Secuestrado Deseo

Capítulo XXXI. Cuando informas a quien ya sabe todo...

Se instaló entre nosotros nuevamente el silencio, acabábamos de pasar un momento súper íntimo, rico, excitante, donde nos dejamos llevar por todo lo que sentimos, por lo que nuestros cuerpos reclamaban y merecían, todo había subido la temperatura de una manera efervescente y con la misma efervescencia que subió bajó de golpe, no entendía esa manía que últimamente tenía MARCOS de asumir una postura dirigida a intensificar de una manera literal cada acción.

Y hacerme quedar a mí como la manipuladora de un objeto, cosa que no era cierta, solo debería relajarse, debería vivir el momento y no pensar en mañana, yo ya no lo hacía, y no quería ni pensar en hacer juicios de valor, de que esto es bueno y lo otro es malo, porque no me apetecía estando en una situación que no podía modificar o cambiar de momento, como lo era el hecho de estar casada, me habían engañado,  me gustaba alguien más y estar secuestrada; tener que pensar en eso la verdad me cansaba.

En cambio él, ¿no podía solo vivirlo y ya?, se supone que habíamos decidido vivir lo que fuera que teníamos aquí dentro y ya acabada toda esta situación veríamos que hacer  fuera, para él sería más fácil, a él no lo espera nadie afuera, a mi si, y yo había decidido no pensar, ¿porque él no hacía lo mismo?.

Algo en mi mente me repetía *porque él está enamorado o eso cree y tú sólo estás buscando desahogo* pero no era así, estar con él me hacía sentir bien, eufórica, feliz, plena, pero no podría asegurar nada, porque estando aquí era imposible o sería irresponsable que yo le dijera que sentía algo más por él, tendría que esperar a salir de aquí para poder aclarar todo, porque JOEL era todo un tema en mi vida, tras todo lo que ha pasado no será fácil ver las cosas.

Para estas alturas JOEL y yo estámos en igualdad de condiciones, él se había acostado con ISABELLA, y yo, bueno lo cierto era que ya había pasado bastante entre MARCOS y yo, como para salir a juzgarlo así sin más.

Sentía aun molestia con JOEL, y la familia sé que me habría apoyado con la situación cuando estaba fuera, pero ¿ahora? Con todo lo que ha pasado podría dejar yo que lo señalen y acusen ¿cuando yo no era una muestra de fidelidad?, no podría excusarse con el secuestro, no sería justo.

No era yo mejor que JOEL, no cuando aparte de hacer lo que hago con MARCOS, pensaba ocultarlo tras salir de aquí, y si, estaba siendo egoísta, pero llevaba años pensando en todo el mundo y ahora me tocaba pensar en mí, solo en mí.

Lo peor era ver que MARCOS estaba también mal, tras lo ocurrido y aunque no respondió a lo que le pregunté, sé que su cabeza no ha parado de trabajar tras lo que le inquirí, y me frustraba ver que podríamos estar juntos, hacernos cariño, y que el tiempo vuele, porque eso sucede cuando estoy a su lado, el tiempo va a millón y estando encerrada eso es lo mejor que puede ocurrir, no quiero que estemos molestos, solo quiero estar cerca de él y no a unos metros mirando de repente hacia él tratando de que no se dé cuenta de que lo hago.

Estoy a unos metros de él, sentada aun en el piso, con los brazos cruzados a la altura de mi pecho,  me percato de que con esa postura mi lenguaje corporal denota que estoy molesta y cerrada a escucharlo, los suelto y juego con mis dedos, buscando que decir para aligerar el momento, en lo que la puerta se abre, dejando pasar a EFREN que viene con un teléfono y cables conectados.

- Buenas... llego por quien lloraban...- ninguno de los dos se inmuto ante la llegada de EFREN- bueno tanta emoción no, por favor, que mi corazón es débil, ¿princesa?

- Dime EFREN.

- Ay no, ¿Qué pasó...? ¿porqué esas caras jovencitas...?- lo hacía para fastidiar a MARCOS, pero este lo siguió ignorando- mis niñas, deben llevarse bien, o sino tocara amarrarlas barriga con barriga como decía mi tía CATRINA, y así dejaran de pelearse como niñas inmaduras.