Kate tenía la sensación de estar sufriendo de doble personalidad. Una de sus personalidades se estaba enamorando de Donghae y estaba encantada, mientras que la otra seguía buscando todas las maneras posibles de frenar la obra del edificio que Donghae estaba construyendo con tanta ilusión.
Lo primero que comprobó al día siguiente al llegar a la emisora para reunirse con Edgecomb fue que el número de manifestantes seguía yendo en aumento. Cada vez veía más cerca la victoria, y había empezado a creer que Donghae no le guardaría rencor por ello, sobre todo después del vínculo que había surgido entre ellos la noche anterior.
Todo eso hizo que cruzara el vestíbulo de la estación con enorme optimismo.
—¡Hola, Alice! —saludó con una enorme sonrisa—. Parece que cada vez tenemos más seguidores.
—No creo que importe.
—Claro que importa.
—¿Es que Edgecomb no te dijo para qué quería reunirse contigo?
—Di por hecho que sería para felicitarme por el aumento de audiencia — respondió Kate con repentina inquietud.
—Deberías ir a verlo cuanto antes. Escucha, esta noche no tengo clase, así que si quieres ir a tomar unAs margaritas después de hablar con él, estaré encantada.
—Alice, me estás asustando. ¿Tan malas son las noticias?
—Ve a verlo.
Mientras recorría el pasillo, Kate intentaba adivinar qué había ocurrido. Hacía tan sólo dos días, su jefe la había animado a seguir adelante con la campaña y, desde entonces, los resultados habían sido magníficos.
Aquello no tenía sentido. Encontró a Edgecomb concentrado en unos documentos de los que ni siquiera apartó la mirada para saludarla, sólo le pidió que se sentara y esperara unos segundos.
—Kate —le dijo por fin después de un par de minutos de tensa espera—. Los propietarios están muy contentos contigo. Incluso me han autorizado para que te ofrezca más dinero. A todo el mundo le viene bien siempre un poco más de dinero, ¿no te parece? —preguntó con sonrisa forzada.
—Desde luego yo no lo voy a rechazar. ¿Para eso quería verme? —tenía que haber algo más. Alice no habría estado tan circunspecta por un aumento de sueldo.
—No, quería decirte que, gracias a tu campaña, han podido pedir un precio mucho más alto por la propiedad. Y esta mañana se lo han dado.
Kate lo miró, muda por la sorpresa. Quizá lo había entendido mal.
—No comprendo. Pensé que habían decidido no vender.
—Ya han vendido, Kate.
La cabeza le daba vueltas.
—¿Han vendido? Se suponía que se habían comprometido a conservar el inmueble.
—No, apoyaron tu programa porque se dieron cuenta de que así podrían subir el precio. Las negociaciones han seguido adelante desde la semana pasada hasta esta mañana, cuando Livingston Development ofreció una importante cantidad si prometían hacerte callar. Y los propietarios aceptaron la oferta.
Se quedó paralizada. No podía creerlo. No era sólo que hubiera perdido, lo peor era que ni siquiera había supuesto nunca ningún tipo de amenaza para el proyecto.
—Hemos encontrado una sede nueva en la calle Main, la emisora se trasladará allí dentro de dos semanas. El equipo de demolición tiene que empezar cuanto antes.
—Equipo de demolición —repitió como un robot.
—Sí. Construcciones Lee va a hacerse cargo de todo. Parece ser que Donghae firmó el contrato esta misma mañana, cuando ni siquiera se habían secado las firmas de la venta de la emisora.
La había traicionado. El mismo hombre que había traspasado todas sus defensas y había conseguido que confiara en él más que ningún otro, la había traicionado.
No creía que hubiera tequila suficiente para curar el dolor que sentía. Pero iba a intentarlo de todos modos.

ESTÁS LEYENDO
about sex - donghae
FanfictionDonghae, un famoso arquitecto, se encontraba realizando el edificio más alto de la ciudad. Kate, es una sexologa que tenía su propio programa de radio en la misma ciudad. Donghae solía reírse con los comentarios que la locutora había empezado a dec...