12. El juego apenas comienza.

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Melany

Esperaba ansiosa dentro de la casa. No podía dormir, miré el reloj colgado en la pared las 11:30pm y Abel no había llegado. Mis nervios estaban de punta, y en el momento escuché la camioneta detenerse en frente de la casa.

De inmediato me acerqué a la ventana para verlo desmontarse del vehículo. Esperé por él en nuestra habitación, me lancé a sus brazos al momento de entrar.

- Oh my Dios. - Dije nerviosa tomándolo de la mano.

- Estoy bien. - Dijo y me beso en los labios, se separó de mí, sé quito los guantes de mala forma y los dejó encima del Burón.

- ¿Qué pasó? - Dije ansiosa.

- Fue una trampa. - Tomó asiento en la cama. - No estaban allí, nos vieron la cara de estúpidos, hijos de p***...

Me arrodillé detrás de él para darle un masaje en los hombros e intentar calmarlo.

- Estas con vida... Y es lo que me importa. Por favor, es mejor que se retirén de esto, antes de que sea tarde.

- Ya es tarde, Melany. - Dijo levantándose. - Fuimos detrás y jugaron con nosotros como si fuéramos unos malditos idiotas, cosa que no somos.

- Sé que no lo son. - Lo tomé del brazo. - ¿Porqué no te das una ducha? Respira y cálmate...

- ¿Qué me calme? Mataron a un montón de hombres.

- Si. ¿O qué planeas hacer? ¿Estar molesto conmigo toda la noche o pelear sin motivos conmigo? - Me levanté, y el dió un respiro.

- Lo siento, Melany. - Dijo y llevó su mano a la frente. - No he tenido una linda noche, y creo que mañana tampoco tendré un lindo día.

Caminó hasta el baño para encerrarse en el. Sabía que ahora ya era tarde para detenerse, creo que el ego influía mucho en las decisiones que tomaban. Y quisiera creer que no, pero en lo más profundo de mí, sabía que sí.

Al siguiente día:
Johnny:

La mañana me había sonreído. Había recibido una buena noticia, los Holly habían caído en la trampa. Eso quería decir que no solo podían vernos sino que también podían oirnos.

Pensé en todas las posibilidades de como podrían estarnos espiando pero no encontraba ninguna valida. A menos que fuera una traición, me pasee por el pateo de la casa sonriendole a la vida.

No sabía que tipo de reacción tener. Debía de verme con Maikel para saber si ya estaba decidido a aceptar mi propuesta.

Así que tomé una ducha, me vestí y me marché de inmediato a su casa. Él estaba al tanto de que me seguían. Así que también estaba preparado para cualquier eventualidad.

Me bajé del auto, miré a diferentes lugares pero como siempre no veía a nadie. Me introduje a la casa directamente hacia su despacho. Donde nos dimos un abrazo.

- Ha salido perfecto. - Dije mientras tomaba asiento.

- Será perfecto si al final salimos victorioso.Pero me gusta ver tu rostro de alegría. - Dijo.

- ¿Cuál será el siguiente paso? - Pregunté ansioso.

- ¿Para qué? - Me miró fijo. - Él siguiente pasó no te toca darlo a tí, es a él... Porque esto traera una reacción, lo que deben de estar seguro son tus hijos.

- Sé que donde están ellos ni sospechan y están más que seguro. - Dije relajado mientras me recostaba del asiento. - Ellos est-

- No quiero que me lo digas. - Interrumpió Maikel.

¿Seguro Que Eres El Jefe? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora