7. Oculto

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Donghae sabía que tendría que pasar a la acción si quería solucionar las cosas con Kate.

Y, después de lo sucedido en la sala de reuniones, quería algo más que arreglar las cosas, quería terminar por fin lo que habían empezado tantas veces antes.

Pero sabía que ella no iba a ponérselo fácil.

La escena de esa noche demostraba que nunca lo había perdonado por no haber querido acostarse con ella la noche del baile de graduación.

No podía ni imaginar cuánto le había costado hacer algo así, todas las veces que se había maldecido a sí mismo por haber sido tan estúpidamente noble.

Y que jamás había vuelto a encontrar una mujer como Kate. Aquella noche, Donghae había pensado que no quería que su primera vez tuviera lugar en el asiento trasero de un coche.

Su madre le había dicho que así había sido como lo habían concebido a él y que, aunque no se arrepentía de haberlo tenido, creía que el sexo era mucho mejor en otras condiciones.

Jamás había podido olvidarlo.

Todas las veces que habían estado tonteando había estado genial porque no había sido más que eso, un juego.

Pero cuando ella le había dicho que quería perder la virginidad se había dado cuenta de que aquello era serio.

Había querido que fuera algo especial y, en aquel momento, no había tenido posibilidad de hacerlo especial. Además de estar arruinado, no había creído que ella fuera a darle tanta importancia a su negativa.

Jamás habría pensado que se lo tomaría como un rechazo, pero era evidente que había tenido muchas expectativas depositadas en aquella noche.

Y él la había decepcionado. Y había vuelto a hacerlo esa noche al besarla y después marcharse.

Pero no podía correr un riesgo así.

Ya había cometido un error bastante grande al besarla.

Si se hubieran dejado llevar y alguien se hubiera enterado, él habría podido superarlo, pero seguía habiendo un doble rasero para hombres y mujeres, por lo que quizá Kate no habría conseguido recuperar su reputación.

No había tenido la menor intención de molestarla, pero cuando la pasión por Kate se apoderaba de él, no podía perder el tiempo en explicaciones; lo único que podía hacer era marcharse.

Había tenido que salir de la sala antes de perder el control por completo y hacer una verdadera tontería. Kate no había podido comprenderlo hacía diez años y tampoco lo había entendido esa misma noche.

Ahora tendría que esforzarse mucho para convencerla de que le diera otra oportunidad.

Y lo primero que iba a hacer para conseguirlo era entrar en su apartamento al día siguiente, el sábado por la noche.

about sex - donghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora