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La remodelación de la casa había comenzado mucho más temprano de lo esperado, según lo que les habían dicho llevaría 6 semanas en tener la enorme casa como si fuera otra. Los primeros días fueron una tortura, más que nada para el peli azul, tener que remover o donar las cosas de su hermana y cuñado fue duro, todavía no estaba dispuesto a dejarla ir.

Ya habían transcurrido 5 semanas desde el primer encuentro sexual con JeonGguk, después de ése día se volvieron a repetir, con más precaución y con la misma intensidad que la primera. El hombre ya no ingresaba a mujeres a escondidas en la casa, eso lo agradecía, tal vez sería porque ya no tenía tiempo o porque simplemente lo tenía a él para follar.

En cuanto a JiMin, lo seguía cortejando, sutil y lentamente, era agradable porque lo hacía sentir hermoso y querido, algo que no sentía hace mucho. El castaño seguía hablando mierda sobre el doctor, pero no le importaba, obtenía amor y dulzura con Park, mientras que de Jeon recibía la lujuria incontenible.

— Hoy tienes tu día libre. — comentó JeonGguk mientras ingresaba a la cocina de su apartamento.

Debido a las remodelaciones, decidieron dejar la casa por el tiempo que llevaría remodelarla e irse a vivir temporalmente al departamento de soltero del mayor.

— Así es... ¿por qué? — le respondió el pálido mientras se metía algunos gajos de naranja a su boca.

— Hoy los pequeños se van con tu padre, ¿no?

— Sí, irán a conocer a mi nueva madrastra.

— Uhg. — frunció su ceño. — ¿qué tiene la gente con ponerse en pareja?

— Se llama amor, JeonGguk, no sé si estás al tanto.

— Pues no. No le veo la gracia. Como sea, ¿tienes planes?

— ¿Por qué? ¿me invitarás a una cita?

— Te invitaré a coger.

— No tienes que hacer una invitación para eso, te vienes metiendo en mi habitación desde hace 4 semanas, ya ni siquiera me preguntas si tengo ganas de hacerlo o no.

— Oh, Dios. — rió el castaño. — cualquiera que te escuchara pensaría que eres un pobre hombre que no lo dejo en paz. Eres igual o más caliente que yo, ayer por poco no me esperabas dilatado en la cama.

— Cállate, cerdo. Están los niños cerca.

— Entonces... — hizo caso omiso a las palabras del menor. — ¿tienes planes? ¿o podremos hacer nuestra maratón de sexo?

— Asumo que después de que salga con JiMin haremos nuestra maratón.

YoonGi se dio vuelta para seguir comiendo la deliciosa fruta y cuando regresó la vista se percató que el mayor ya no estaba en la cocina, algo desorientado salió de allí para buscarlo, lo encontró en el living con su celular.

— ¿Qué sucede contigo? — preguntó el pálido. — estábamos hablando.

— ¿Ah, si? Pues fíjate que no lo recuerdo.

— ¿Estas bromeando conmigo? ¡me acabas de decir que querías coger en cuanto se fueran los niños!

— Bueno, pues... retiro la oferta. — volvió su atención al teléfono.

— ¡Esa oferta no se puede retirar! — refunfuñó YoonGi.

— ¡Ja! ¿Y eso según quién? Yo decido con quién tengo sexo. Y ya no me apetece hacerlo contigo.

— ¿C-cómo.... ¡No! JeonGguk, ¿qué pasa contigo? ¿Acaso me dirás que de repente ya no te caliento?

El castaño comenzó a hacer un ridículo ruido de campana mientras movía su mano como si en ella tuviera una.

Losing Control || KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora