Capítulo 41

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Maratón ½ “Instantes”

Sinceramente estoy dejando que Ashen me dé una paliza.

—Sé que puedes hacerlo mejor, nena —lo oigo quejarse—. Patéame el culo.

Me río un poco sin aliento, intento hacer la lucha más interesante. La verdad, estoy dejando que me tire al suelo porque estoy demasiado ocupada pensando en todo. Estoy preocupada por mi madre, estoy enojada con Johan por enojarse conmigo, estoy sumamente estresada por la atención que todos ponen sobre mí por llevar la chaqueta y…Estoy confundida por Boyd.

—Mierda —me quejo levantando mi rostro de la tierra. Ahora todos mis amigos me rodean.

—Lo siento, nena —Ashen me pone de pie y sacude mi rostro con amabilidad—. No vamos a seguir con esto, tú no estás poniendo de tu parte.

—¿Qué estás haciendo, Ariel?

Oh, Wanda está molesta.

Ella sabe lo que me pasa, me lo preguntó más temprano en su casa cuando llegué enardecida de rabia por lo que había pasado con Johan. “Me pasa todo”, le dije. Después de mi crisis, le conté todo. Ella me escuchó con paciencia y el consejo que salió de su boca, aunque muchos no lo crean, hizo que lo que tenía sobre mis hombros desapareciera. Ella dijo: “Mándalos a todos a la mierda”.

Por un momento lo hice y pude respirar con normalidad.

“¿No crees que ya has pasado por suficiente? No quiero que lo que ya te quito una parte de ti continúe arrebatándote vida. Las pesadillas no se irán hasta que lo superes, tienes que aceptarlo, Ariel. Lo mataste, apuñalaste a un hombre para salvarnos, ¿me escuchaste? ¡Nos salvaste! Si no le hubieras atravesado el corazón con el cuchillo él nos hubiera matado a todos, ¿hubiese sido eso mejor?” No podía hablar en ese momento, tenía la boca abierta, estaba congelada. “En cuanto a Johan, se cree mejor que todos por ser el alfa, no lo tomes personal, además, le falta sexo. Y Boyd está traumatizado, lo entendemos, déjalo digerir las cosas a su ritmo, pero eso sí, estrella de mar. Si vuelve a rechazarte termina con él, han sido demasiados rechazos por su parte, ni tú lo mereces ni yo volveré a tolerarlo”.

Lo acepté, acepté todo lo que me dijo. Le creo, sé que debo superarlo, me estoy esforzando por hacerlo. Pero es como si algo me jalara del tobillo y me hundiera, en el momento en el que menos me doy cuenta, ya estoy demasiado lejos de la superficie.

Eso es lo que ha sucedido, la actividad física me ayuda, pero sigo estando demasiado distraída y no soporto eso, ¿Qué pasaría en una pelea real? ¿También perdería el control de mí?

No lo soporto.

—Terminé con esto —aseguro mirándola a los ojos—. Me cansé —por un segundo tiemblo pero me recupero temiendo que los chicos me vean—. ¿Todos contra todos?

Josías y Eliot niegan sonriendo. Penélope choca los cinco conmigo y gruñe estando de acuerdo. Miro a Wanda y a Ashen.

—Me voy a cobrar todo, Ash —lo señalo y comienzo a contar.

Todos toman distancia.

Ella aun me mira, con una ceja enarcada. Lleva su mano al collar que una vez le regale.

Estoy contigo. Articula, como suele hacer.

Toco el collar que cuelga de mi cuello, la perla negra de Gardeen, para que sepa que lo sé, que no tiene que preocuparse.

Cuando llego al número uno, todos y cada uno vamos por el que tenemos más cerca. Por lo tanto, Wanda y yo intercambiamos miradas antes de ir hacia la otra. Ella no es cuidadosa como Ashen, ella es como Johan, quiere hacerme mejorar siempre, explotarme hasta mi limite y hacerlo más grande. Saco todo lo que retengo dentro de mí, la esquivo y devuelvo los golpes, ella saca sus dientes y yo mis uñas. No podemos evitar reír, sobre todo cuando los demás vienen hacia nosotras. Todos estamos riendo, esquivando y atacando, gruñendo y celebrando, haciendo tumbadas y siendo tumbados. La emoción es palpable, nos gusta esto, nos une. Con cada contrincante que tengo cruzo miradas, veo sus ojos tan distintos brillando con el mismo sentimiento, desahogo. Las risas nos debilitan a todos, pero no podemos detenernos, la cosa es así, el que se canse primero pierde. Y con Johan he trabajado mucho en mi resistencia.

Los Mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora