Capítulo 22 parte 2/2

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"Como estar frente al mar"

Empujo a Ashen lejos de mí y comienzo a buscar una salida.

Mi corazón late sin parar.

Siento que la incomodidad me ahoga, necesito aire, necesito respirar.

- ¡Ariel!

No me detengo, sigo buscando una salida, como si pudiera escapar de ese beso, como si huyendo pudiera borrarlo.

El aire vuelve a mis pulmones en cuanto salgo a la noche, sigue habiendo mucha gente, pero el solo hecho de respirar aire puro me ayuda.

Sin ser capaz de detenerme a tiempo, mi cuerpo colisiona con brusquedad con el de una persona encapuchada. Nuestras miradas se cruzan y la reconozco, es la chica que molestaban en mi primer día.

- ¿Tú? -jadeo recuperando la respiración que perdí por el golpe de nuestros cuerpos.

Está preocupantemente pálida y sus ojos parecen desorbitados.

- Merecemos que la desgracia caiga sobre nosotros -me empuja y su capucha cae descubriendo su cabello rubio. Ella ríe señalándome-. Cuando el final llegue el fuego se teñirá de azul -gruñe con verdadera devoción.

Su atención se pierde en algo tras mi espalda, giro mi rostro y veo venir a un grupo de chicos de mi curso. Ellos tienen sus rostros bañados en colores.

- No dejes escapar a esa jodida lunática, Ariel -se ríe una chica acercándose a la chica.

Me interpongo en su camino con una mirada seria.

- Déjenla tranquila -advierto.

- No sientas lastima por esa cosa -se acerca Kyle-. Está loca.

Vuelvo mi mirada a la chica, no recuerdo su nombre, pero recuerdo perfectamente su mirada aquel día. Ella me recordó a mí misma. Puede que ahora no logre encontrar nada de aquella chica de aspecto humano, pero sigue siendo una persona.

Mágica o no merece respeto, todos lo merecemos.

- Te crees muy listo ¿no es así? -inquiero bufando, Kyle intenta pasarme pero no se lo permito.

La otra chica que lo apoya ve su oportunidad para pasarme al notarme ocupada con Kyle, pero Wanda aparece, mirándola como si fuera la persona más insignificante de la tierra. A mi otro lado llegan Josías y Penélope.

Mis amigos los miran retándolos, pidiéndoles con ansias que alguno se atreva a intentar pasarnos.

- No solo me creo -se ríe-. Lo soy.

Me tomo el tiempo de darle una mirada, de pies a cabeza.

- Si fueras inteligente y no tuvieras alguna deficiencia mental serías completamente capaz de diferenciar lo que es una cosa y una persona -me encojo de hombros-. Y sobre todo, no apoyarías o incitarías el acoso hacia las personas más vulnerables.

Nunca he peleado con alguien de esta forma o fuera del campo de entrenamiento. No sé si lo estaré haciendo bien, lo único de lo que posiblemente soy consciente es que me siento impotente.

- Amiga, no pierdas tu tiempo -Wanda pasa un brazo por alrededor de mis hombros-, tus palabras son mucho para que ese cerebrito procese.

Kyle no presta atención a Wanda, pero sus compañeros sí, todos han retrocedido varios pasos.

- Cuidado, Ariel -dice con seria lentitud-. No siempre estarás rodeada de tus perros.

Mi boca se abre pero un gran cuerpo se interpone entre Kyle y yo, es Ashen. Antes de que él pueda decir cualquier cosa, recupero mi posición.

Los Mestizos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora