Capítulo 1

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Mi mano se aferra a la piedra que cuelga en mi cuello mientras observo como dejamos nuestro hogar. Mi hogar. Ceder a dejarlo se ha sentido como una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer por mi familia, ellos son lo más importante para mí pero...realmente nunca he querido irme de Los Ángeles.

Pertenezco allí.

Estoy hecha de ese lugar.

No estoy lista para dejarlo, sin embargo, no tengo ninguna opción. Eddy ha estado actuando como lobo frente a los humanos y cada vez se le hace más difícil controlarlo, en la escuela ha tenido muchos problemas por su conducta, para los humanos es todo un chico malo de solo quince años. El último conflicto que tuvo fue la gota que rebasó el vaso. Mi pequeño hermano se metió en una pelea y el otro chico terminó en el hospital. Lo expulsaron y para mamá no fue nada agradable, pero papá aceptó que era algo inevitable.

Y ahora nos estamos mudando a Gardeen. Un pueblo que se encuentra en Drawgie, ese lugar es conocido por ser la casa de los mágicos e híbridos como nosotros. La razón por la que los mágicos se agruparon en ese lugar es porque es frío, nublado y casi desconocido por los humanos. Drawgie es un trozo de tierra pequeño, casi escondido entre los enormes continentes y totalmente lleno de vegetación, es decir que a donde quiera que mires hay bosques densos, perfectos para los Keiyas, brujos, hadas y demás criaturas mágicas.

Como Kortian.

Kortian ama Drawgie, pero él vive en otro pueblo junto con Libriana y Doufryn. Ellos son viejos y apreciados amigos de la familia. Yo adoro a Libriana con todo mi corazón pero debo admitir que a veces me da miedo.

— ¿Están emocionados por ver a Evan? —cuestiona papá.

— Absolutamente —contestamos Eddy y yo al unísono.

Esa es la única parte de este cambio que amo.

Desde que Evan tuvo la edad suficiente para unirse a la guardia de una de las manadas que reside allí él lo hizo. Evan siempre fue un guerrero nato e inteligente, él es casi confundido con un hombre lobo pura sangre, de hecho, lo único que lo hace diferente a ellos es su sangre. Pero eso no fue problema cuando contactó al alfa y al beta de la manada y les pidió unirse, ellos aceptaron y se entrenó hombro a hombro con ellos, ahora es uno de los más letales guerreros de la manada. Tan joven.

Estoy orgullosa.

Todos lo estamos.

Vivir en Los Ángeles ha sido una tortura para mis padres desde que su primogénito decidió quedarse en Gardeen. Y no es porque ellos no hayan querido mudarse antes, no. Ellos lo hicieron por mí, no es fácil tener que soltarme de algo a lo que me he aferrado toda mi vida.

Voy a extrañar el sol caliente contra mi piel mientras corría por la playa y sobre todo, la vista que teníamos de ese precioso océano pacifico desde el balcón de nuestro apartamento.

También extrañare a mis amigos...

Con ellos tuve unos bonitos días de despedida la semana pasada. Ellos son humanos y no conocen nuestro secreto, por eso tener que contarles que me mudaría fue horrible. Pero lo aceptaron de mala gana y organizaron unos días que atesoraré para siempre en mi memoria.

Durante esos días nos quedamos en la casa de Christian, en Malibu. Su casa está frente a la playa de Broad Beach y es totalmente hermosa. Cuando sabíamos que habría buenas olas Christian y Taylor decidían moverse a Zuma Beach para intentar montar algunas olas mientras que Lilian, Blair y yo permanecíamos en la arena viéndolos y especulando sobre cuando Taylor se animaría a darme mi primer beso.

Los Mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora