The Hell of Neverland | Peter Pan

Capítulo 10.

Salir del gran árbol y regresar al campamento resultaba extraño para Katherine; pero todavía lo fue más para los niños perdidos cuando la vieron unirse a ellos durante el desayuno.

- ¿A qué se debe este honor? - cuestionó Zorro sentándose a su lado.

- Me apetecía desayunar. - se excusó con vaguedad. El resto de niños la saludaron amistosamente, incluso algunos le despeinaron el cabello al ver que había decidido relacionarse con el grupo de nuevo. Jack la golpeó en la espalda con la palma de la mano a modo de bienvenida. - ¡Eres un bruto! - se quejó.

El niño sonrió y le lanzó uno de los dos mangos que llevaba en la mano, como si así pudiera disculparse.

Con la mirada, Kath buscó a Pan entre los niños, pero no había ni rastro de él. No es que después de lo que ocurrió ayer se hubiera olvidado del tétrico destino de sus padres, sino que esa mañana al despertarse se había encontrado con más fuerzas para encarar lo que le deparasen estos días.

Cuando todos se disiparon para comenzar con sus tareas cotidianas, Katherine se acercó a Félix, quien estaba recolectando flechas para su carcaj; seguramente preparándose para ir a cazar.

- Buenos días a ti también. - comentó burlesca. - ¿No vas a felicitarme por salir del árbol como los demás?

El rubio a penas le prestó atención, cosa que logró extrañarla con facilidad.

- Sí, claro. - asintió. - Enhorabuena.

Ella arrugó el entrecejo confusa; Félix se había mostrado muy preocupado durante estos días, era raro que ahora que por fin había optado por abandonar su soledad no se animase.

- ¿Te ocurre algo?

- ¿Y a ti? - cuestionó. Estaba serio, de reojo notó que apretaba el arco entre sus dedos.

- No.

- A mi tampoco. - se reafirmó. Seguidamente mostró una sonrisa sin dientes; trataba de ser real, pero sin duda se veía la falsedad en ella. - Bienvenida, Kathy.

Si la chica hubiera sabido la razón del extraño comportamiento de Félix, desde luego hubiese deseado regresar a su dormitorio y no volverlo a abandonar.

Al verse sin nada que hacer, Katherine optó por tomar un baño. Antes que deambular por el bosque, prefería relajarse cerca de la cascada, contando con que hacía largos días que no lo hacía.

Dejó la ropa en la orilla y se sumergió con la tranquilidad que un agua casi cristalina aporta. Tal vez Nunca Jamás tuviera muchos peligros, pero no se escondían bajo estas aguas.

Nadó de un lado a otro y disfrutó del sonido que hacían las criaturas del bosque, a pesar de que no supiera del todo qué animales los emitían. Quizás no hubiera hadas, pero desconocía si existían otras criaturas similares. La magia y todo lo que la rodeaba seguía siendo un misterio para ella.

Si no hubiese dirigido una mirada a las ramas de los árboles, ni si quiera lo habría visto. Era silencioso como el que más, pero sus ojos chocaron con los suyos y él ni si quiera se sobresaltó.

- ¿Me estás espiando, Pan? - cuestionó, elevando la voz para que la oyera.

- Si te estuviera espiando no me habrías visto. - respondió Peter. Sus manos se aferraban a la rama, todavía desde las alturas.

- ¿Entonces qué es? ¿Vas a unirte al baño?

- ¿Quieres que lo haga? - inquirió. Una sonrisa ladina apareció en sus labios.