Echar a Donghae de su casa había sido una de las cosas más difíciles que Kate había hecho en su vida, pero sabía que era lo mejor.
No podía perder el poder que había conseguido, eso ya lo había hecho hacía diez años. Además, estaba resultando tremendamente excitante... y le había dado mucho placer, eso era evidente y gratificante.
Lo cierto era que no iba a hacer nada respecto a la excitación que sentía porque lo que le apetecía era estar con él. Sólo había querido torturarlo un poco más.
Mientras limpiaba los cuencos de la fondue sonó el teléfono. Era un número que no conocía, seguramente Donghae. Ella no le había dado su número, pero seguramente lo había hecho su madre.
Decidió no contestar y escuchar después el mensaje: —Puedo imaginarme qué es lo que te impide responder al teléfono. Por eso te he llamado, para recordarte que el orgasmo que estás teniendo podría habértelo dado yo si me hubieras dejado quedarme. Tú no eres la única a la que se le da bien el sexo oral, Kate.
Aquello era todo un discurso viniendo de Donghae. Debía admitir que la excitaba escuchar su voz. En el futuro y, mientras estuvieran en igualdad de condiciones, lo pasarían muy bien.
—Pero te llamaba también para otra cosa. Quería invitarte a comer mañana. Creo que deberíamos vernos a la luz del día. Podría ir a buscarte a la emisora a las doce y media. Dime qué te parece.
Kate dejó pasar unos quince minutos y, después de unas flexiones que le aceleraron la respiración, lo llamó.
—¡Hola! —le dijo casi sin aliento—. He escuchado tu mensaje.
—¿Me llamas antes, después o durante?
—¿Antes, después o durante qué? —estupendo.
El plan había funcionado.
—Ya lo sabes. Sé exactamente qué estás haciendo por la manera en la que estás respirando. Sabes que podrías quedarte ciega.
—Hace años que comprobé la falsedad de esa teoría —no pudo evitar reírse con malicia—. Es una lástima que tú sigas creyéndola.
—Estaba bromeando.
—Claro que eso explicaría por qué estabas tan desesperado esta noche.
—¡No estaba desesperado, maldita sea!
—Por supuesto que lo estabas, pero no importa. Yo lo he pasado bien —hizo una pausa—. De hecho, sigo pasándolo muy bien.
—¿Estás haciéndolo ahora mismo? ¿Mientras hablas conmigo?
—¿Algún problema?
—No puedo creerlo... Bueno, sí, sí puedo creerlo. Encaja perfectamente en tu plan para volverme loco.
—¿Y qué tal lo estoy haciendo?
—Demasiado bien.
—Te estás excitando otra vez, ¿verdad?
—Eso da igual —su tono de voz lo decía todo—. Al menos sé que no estás usando un vibrador por que no oigo nada.
—¿Quieres adivinar lo que estoy usando?
—No.
—No es una vela, me gusta probar cosas nuevas. Vamos, intenta adivinarlo.
—Kate, voy a colgar.
—Pero aún no te he dicho si quiero ir a comer contigo. Pensé que querías saber qué me parecía.
—Y quería, pero ahora ya no sé si es una buena idea. No quiero ni pensar en lo que podrías hacer.
Kate sonrió victoriosa.
—Pero si no comemos juntos, nunca llegarás a conocerme.
—¿Entonces lo harás?
—Claro que lo haré.
—Me refiero a la comida.
—Sí, eso también.
—Definitivamente, voy a colgar. No quiero oír cómo tienes un orgasmo.
—Muy bien. Yo también iba a colgar. Necesito las dos manos.
—Kate.
—Hasta mañana, Donghae. Piensa en mí —apagó el teléfono encantada. Lo estaba pasando en grande.

ESTÁS LEYENDO
about sex - donghae
FanfictionDonghae, un famoso arquitecto, se encontraba realizando el edificio más alto de la ciudad. Kate, es una sexologa que tenía su propio programa de radio en la misma ciudad. Donghae solía reírse con los comentarios que la locutora había empezado a dec...