V|eintidós

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La casa desprende un leve olor a pastel y rápidamente se les hizo agua la boca de los pequeños que se encuentran sentados en la sala con sus pequeñas maletas a un lado y sus pies subidos encima del sillón.

—Entonces —JungKook dice con una mirada evaluadora—. ¿Vinieron hasta acá, cómo?

—Tomamos un taxi y le dimos tu dirección —repite JiMin pues ya le había contestado eso a su tío, quien parece no entender nada.

—De acuerdo —murmura—. Tomaron un taxi, vinieron a mi casa… ¿Y su padre?

—Está en casa —dice TaeHyung sin comprender mucho—. ¿Dónde más estaría?

JungKook lo mira—: De acuerdo —repite pensativo—. Eso es un buen punto, en realidad. Sin embargo, HoSeok debe de saber donde están ustedes, ¿por qué no le avisaron?

—Tío, ¿que no es obvio? —habla JiMin—. Nos hemos escapado.

—Eso lo sé. No pasaría por alto sus maletas a menos que esté ciego —responde Kook poniendo sus ojos en blanco.

—Pues parece que lo estás —murmura JiMin tan bajo que JungKook no lo escucha; aunque TaeHyung ríe, ya que lo ha captado a la perfección.

—Como sea, supongo, ¿deben tener hambre? —pregunta mirándolos—. ¿Qué se supone que comen los niños de su edad? —murmura yéndose hacia la cocina después de hacerle una seña con el dedo a los pequeños para que lo siguiesen.

* * *

—Tengo sopa, ¿quieren sopa? —pregunta JungKook viendo el interior de su nevera—. Aunque podemos pasar directamente al postre, ¿quieren pastel? Lo he terminado antes que llegaran.

Antes que los niños respondan un grito atraviesa hasta la cocina—: ¡Amor, ya llegué!

De inmediato los ojos del tío Kook se tornaron brillosos y mejillas rojizas se hicieron presentes. JiMin y TaeHyung se miraron extrañados, ¿el tío Kook tiene una pareja?

—¡En la cocina!

Los niños casi dejan caer baba al reconocer a la persona que está en la puerta de la cocina. ¡Ese sujeto pálido! JiMin recuerda que iban a una heladería donde ese sujeto les regalaba de vez en cuando alguna que otra paleta o helado y el tío Kook platicaba mucho, mucho, en verdad mucho tiempo con él.

—¿Hola? —dice YoonGi viendo a los pequeños y después a JungKook con un gran gesto de interrogación en su cara—. ¿Qué estamos por comer, eh? —pregunta para aligerar el ambiente. Hay algo en el aire que lo hace no preguntar demasiado, además que tener a los niños de HoSeok en su casa a esa hora y a punto de comer, bueno… no era algo normal, incluso cuando ya sabía toda la historia sobre la discusión entre HoSeok y su JungKook. Los niños suelen llegar por la mañana hasta media tarde, aunque generalmente sólo era TaeHyung. Y por sus caras de asombro, pudo determinar que ellos no sabían sobre la relación entre ambos. No los culpaba, él nunca está en casa cuando ellos se mantienen jugando con JungKook. Además, ha pasado una semana en la que formalmente YoonGi se mudó a vivir con JungKook, pues hasta ese entonces a veces iba a su departamento.

JungKook ríe, dando una zancada para darle un beso en la mejilla a YoonGi.

—Estamos en el postre, de hecho —aclara JungKook acariciando su mejilla—. Bienvenido a casa.

JiMin tose en busca de llamar la atención de su tío, pues aunque le gusta que por fin tenga a alguien a su lado y se muestre tan feliz como lo está, las muestras afectivas de una pareja son demasiado para sus doce años donde todavía le sigue teniendo algo de miedo a las niñas y se pone sudoroso cuando alguna de ellas está a su lado.

«¡Papá (no) quiere una cita!» [NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora