancia, por lo que se ofreció a acompañarlo, así no perdían tiempo. YoonGi asintió, extrañado, pero antes de marcharse miró al hombre que lo traía loco, parecía un dibujo animado por lo rojo que se encontraba.
— ¿Entonces? ¿Qué sucede?
— ¿Qué? — JaeBeom lo miró, sin entender.
— Dijiste que tenías algo para decirme.
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Losing Control || KookGi
Fiksi PenggemarEl matrimonio Kim sufrió un catastrófico accidente automovilístico llevándose consigo la vida de SeokJin y JiSoo. Dejando huérfanos a los mellizos, DaeHyung y Saya. El hermanastro de JiSoo, Min YoonGi, queda a cargo de sus dos pequeños sobrinos por...