Capítulo 21.

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La cara de Katherine estaba repleta de duda, tratando de buscarle un sentido a aquella información.

- ¿De qué hablas? ¿Qué ha hecho Peter? – en su voz, había un leve temor a la respuesta.

- Me infectó con Sueño Mortal hace años para doblegarme. – contestó. – Elegí la cura antes que la muerte, pero si salgo de esta Isla, mi final será más doloroso que el de ninguno.

Kath negó con la cabeza, con el ceño arrugado como si esa historia enrevesada no pudiera ser real.

- Pero Peter... él no...

- Él es un monstruo a pesar de que no puedas verlo. – la interrumpió, siendo ahora él quien se acercaba a ella. – Te prometo que no te quiere.

A pesar de tener que hacer un esfuerzo sobrehumano, la chica logró que las palabras correctas salieran dubitativas de su garganta.

- ¿Entonces qué quiere?

La luz de la antorcha se apagó repentinamente, a lo que Kath soltó un pequeño chillido por el susto. A penas podía ver nada, mas Zorro se dirigió con rapidez a la antorcha para volver a encenderla.

- Ya me encargo yo. – esa voz logró helarlos a ambos, inmovilizándolos en sus sitios. Cuando la luz de las llamas regresó, sus temores se habían confirmado.

Peter Pan estaba de pie a escasos metros de ellos, con una pequeña sonrisa y la antorcha encendida en una mano. Mientras la dejaba apoyada en la pared, volvió a hablar.

- ¿Qué ocurre, Derian? – inquirió. – ¿Ahora ya no vas a decir nada más en mi contra?

Zorro se mantuvo en silencio sepulcral, como si eso fuera a salvarle de algo.

- Veo que te has esforzado en llegar a un lugar recóndito de la Isla, pero te olvidas, como siempre, de que controlo Nunca Jamás a la perfección. – comentó. – ¿De verdad creías que no me daría cuenta de lo que planeabas?

- Sea lo que sea que vayas a hacerme, déjame despedirme primero.

Zorro se volvió hacia Katherine, quien trataba de asimilar excesiva información en un limitado tiempo, y cuando el moreno agarró sus manos por unos instantes como si le transmitiera fuerza, en realidad dejó la habichuela mágica sobre su palma.

- Kath, yo... – comenzó Zorro, pero su diálogo se vio cortado cuando su cuerpo salió disparado y chocó contra la pared.

- ¡Peter, para! – chilló ella al momento, viendo como este había movido la mano al mismo tempo que el chico impactaba contra la roca.

- Es lo que se merece por desobedecerme, Katherine. – comentó con tranquilidad. La frialdad con la que hablaba no era propia del tono que solía utilizar últimamente.

A lo que Derian trató de incorporarse, Pan volvió a mover su mano haciéndole volar hasta chocar con el otro lado de la cueva. Su cuerpo cayó al suelo con un quejido adolorido y esta vez no volvió a levantar cabeza.

En el momento en el que los ojos verdes de Peter pasaron a observar a la chica, esta sintió como un escalofrío la recorría de arriba abajo. Hacía mucho que no sentía miedo por él y pensó que no volvería a hacerlo.

Este avanzó hacia ella y acarició su mejilla con suavidad. Aun así, el cuerpo de Kath seguía tenso.

- Dame la habichuela. – le ordenó. Ella dudó, pero sabía que no le quedaba otra alternativa. No quería enfrentarse a la furia de Pan, no de nuevo. Por ende, llevó la semilla hasta depositarla sobre la palma de su mano. – Bien hecho.

Los ojos llorosos de Katherine no se separaban de los de él. No sabía si le aterraba más la situación o lo que iba a preguntar.

- ¿Por qué iba a querer huir? – cuestionó en un susurro. – ¿Por qué iba a hacerlo si me quieres?

El chico sonrió de lado y, por un momento, en su mirada se reflejó el cariño con el que la miraba siempre. Sin embargo, no tardó en desaparecer.

- Eres muy inocente, Katherine. Tal vez demasiado. – suspiró Pan. – Hay una cuarta parte de la historia que no te llegué a contar.

Aún reteniendo las lágrimas, la voz de la chica sonó quebrada.

- ¿Qué ocurre en esa parte?

Casi sin fuerzas, un gruñido procedente de Zorro, quien seguía en suelo, llamó la atención de ambos.

- Siento no haberte protegido bien, Kath. – murmuró. Acto seguido su cabeza volvió a desplomarse en el suelo, tal vez agotado o incluso inconsciente. Pan rodó los ojos, pero no le dio mayor importancia.

- En esa parte de la historia aparezco yo, Katherine. – comenzó. – No he podido olvidarme de lo que sentí al tener el corazón de Henry en mi pecho. Me embriagué de su poder y no pude a penas disfrutarlo.

Pequeñas lágrimas se deslizaban por el rostro de la castaña, aguantaban a penas un segundo en su barbilla y se estampaban contra el suelo.

- No me malinterpretes, medio corazón de la verdadera creyente está bien, pero es mejorable. – continuó. – Además, durante estos años lo he ido oscureciendo demasiado rápido.

A pesar del nudo que sentía en su estómago y que se extendía por todo su cuerpo inmovilizándola, ya podía hablar con normalidad. Su voz estaba rota y era a penas un susurro, pero ya no se atoraba en su garganta.

- ¿Esa es el fin de la historia? ¿Que quieres la otra parte de mi corazón?

- Para eso te trajo la Sombra, para que pudiera obtenerlo.

Una triste sonrisa emanó entre los labios de Katherine, haciendo que varias lágrimas también se apoyaran sobre estos. Sus ojos prestaron atención al rostro de Peter, mirándola con seriedad y una ceja enarcada ahora que la veía sonreír sin sentido alguno. Era precioso y puede que lo amara, pero era un mentiroso.

Zorro había tenido razón todo este tiempo. Cuán ciega había sido al no querer reconocerlo. Sintió como sus oídos zumbaban y su vista se volvió borrosa, aunque dudaba que fuera por la llorera.

Derian la había advertido, pero era demasiado tarde cuando se había visto obligada a creerle. Ahora ya había caído en la trampa. Ahora ya no tenía escapatoria. El demonio que Pan guardaba en su interior la había engañado y ella, como una necia, se lo había puesto todo en bandeja.

Momentos más tarde, su cuerpo se derrumbó.

The Hell of Neverland | Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora