Capítulo 19.

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La sensación que Katherine vivía era inefable; a penas podrían encontrarse palabras para describirla. Era complicado de explicar; como si una persona viviera dos vidas distintas y, en algún momento, las uniera.

Con solo mirar a Pan, se daba cuenta de que sus sentimientos eran contradictorios. Tal vez la forma en la que se habían acercado ambas veces que se "conocieron" eran similares, con las charlas nocturnas y las peleas de espadas; pero las intenciones y los sentimientos que habían surgido después eran completamente distintos.

Además, la mitad de su corazón latía en el pecho de él. Ese era el motivo por el que experimentaba una sensación tan rara al estar junto a él, o puede que fuera a causa del amor verdadero. Llegados a este momento, Kath ya no estaba segura de nada.

¿Cómo diablos podía sentir amor verdadero? Eso se forjaba con el paso de muchos años al vivir una relación duradera, o eso pensaba ella. La primera vez que lo conoció, lo que desarrolló por él fue el cariño que le tienes a un buen amigo, a una persona con la que puedes contar y en quien confiar. Ahora, era posible que Katherine hubiera desarrollado grandes lazos afectivos, pero no como si fueran amigos, sino algo más. ¿También contaba entonces como amor verdadero? ¿O al haber perdido los recuerdos había cambiado?

Sentía que le iba a explotar la cabeza, había recibido demasiado información y trataba de procesarla demasiado rápido. Podía preguntar a Pan hasta hartarse, pero en esos momentos no quería hablarlo con él. ¿Cómo no iba a estar molesta si le había arrebatado sus recuerdos? Le había salvado la vida y él le había quitado la memoria y sus momentos en la Isla por la rabieta de que nadie puede salir de la Isla.

Por si eso fuera poco, había tardado tres meses en contarle la verdad desde que había regresado a su lado. Todo esto... todo lo que había ocurrido... no sabía hasta qué punto era real.

- ¿Te encuentras bien? – cuestionó Peter.

- Necesito meditarlo bien. – le contestó, seca. – Bájame de aquí, quiero regresar a mi dormitorio.

Pan asintió en respuesta, mas antes de hacerlo se acercó a ella con la intención de darle un beso. Sin justificarse, Katherine apartó su rostro. Él lo entendió a la perfección y al momento hizo que su magia la transportara a las afueras del árbol-dormitorio.

El frío la rodeó y de nuevo el sentimiento de soledad regresó a ella. No sabía cómo sentirse. Todo era extraño.

Observó la hoguera a medio apagar y recordó las veces que de pequeña había danzado a su alrededor, dando gritos y aullando como los animales. Sonrió tristemente y suspiró. Pan no solo le había mentido, sino que se había aprovechado de que ya la había conocido una vez para encandilarla con las cosas que más le habían gustado de la Isla la primera vez.

- ¿Te encuentras bien?

Al darse la vuelta, vio a Zorro detenerse a un par de metros de ella.

- Lo recuerdo todo.

El chico permaneció unos segundos con la boca abierta, habiéndose quedado sin nada que decir hasta que por fin se le ocurrió algo.

- Veo que Pan ha cumplido su promesa.

- Ah, con que tú también lo sabías.

- No hay muchas chicas que se llamen Katherine y que pasen por la Isla. – respondió con burla, pero ella no compartió la gracia.

- Así que también me has mentido.

- Yo no te he mentido – protestó. –, pero no podía devolverte los recuerdos. Lo máximo que pude hacer fue exigirle a Pan que lo hiciera.

The Hell of Neverland | Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora