Epílogo

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- ¿Porque siempre viajamos los lunes? ¿y en la mañana?

- Por la razón por la que siempre preguntas lo mismo amor y debo repetir la respuesta.

- Pregunto porque no lo entiendo mujer...

- Me gustan los lunes, porque comienza la semana, porque ese día se comienza la dieta, porque es el día de la luna y esta influye en los seres humanos, y porque un lunes justamente te conocí mi amor -lo bese pasándole el flotador de unicornio de LUCÍA- no seas pesado y vámonos que los niños ya están en el auto.

- Entonces ¿podría ser el sábado?, porque te conocí un sábado- me reto.

- No señor, porque la primera vez que me viste fue en mi currículo y eso también fue un lunes, además la playa siempre está sola en ese día...- justifique frunciendo el ceño y terminando en un puchero.

- Sí, claro que está sola, porque está en mantenimiento mujer, y toca siempre sobornar con los dulces de MANUELA al de la entrada porque simplemente a ti te gustan los lunes...

- Tienes razón, amorcito, pero cuando me complaces, tenemos noches de "buenas decisiones"...

- Manipuladora.

- Manipulado...- blanquee los ojos.

- MAMIIII, por favor vámonos ya...

- Vamos cariño, que tu papa no termina de entender que los lunes son especiales.

- Papito, sabes que dos dunes son de da duna y de mí también, con da D de Ducia- ambos reímos, LUCÍA a sus tres años no pronunciaba bien la L y la sustituye con la D.

- Papito lo sabe corazón, pero le encanta los besitos que mami le da para convencerlo de salir ese día.

- Atrapado- dijo SEGAN riendo, mientras ANDRES esbozada su desagrado por los besos y un "iuggg", se escuchó decir desde el asiento trasero.

- Ya te veré mi niño- se burlaba MANUELA cerrando la puerta y colocándose en cinturón y los demás reímos.

- No me veras MANU...- se había enfurruñado ya mi hijo mayor, se gastaba un carácter, que bueno, pero era un amor, solo que no le gustaba demostrar sus sentimientos.

- Como tú digas mi amor.

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- Por favor abrochen, su cinturón que vamos a despegar, y cuando estemos a buena altura les avisaremos para que los retiren.- indicó gentilmente la sobrecargo del avión.

- Gracias MARTA.- dijimos todos a coro y luego reímos, siempre que venía ella como tripulación no podía evitar recordar el día que la conocí, ahora ya era de confianza.

- A su orden, y MELINA, si le da pánico le puedo prestar mi espacio, digo, para que el Señor la pueda calmar- me sentí el rostro colorado y mire a SEGAN quien colocaba la mano en la boca para no soltar la carcajada que amenazaba con salir, pero sus ojos transparentes y achicados delataban su dentadura reluciente tras su mano. Y esta pícara solo dio la vuelta y se fue por donde salió antes.

- MARTA se refiere a que la primera vez que me subí a este avión me dio un ataque de pánico que...- quise aclarar pero, MANUELA me interrumpió.

- Ay mi niña, no te excuses más, que todos sabemos de esos extraños ataques de pánico que dudo sean por la altura, puesto que son muy frecuentes y te dan en cualquier lado, público o privado.- entorno los ojos.

- MANUELA- casi gritamos SEGAN y yo para que se callara, ella nos miró con una sonrisa de victoria en el rostro e hizo un encogimiento de hombros y giró hacia la ventanilla que tenía a su izquierda. Ella era terrible, para nada discreta o conservadora, solo era la apariencia de persona seria, pero la verdad era que se las traía...jejeje... ya entiendo y acepto como verdad la contingencia de condones que siempre cargaba SEGAN al principio, cuando nos pasó aquello, que ya no se mencionaba.

Secuestrado DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora