YoonGi no estaba seguro de cuál emoción predominaba en su cuerpo, si los celos porque HoSeok se estuviera comiendo con los ojos a JeonGguk o la sorpresa de que el castaño estuviera en el hospital.
- Yoon. - el hombre que protagonizaría las fantasías eróticas de su nuevo compañero le sonrió abiertamente. - ¿Ya estás libre?
El peliazul miró de reojo a Jung y asintió débilmente.
- Perfecto... no pensé que llegaría a tiempo. ¿Vamos al café que está a la vuelta?
- ¿Qué? Ah, sí, vamos.
YoonGi miró a su compañero e hizo un leve movimiento de cabeza saludandolo. Fue ahí que JeonGguk fijó sus oscuros pero brillantes ojos en él. Puede que el castaño no lo hubiera notado, pero él sí lo hizo, no pasó por alto cuando HoSeok contuvo el aliento por su simple mirada.
El hombre de piel más clara no dijo nada, simplemente se dejó llevar por el hombre más alto. Estaba algo aliviado por salir de allí.
- ¿Quién era él?
- ¿Oh? Ah, es HoSeok, un nuevo compañero.
- Tiene una presencia muy cálida.
- ¿Eh? ¿A qué te refieres? - YoonGi preguntó, cautelosamente.
- Ya sabes, parece ése tipo de personas que puede convertir tu día gris. Que hará todo lo posible para verte sonreír.
YoonGi se estaba forzando a no sentir celos, él no lo haría. Que JeonGguk estuviera hablando así de su compañero no significaba nada.
- ¿Te gusta? - Preguntó de repente.
- Es lindo. - JeonGguk respondió como si nada.
- Pero... así como lo hago yo. ¿Te gusta de esa manera? - YoonGi ni siquiera estaba considerando lo que decía.
Pudo ver que una de las marrones y bien definidas cejas de Jeon se elevaba para luego mostrarle una sonrisa divertida.
- Nadie me gusta como tú, YoonGi.
Por más que le costara admitirlo, aquellas palabras habían calmado sus celos crecientes. Con algo de timidez, rozó sus dedos con los del más alto, fue un toque delicado, más que nada para no hacer que JeonGguk se aterrara por mostrar afecto en público, con otro hombre.
Pero, él para nada esperó que JeonGguk enredara sus manos y que lo atrajera para dejar suaves y cortos besos en sus labios.
— Estamos en la calle. — susurró, embelesado por el hombre que besaba.
— ¿Y? — JeonGguk mordió su labio inferior con suavidad.
Aprovechando el tiempo de valentía de su contrario lo tomó por el cuello, sus pies se pusieron de punta para alcanzar sus rosados labios y besarlo cómo a él le encantaba.
— Perderás tu poco tiempo libre y no alcanzarás a comer, Yoon.
YoonGi hizo una mueca, no quería parar de recibir los besos del hombre, pero sabía que tenía razón y su estomago sonó, estando de acuerdo con Jeon.
Entraron al café tomados de las manos y se ubicaron en una mesa donde estuvieran lo bastante solos.
JeonGguk escuchaba atentamente cómo había ido la jornada de YoonGi hasta ése momento. Se erguió en la silla cuando notó que su acompañante callaba de repente y se ponía nervioso.
— ¿Qué sucedió? — preguntó el castaño con curiosidad.
El peliazul lo miró sorprendido y después sus mejillas se tiñeron de carmesí, eso le provocó una pequeña sonrisa a Jeon.
— Dime... — insistió con una pequeña sonrisa mientras bebía su café.
YoonGi evitó sus ojos un momento antes de tomar una bocanada generosa de aire.
— ¿Qué opinas de tener un bebé? — Soltó rápidamente, tanto así que JeonGguk por poco no le entendía.
Aquella pregunta había sorprendido enormemente al castaño, se había atragantado con su bebida, provocando que su garganta ardiera después.
— Dios... yo, lo siento, sabía que no tendría que haberte dicho.
— YoonGi, puedes decirme lo que quieras... solo que fue sorprendente, pensé que con los mellizos estabas bien.
— Yo... lo estoy, no creas que no. Pero, pero entró un bebé a la unidad de neo, tu no puedes imaginar lo hermoso que es... su madre falleció en el parto y él será llevado a un orfanato.
— Yoon... — JeonGguk le regaló una sonrisa. — Sabes que no podremos adoptar a cada niño que pase por el hospital con una situación complicada.
— Lo sé, lo sé, pero esa criatura... la tienes que ver y lo entenderás.
Vio que su compañero revisaba su celular para después tomar lo que quedaba de su café de un solo trago, lo apuró, diciendo que aún había tiempo.
JeonGguk comió lo que quedó de su tarta en el camino, no quería destrozarle las ilusiones a YoonGi, pero era casi imposible que ellos adoptaran a otro niño.
Estuvo un momento esperando a que YoonGi pidiera permiso y pudo escuchar que solo se lo estaban dando porque siempre fue alguien ejemplar en el trabajo. Antes de entrar, ambos tomaron las medidas necesarias.
El menudo hombre lo tomó de la mano y se acercaron silenciosamente a una incubadora donde había un pequeño bebé mirándolos expectantes. JeonGguk no iba a negar que era precioso, sus pequeños ojos brillaban e hizo que su corazón se apretara en su pecho.
JeonGguk se sintió severamente atacado, cuando giró a ver a YoonGi este lo miró de una forma tan esperanzadora que simplemente era demasiado para un mortal, incluso él podía ver un pequeño puchero asomarse por su rostro.
— Yoon...
— ¿Si? — Preguntó en un susurro.
— Tú... ¿realmente lo deseas?
— Lo hago... yo sé que va a ser complicado, pero podremos, juntos.
— No será fácil obtenerlo. — Fue realista.
— Lo sé, pero... ¿tu quieres?
El castaño dirigió su mirada nuevamente al niño que en ningún momento dejó de mirarlos y asintió, algo nervioso. Los dos estaban tomando desiciones muy apresuradas en cuanto a ello, sabía que tenían que ser delicados.
JeonGguk salió de sus pensamientos cuando un liviano cuerpo colisionó contra el suyo. Automáticamente rodeó sus brazos por el delgado cuerpo de YoonGi y lo abrazó muy fuerte. Dejó suaves besos en sus labios, disfrutando la textura de los mismos.
— ¿Quieres tocarlo? — YoonGi le enseñó cómo hacerlo y quedó encantado con aquello.
Estuvieron un momento más con el pequeño hasta que ambos salieron de allí, no iban a abusar de la confianza que le tenían al peliazul.
— Te veo en casa, Yoon. — JeonGguk se iba a inclinar a besar al más bajo cuando escuchó el sonido de algo duro cayendo al piso. Ambos miraron en esa dirección encontrándose con los ojos curiosos de Park JiMin. No pasó mucho cuando escucharon el carraspeó del otro, ubicado a una distancia prudente se encontraba su hermano, con el bolso de trabajo de YoonGi.
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Losing Control || KookGi
Fiksi PenggemarEl matrimonio Kim sufrió un catastrófico accidente automovilístico llevándose consigo la vida de SeokJin y JiSoo. Dejando huérfanos a los mellizos, DaeHyung y Saya. El hermanastro de JiSoo, Min YoonGi, queda a cargo de sus dos pequeños sobrinos por...