Sentí que me alzaba y enrosqué mis piernas alrededor de sus caderas, y palpe ahora si su erección cerca de mi sexo, que palpitaba ante la anticipación de sentirlo llenándome. Mientras, caminó conmigo en brazos y me recostó a la pared de vidrio de su oficina, y agradecí estar en un piso elevado de esta majestuosa torre, porque si no, cualquier transeúnte podría ver en lo que estábamos, hice amago de bajar mis piernas pero se pegó más a mí sosteniéndome con sus grandes manos en el lugar entre mis caderas y mi trasero de manera segura.
- No me sueltes, no me dejes caer- le dije sobre sus labios.
- No lo haría jamás- susurro para volver a besarme ahora bajando por mi cuello dejando un reguero de pequeños besos succionados hasta mi clavícula. Mientras, yo jadeaba sin poder contenerlo, ya que las olas de escalofríos que me recorría no me daban tregua.- sostente- dijo cerca de mi oído, cosa que me dejo como gelatina, no sabía si lograrías agarrarme al él, no teniéndolo tan cerca y recorriéndome.
Me deposito en su escritorio y una sonrisa lasciva se dibujó en su rostro, sus labios curvados subían más del lado derecho que del izquierdo y el brillo de sus ojos hablaban por él.
- Porque siento que el señor MAXWELL lleva tiempo pensando en hacer esto- le digo inquisitiva, achicó los ojos y luego rió, ahora más fuerte...
- Lo juro... no lo he pensado- dice y lo escruto con mirada incrédula a la vez que lo reto- pero si lo he deseado como un demente- dice divertido, negando con la cara y retomó mis labios mientras me quitaba la chaqueta de cuero y yo le ayudaba sin despegarme, luego mi fuego interno se avivaba al contacto de sus dedos cuando comenzaba a quitar los botones de mi blusa de seda blanca, y por un momento pensé en mi mala idea de haberme quitado el vestido que traía para ponerme "más cómoda", ya que también debía quitarme en pantalón que cargaba puesto antes de por fin poder sentir su piel.
Al quedarme solo en brasier, se hizo para atrás.
- Dios mujer, podrías ser menos perfecta... digo para ayudar un poco a mi cordura- mientras acuna mis senos por encima del brasier juntándolos un poco, colocando su nariz en medio de estos e inhalando mi olor- tienes el mejor olor del mundo. -Solo pude sonreír embobada por lo que escuchaba. Mientras delineó con su dedo el borde de la tela, me miro y se relamió los labios, no necesitaba más estímulo para sentir mis pezones duros como piedras, rozando la cara interna de mi ropa interior, y al liberar primero el izquierdo y succionarlo a su vez que dibujaba la areola contraída de este, le dio un apretón al derecho.
- Ya voy por ti bebe, serás atendido tan bien como este- yo solo pude colocar mis mano a ambos lados de mi cuerpo apoyadas en el escritorio que en apariencia podía resistir toda la actividad que en él se desarrollaba, a la vez que dejaba caer mi cabeza hacia atrás.
Y así lo hizo, le dedico la misma pertinencia que al primer pecho que saboreo, hice ademan de ayudarle a desabotonar mi pantalón pero me aparto las manos.
- En mis deseos... Sra. ROMÁN, yo solo hago el trabajo... si me lo permite?- sentencio, para desabrochar el pantalón, yo solo levante un poco el trasero de la superficie para ayudarle a que culminara su propósito y así lo hizo quitando cuidadosamente mis zapatos planos.
- Me siento como "Saúl Zatarain".- dijo riendo mientras colocaba los zapatos a los pies del escritorio.
- ¿"Saúl Zatarain"?- pregunte sin entender.
- Si no lo sabía, ese es el nombre del príncipe azul de cenicienta, pero nadie lo comenta...- me asombro ante la ilustración que refiere en señal de respuesta y justificación por lo que ha dicho- Dos hermanas mayores... que puedo hacer?- y se encogió de hombros...
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Secuestrado Deseo
RomanceGanadora del Primer Lugar: Mejores Historias 2020, Categoria: Novela Erotica. Mejor Portada. Mejor personaje Masculino. Cuando crees que estas en el capitulo final de tu historia, un hombre perfecto, el trabajo de tus sueños, una familia que te ado...