E|xtra tres

3.4K 499 65
                                    

«¿Qué debería hacer?», pensó HoSeok viendo a sus hijos comer mientras pensaba en cómo ayudar a que NamJoon y JungKook no estuviesen enojados. Había supuesto que las vacaciones estarían bien para variar, pero claramente se había confiado demasiado. No había pensado que podrían haber peleas entre esos dos debido a sucesos del pasado, y ahora estaban haciendo de las vacaciones algo difícil. Podría llevar el helado que había sugerido Tae para Kim y un delicioso pastel para Kook como dijo Chimchim, pero no podía dejar a los niños solos.

Un momento más tarde los dos postres estaban puestos sobre la mesa mientras que dos caras emocionadas los miraban con delicia.

—No son para ustedes —rió HoSeok—. Uno es para el señor Kim y otro para el tío Kook. ¿Con quién quieren ir primero?

—¡Señor Kim! —chillaron al unísono con mucho entusiasmo.

HoSeok simplemente sonrió.

—Vamos, entonces.

━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━

NamJoon se encontraba en la habitación tratando de ver la televisión, pero por más que lo intentaba sus pensamientos siempre iban a la discusión con JungKook. ¿Por qué tuvo que decir esas cosas? Ciertamente había mejores maneras de expresar su enojo, aunque en su defensa estaba harto. Pero, vamos, también sabe que lo empeoró más. Estaba tan devastado que lo único que quería hacerse es bolita para llorar a mares. Quizás debió quedarse en casa, o mejor aún, quedarse en donde estaba antes de eso. Ni siquiera debió hacer caso a la invitación de JungKook sobre “vivir con él”. Diablos. Todo se estaba desmoronando, y sólo estaba contemplando sin saber qué hacer. Debió quedarse, definitivamente había sido mejor que cualquier otra cosa, ¿no es así?

El sonido de la puerta siendo tocada lo sacó de sus pensamientos, pero no se movió de su lugar. ¿Quién podría ser? ¿Acaso JungKook? No, eso era imposible… ¿Era HoSeok? Y como si le leyesen la mente, la voz del otro lado habló.

—Soy HoSeok.

Rápidamente fue a abrirle, encontrando para su sorpresa a dos pares de ojos mirándolo fijamente desde abajo con una pequeña sonrisa en sus caras. HoSeok sostenía un bote de helado en sus manos y lo extendió hacia él.

—Creímos que necesitaba un poco de helado, señor Kim —dijo Hobi guiñándole el ojo.

NamJoon esperaba que no se le notase su sonrojez. En este punto no sabía qué decir ni siquiera estaba seguro de que su voz saliese correctamente de su garganta.

—¿No quiere helado, señol Kim? —preguntó JiMin con un puchero en sus labios—. ¿No le gustó?

NamJoon lo miró, su cara relajándose un poco. Ese pequeño siempre lo hacía volver a la realidad justo en el momento.

—No, no es eso, Chimchim. —Tomó entre sus manos el pequeño bote de helado y se hizo a un lado para dejarlos pasar—. Adelante.

Fue lo mejor que le pudo pasar a NamJoon ese día. Aquella vez se dio cuenta que un par de ojitos oscuros y un guiño era lo que necesitaba para que su día se tornase claro otra vez. Hubo risas y cosquillas, pelea de almohadas y carcajadas, se podía percibir el cariño y la alegría. NamJoon realmente se sentió feliz, sintió pequeñas burbujas que danzaban hasta la planta de sus pies.

HoSeok aprovechó al NamJoon distraído tomando la almohada más próxima para darle en la cabeza y asustándolo. No demoró mucho para que NamJoon devolviese el golpe con una alhomada que Chimchim —el pequeño traidor— le había llevado para que una nueva lucha comenzase. NamJoon pudo jurar que ese día había visto estrellas en el techo de la habitación, aunque no tenía que buscar demasiado arriba porque habían tres en su habitación.

«¡Papá (no) quiere una cita!» [NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora