CAPITULO XVIII. Cuando la trampa le gana a la viveza...

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La noche se me fue en pensar, la verdad digo noche sin saber a ciencia cierta ¿qué hora es?, lo asumo noche porque EFREN así lo ha dicho, y haciendo caso de mi reloj corporal que se ciñe al cansancio, porque con la luminiscencia de este lugar, no se hace fácil saber, en lo que se supone fue la noche, escuche a quienes hacían la guardia hablar pero no logré entender que decían, cerraba los ojos pero no dormía, cuando MARCOS estaba aquí lograba dormir por lo que creo eran más de dos o tres horas, pero ahora sola un poco más cómoda por el colchón y la cobija no lo lograba.

Pensaba en JOEL, en ¿cómo se lo estar tomando?, y estaba también la debilidad de su madre este último tiempo, NOEL estaba en lo cierto, algo pasaba con ella y por tantas ocupaciones nosotros no lo habíamos notado, o por lo menos yo no lo hice.

Pensaba en mi familia, mi hermano y mi padre, como lo estarían llevando, ojala hubieran tomado la previsión de no informar, porque con el asunto de la presión, no sería bueno para él todo este estrés. Aunque no soy muy de estar siempre con ellos, siempre hemos estado cuando nos necesitamos.

Y por supuesto pensé en él, en MARCOS SCORPELO, en las cosas que nos unían, en las que nos separaban, en ¿cómo la vida nos había jugado esta treta?, en ¿cómo no éramos dueños de nuestras vidas aquí? y ¿como serian nuestras vidas allá afuera, si salíamos de esta?, en lo poco que conocemos el uno del otro, y en la intimidad que habíamos compartido, en lo bien que es estar a su lado y lo valoraba más ahora que me encontraba sola.

Pensé que probablemente era lo mejor que estuviéramos separados así no seguiríamos presos de las retorcidas ideas de EFREN que habían ido en aumento desde nuestra captura, comenzó con el beso, luego hizo que el me bañara, que yo lo bañara a él, y después... esa intimidad, que me hizo estallar en sensaciones, que me hizo pedir más, Dios... MELINA ROMÁN, le pedías más... le pediste que te penetrara... -cubrí mi rostro con mis manos- como tapando la pena ante alguien que no estaba allí, como si en vez de pensarlo se lo estuviera contando a alguien más, cosa que no ocurriría porque nadie por mi jamás sabrá lo que pasó entre nosotros.

Solo el beso, no podremos ocultarlo, porque aunque solo los dos lo vivimos y compartimos, a la final en su arranque de defensa terminó aclarándoselo a MARC, que no sé de dónde sacó esa faceta insoportable, bueno si se, de esta situación que está concebida para sacar lo peor de cada cual.

Lo demás serán cosas que no saldrán a la luz y que haremos de cuenta que no pasaron al salir, cada quien continuará con su vida como si nada, y si queda algún conflicto, no será nada que unas sesiones con el psicólogo no haga superar, y bueno, se terminara el trabajo si así se puede y ya después esto será solo un vago recuerdo que con el tiempo me hará dudar si es producto de mi imaginación o un sueño o pesadilla que ya habrá pasado.

Yo seguiré mi vida, no sé si junto a JOEL o no, y él,  igual, seguirá su... vida... (de momento pensar que cada uno seguirá su vida como si nada de esto pasó, me hizo sentir una punzada que me hizo remover), acaso no quería yo eso, acaso estaría pensando que esa no era la única posibilidad...

- un millón de dólares por tus pensamientos princesa.- entró EFREN con un plato de hot cakes, limonada, una flor y un chocolate.- buenos días.

- Hola.

- Tan animada no princesa, que sabes que sensible soy para tus emocionados saludos.

- No estoy de humor- le contestó susurrando, la verdad no quería ni hablar.

- ¿No me digas que estás con Andrés?

- No estoy con... Andrés ni con nada de eso, así que párale ya.

- Uy perdón... ojala no te llegue Andrés, porque si sin él ya está de malas, no me quiero imaginar con él.- voltee mi rostro a la pared.

- ¿Ahora es la ley del hielo?, te traje esto... Debes comer,  ahora hay un trato nuevo: si no comes ellos no comerán, y la cantidad que tu comas será igual a la que a ellos se le dará.

Secuestrado DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora