48. Café

380 27 1
                                    

—Necesito verte urgentemente —Kate acababa de marcar el número de Sooyoung con la esperanza de poder hablar con ella entre juicio y juicio.

—Hoy no puedo quedar para comer, pero podemos tomar café ahora en ese sitio que hay frente a los juzgados. Tendré que volver rápido al juicio. Tendrías que ver el pelo del acusado, parece la reencarnación de Elvis y su ropa...

—Es por Donghae, Sooyoung.

—No tienes que decir nada más. Ahora mismo nos vemos.

Kate llevaba esperando un buen rato cuando por fin llegó su amiga con la energía que la caracterizaba.

—Me alegro de que me hayas llamado —dijo, sentándose a su lado—. Me moría de ganas de saber qué había pasado, pero he tenido mucho trabajo. Aunque he tenido tiempo de escuchar tu programa y me encantó el tipo que hablaba como el maestro Yoda.

—No tenemos mucho tiempo, ¿verdad?

—Verdad. Habla, yo me tomaré un café.

Ahora que estaba frente a Sooyoung, Kate no sabía ni por dónde empezar.

—Él... plantó un rosal de rosas amarillas.

Sooyoung la miró sin entender nada.

—¿Y se supone que eso es importante? ¿Por el simbolismo del color de las rosas? Sé que significan algo, pero nunca me acuerdo de qué es. El rojo es la pasión. ¿Es que tienes miedo que no sea lo bastante apasionado?

—Las rosas amarillas eran una especie de mensaje secreto entre nosotros cuando estábamos en el instituto. Creía que a lo mejor lo recordabas.

—Donghae fue tu primer amor, no el mío. No recuerdo nada de eso. Pero... eso quiere decir que has estado en su casa, ¿verdad? —Sooyoung adivinó que estaba en lo cierto por la cara de su amiga—. Seguro que era preciosa. ¿Te acostaste con él?

—Sí.

—¡Vaya! Bueno, ¿y ahora qué? ¿Estuvo bien?

—Demasiado bien, Sooyoung. Ése es el problema.

—Mi querida amiga —le dijo, dándole unos golpecitos en la mano—, que un hombre esté demasiado bien en la cama no puede ser un problema, eso es un sueño hecho realidad. ¿Estamos hablando de orgasmos múltiples?

—Sí.

—¡Vaya, vaya! Así que no me equivocaba con él.

—Pero eso es todo. No he solucionado nada, vuelvo a estar como estaba; lo deseo tanto que no puedo soportarlo. Y él... ¡se quedó dormido inmediatamente después! Pero luego me acuerdo del rosal y de la música de Billy Joel y me pregunto si no sentirá algo por mí.

—A mí me da la sensación de que sí. Por lo de que se quedara dormido no te preocupes, todos los hombres lo hacen y no tiene por qué significar nada. A lo mejor es simplemente que lo dejaste exhausto.

—Tengo miedo, Sooyoung. Me parece que en cualquier momento se me va a escapar decirle que lo quiero o algo así.

—¿Lo quieres?

—S... sí. He intentado no hacerlo, pero sí, lo quiero.

—¿Y qué hay de la casa de tu abuela?

—¡Exacto! ¿Cómo puedo haberme enamorado de un hombre dispuesto a dejar que derrumben la casa de mi abuela para construir un aparcamiento?

—Kate, eso no depende de él. A él lo han contratado para hacer un trabajo. Además, seguro que ni siquiera sabe que esa casa era de tu abuela.

—Sí lo sabe. Se enteró ayer y no creas que fue capaz de decir «ah, en ese caso, veré lo que puedo hacer». Está claro que no siente nada por mí.

—No creo que pueda hacer nada para salvar la casa. Lo único que haría sería poner en peligro su carrera y tú no querrás que haga eso, ¿no?

—No —Kate no veía solución alguna—. Pero si sigue adelante, no sé qué voy a hacer porque no podré fingir que no tiene nada que ver. Y si yo gano, él no podrá terminar el proyecto y será él el que se sienta mal conmigo. Por eso creo que debería dejar de verlo.

—Madre mía —protestó Sooyoung, frunciendo el ceño—. ¿De verdad estás dispuesta a dejar de ver a un hombre que te da más de un orgasmo en una noche? Eso va en contra del Código de Conducta Femenino.

A pesar de la preocupación, Kate no pudo evitar echarse a reír.

—Acabas de inventártelo.

—Bueno, si no existe, debería existir y desde luego tú lo estarías incumpliendo. Además, ni siquiera ha empezado a construir ese aparcamiento, así que ¿por qué no esperas a enfadarte con él hasta que realmente tengas un motivo?

El estado de ánimo de Kate mejoró de repente, como ocurría siempre que hablaba con Sooyoung.

—¿Y mientras tanto disfruto del mejor sexo de mi vida?

—Exactamente.

—¿Y qué pasa con lo del amor?

—Mira, si al final pierdes la casa de tu abuela y sigues queriendo ver a Donghae, será porque de verdad te has enamorado de él.

—Pero si gano, él me abandonará.

—A menos que él también se haya enamorado de ti.

Kate no podía negar que eso era algo que también a ella se le había pasado por la cabeza. De hecho, cuando le había retirado el pañuelo de los ojos la noche anterior, había creído ver algo en su mirada, algo más profundo e intenso que el deseo.

Pero no confiaba en sí misma, seguramente no era tanto lo que había visto sino lo que habría querido ver.

about sex - donghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora