Claro que era una competición. Ambos intentaban dilucidar quién llevaba las riendas de su relación sexual. Hasta ayer, ella se había encontrado en cabeza, pero el episodio en el pico Sentinel había vuelto las tornas a favor de Donghae.
Resultaba gratificante comprobar que Kate seguía deseándolo tanto como hacía diez años. Pero ahora que ya lo sabía, debía pensar en qué andaba buscando además de aquel juego sexual.
Como ella misma había dicho, ya no eran adolescentes, sino adultos capaces de comprometerse.
Donghae sentía que era hacia eso a lo que se encaminaba y le encantaría pensar que Kate sentía lo mismo. Quizá hubieran empezado de un modo un tanto extraño, pero ahora sabía que deseaba que aquello funcionara.
Para ello debía esforzarse en prolongar lo sucedido esa misma tarde, así que decidió ir a comprarle un diminuto camisón de satén blanco. Quizá no se lo pusiera para él, pero quizá sí. No paró de pensar en ella en toda la tarde y, al llegar a casa y ver el pico Sentinel a lo lejos, se dio cuenta de algo que nunca se había atrevido a admitir.
Al igual que había comprado el rosal pensando en Kate, lo cierto era que cuando vio aquella casa con vistas al Sentinel, inconscientemente, también pensó en Kate.
El recuerdo de Kate llevaba años influyéndole en todas sus decisiones.
Desgraciadamente, habían tenido que reencontrarse en medio de aquella estúpida batalla ocasionada por su proyecto. Bueno, probablemente aquél era el precio que tenía que pagar por haber dejado que pasaran los años sin ponerse en contacto con ella.
Pasó una enorme cantidad de tiempo preparándolo todo para la noche: las velas, la música, la cama, los preservativos... todo estaba en orden. Hacia las nueve, sólo le faltaba darse una ducha, cosa que hizo escuchando su programa.
Y no tardó en darse cuenta de que había cometido un error porque resultaba demasiado tentador estar desnudo bajo el agua escuchando la voz de Kate, que además estaba aconsejando a las mujeres hacer ejercicios con los músculos de la vagina para dar y obtener mayor placer.
Demasiado tentador, pero debía aguantar hasta estar con ella.
Afortunadamente, el siguiente espacio del programa fue una entrevista con un sociólogo cuya voz se parecía extremadamente a la del maestro Yoda. El experto afirmaba que prácticamente todos los instrumentos utilizados en la construcción, tornillos y tuercas, clavos y madera... tenían un fuerte simbolismo sexual.
Por lo que, cuando los hombres utilizaban todas esas cosas, en realidad estaban recreando el acto sexual.
Donghae no pudo evitar insultar al tipo en voz alta y, aunque le sirvió para descargar un poco de tensión, enseguida empezó a pensar en lo enfadados que irían a trabajar sus empleados al día siguiente.
Ninguno de ellos se alegraría si supiese con quién esperaba acostarse esa misma noche. Lo considerarían un traidor a la causa por invitar al enemigo a su cama.
Y sin embargo, no podía esperar a que llegara... porque su programa le había dado una buenísima idea. Por mucho que intentara convencerse de lo contrario, Kate sabía que acudiría a casa de Donghae.

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about sex - donghae
FanfictionDonghae, un famoso arquitecto, se encontraba realizando el edificio más alto de la ciudad. Kate, es una sexologa que tenía su propio programa de radio en la misma ciudad. Donghae solía reírse con los comentarios que la locutora había empezado a dec...