La película favorita de TaeHyung hasta el momento es La Extraña Vida de Timothy Green desde que la vio durante una noche de tormenta, por que le trajo consuelo y pudo dormir bien. A veces TaeHyung se pregunta si puede escribir en unas hojas todo lo que su padre ha sido y enterrarlo para que todo volviese a la normalidad, aquellos momentos donde hacían bromas y comían palomitas en el sofá. Recuerda cuando su padre estaba con el señor Kim. Cielos, él amaba verlos juntos. Su padre sonreía de tal manera que inmediatamente lo hacía sentir feliz a él también, sin embargo aquellos momentos ahora se miran tan lejanos que lo hacen entristecer. Ha llegado a pensar que la situación jamás se resolverá haciendo que se vuelva un tormento en su cabeza y le comience a doler.Sin duda, no se ha perdido la miradas de su hermano mayor puesto que él ha cambiado un poco su actitud; lo sabe. Ya no anda sonriendo y realizando travesuras como antes, come muy poco, después se encierra en la habitación que comparte con JiMin y que su tío Kook les ha proporcionado. Aunque a veces le ahogue no tener su propio espacio, hay un pequeño lugar en el fondo de su corazón que lo agradece inmensamente. Algunas veces JiMin se levanta a media noche o madrugada y se acuesta junto a él, abrazándolo. TaeHyung sabe que su hermano lo ha escuchado llorar, así que por eso hace tal gesto, pero se hace el dormido, y prefiere ser consolado en aquella oscuridad silenciosa.
TaeHyung solía dibujar casi todos los días, buscaba videos en internet para seguir aprendiendo de forma autónoma, pero de eso hoy en día no ha quedado nada. Sus cuadernos, sus colores, y todo aquello que ha traído de su casa están guardados en una casa debajo de su cama. Todos en casa están preocupados, miran al pequeño que va de un lado a otro con una expresión triste. Sus ojeras se notan más cada día, su cabello sin brillo…, en general todo su aspecto parece descuidado.
JungKook habla con YoonGi cada noche sin saber qué hacer, su novio no sabe cómo lidiar con aquello. Entiende que para él esos mocositos son tan importantes y los ama tanto, pero no sabe cuál es la mejor solución. Por lo que sabe, NamJoon ha estado en la casa de HoSeok, aunque no han obtenido noticias todavía. No le cuesta trabajo imaginarse en alguna situación como la de Kim, recuerda cuando habló con él en aquel viaje y habló de helados. El sujeto parecía estarse ahogando en un vaso con agua, aunque supo que todo aquello había sido arreglado, él sigue creyendo que una persona que ama a otra es capaz de hacer tantas cosas que a veces simplemente parecen imposibles cuando estás sobrio de amor. Sin embargo, YoonGi reflexiona, él haría todo por su Kookie. Quizás no es la mejor persona en demostrar con muchas palabras lo que siente, pero trata de devolverlo con gestos y acciones. Cuando JungKook está tan cansado que no quiere levantarse, YoonGi suele arroparlo más contra las delgadas sábanas y se va directo a la cocina para prepararle el desayuno para posteriormente llevárselo a la cama. La primera vez que TaeHyung se percató de ello sintió como sus ojos se extendían y un brillito se asomó en ellos. YoonGi ríe cada vez que lo recuerda, porque en aquel momento no se había adaptado mucho a la presencia de los niños y que lo vieran hacer ese tipos de actos lo dejaban con un sonrojo que le duraba algunos minutos, cosa que JungKook aprovechaba para burlarse a diestra y siniestra.
YoonGi también ha percibido el cambio de actitud del niño, y algo dentro de él no se siente bien cuando lo atrapa viendo la televisión sin verla realmente. Incluso le duele cuando JiMin va junto a él para hacerlo reír, pero no lo logra. Ha atrapado al cachetón más de una vez llorando en el patio trasero con su cabeza escondida entre las piernas y su cuerpo temblando por los espasmos originarios de sus sollozos. Es injusto que un par de niños adorables estén pasando por eso, y eso hace que su corazón se estruja más. Pero no quiere estar de un solo lado, porque, ¿acaso es culpa de HoSeok totalmente? Entiende lo complicado que es el asunto; estar pasando por un periodo de depresión es realmente difícil y complicado para la persona y sus allegados. Ahí está el meollo del asunto, la persona quien lo está pasando mal se siente peor cuando sabe que está afectando a sus familiares, haciéndole más difícil salir de ahí. Te sientes atrapado, algo succionándote desde la planta de tus pies. Una masa viscosa que se pega a tu piel, siendo que al principio es ligera y por ello piensas que es fácil seguir caminando, pero cuando te percatas la masa está ganando más terreno y volviéndose más pesada. Entonces, lo sientes en tu pecho; un dolor profundo que no te deja en paz, un dolor en la espalda y hombros que te dificulta el caminar, y cuando menos te lo esperas está sobre tu garganta; dejándote sin aire. Es cuando comienzas a llorar más y cuestionarte: «¿Me lo merezco? Seguramente sí o no me estuviese pasando. ¿Soy yo el culpable? Probablemente… no, no probablemente. Lo soy. Ellos no deberían estar sufriendo por mí, así que estoy haciendo las cosas mal otra vez.» A veces aquella viscosidad juega contigo en medio de la oscuridad, te suelta un poco, te hace sentir que estás mejorando para después cuando hayas dado un paso, o dos, o tres, te haga sentir que fue tu culpa el que hayas fallado. Se ríe en tus oídos descaradamente, te atormenta en la noche justo antes de que intentas dormir. Das vuelta en la cama, miras el techo, respiras rápidamente, y los recuerdos vuelven a ti para hacerte sufrir. Te sientes inconsolable.
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«¡Papá (no) quiere una cita!» [NamSeok]
أدب الهواةJung HoSeok ha decidido poner fin a su luto y buscar a alguien otra vez. Alguien a quien pueda amar y ame a sus hijos tanto como él lo hace.