CAPITULO X. Cuando las heridas se abren para que puedan doler más...

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- No, ya lo sabía. De todos modos gracias por estar al pendiente de mis incumbencias. – espeté, MARCOS ahora entrelazaba sus dedos a los míos.

- Siempre a tu orden princesa, solo dime si quieres te rindo cuentas diarias de lo que hace tu esposo y con gusto lo haré.

- Déjalo a el fuera de esto, por favor EFREN.

- Ay no, no me digas que lo piensas perdonar después de esa idiotez, no se lo merece, la verdad preferiría verte casada con el negociador, con todo lo mal que me cae, a que vuelvas con ese idiota- lo último lo dijo gritando fuerte y yo me sobresalte, mi corazón comenzó a latir muy fuerte, eran tantas cosas, la cabeza me dolía como si me estuvieran estrujando el cráneo, y el corazón residía allí martillando fuerte, los ojos me ardían y mi cuello estaba tan rígido que pesaba. Trate de controlarme, de respirar de manera profunda para lograr serenarme. Con el pulgar MARCOS acariciaba el dorso de mi mano, y respire al compás de su movimiento.

- Lo siento mucho- susurró MARCOS cerca de mi oído- no le demuestres debilidad porqué te va a joder- yo solo asentí quedamente.

- EFREN, tienes razón... (suspire pesarosa) no debo perdonarlo, no vale la pena, ayer le pedí el divorcio y tranquilo lo acepto (era la única manera de proteger a JOEL y que nada le pasara o me manipulara a través de él).

- ¿Pensé que nos secuestraban personas serias?, no viejas chismosas de vecindad, a los que les mueve es el cuento.- dijo MARCOS con los dientes apretados.

- Ay negociador, no me des motivos para desaparecerte... que ganas no me faltan, y tú las nutres cada momento que pasa.

- No has hecho más que chismear y cotillear desde que estas aquí, aun no sé qué quieres de nosotros, porque no has dicho a ¿quién quieres comunicar?, la verdad todos aquí somos empleados, y así fuéramos 20, ¿Crees que somos tan valiosos como para que MAXWELL venga a cambiarse con nosotros?, parece que no conoces al personaje.

- Eso no lo dirás tú, un "simple empleado" sino él.- zanjó.

- ¿Tan seguro estas que siquiera se va a molestar en contactar contigo?, él no depende económicamente de esta fábrica, si algo pasara esto sería solo una pérdida, pero no se irá a la quiebra, creo que jugaste mal tus carcas, debiste esperarlo a él, siendo un sindicato, podrías haber esperado a que se presentará ante ustedes...

- Ahí está tu error, no somos el sindicato, somos los dueños de todos los sindicatos, nosotros llevamos años manejando esta empresa, el dueño anterior estaba de acuerdo con eso, pero al morir, sus herederos pensaron que podrían vencernos, y trabajar sin nuestras decisiones como primera opción y la verdad es que MAXWELL los ayudo, al parecer desinteresadamente, confiando en la amistad que lo unió el viejo LEGASI BRAND, pero eso no iba a prosperar porque nosotros no fuimos consultados con esa inversión, y ya después los herederos desearon que todo se fuera al caño con tal de desprenderse de nosotros, entendemos que MAXWELL fue embaucado por los rufianes herederos, pero ya no queremos trabajarle a nadie, la empresa será nuestra, punto.

- Entonces... ¿ustedes reclaman a LEGASI Co, a cambio de nuestras vidas?

- No solo es eso, queremos una nueva inversión como la que ya hizo.

- Están soñando.- dijo MARCOS como si cada palabra le quemara al pronunciarlo.

- ¿No solo son sus vidas?, esta una que ya cobramos como efecto secundario y otras que podríamos cobrar, y...  ya me harte, no pienso hablar con peones- camino hasta la salida silbando.

- ¿EFREN?- le llamé.

- ¿Dime princesa?

- Si fueras tan amable de retirarnos las vendas, mmm, si queremos ir al baño, ¿cómo haremos?

Secuestrado DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora