50. NO DISCULPAS.

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Al siguiente día

Estábamos sentados en el despacho. Ni siquiera sabía porque seguía sentado allí pero quería estar cerca de Jimmy. Los chicos estaban allí para dar explicaciones de lo que había pasado.

- Héctor investigó que este hombre apenas comienza a surgir como narco. Su trabajo princial es de proxeneta, tiene unos cuantos lugares donde hombres importante pueden tener sexo con sus hombres y mujeres... - Comenzó a decir Jimmy. - Y aparte de eso también subasta cosas... Ahora. ¿Pueden decirme como llegaron a un lugar de los de él?

- La idea fue de... Mike, fuimos al club. Porque es área disco y en el segundo piso están las habitaciones... Un hombre comenzó a decir palabras indebida hacia Sofía así que le dije que se detuviera pero continuó. Y me tomó de mala forma por el brazo, lo empujé, se armó una pelea. - Dijo Nico. -

- Típicos de proxenetas al ver mujeres. - Dijo Abel.

- Jefe, sabe bien que no le estamos mintiendo. Sí fallamos sabe que admitiríamos el error. - Dijo Nico. - ¿Procederá a pedir disculpas de todas formas?

- Que papá tomé la decisión. - Respondió Jimmy.

Su padre Albert, alzó la mirada. Para mirarlo y luego mirar al grupo.

- Que proceda la disculpas de todas formas. ¿Quieren saber el porque? - Dijo y dejó el libro que llevaba en manos a un lado. - Primero, nos hacen perder el control de la situación... Parece como si no le ponemos frenos a nuestro propios integrantes. Segundo, Al menos yo quiero evitar problemas a toda costa y no quiero darle excusas a nadie de volver a crear una guerra.

— Bien. — Asintió Jimmy.

— Llamaré ahora mismo a mi amigo para que se comunique con él señor y Jimmy te reunirás con él y le ofrecerás una disculpa. Solo le ofreceras pagar los daños ocasionados a su local. — Dijo volviendo abrir el libro. — Sí desea más, no. No tengo que decirte como negociar.

Albert se levantó y los chicos también. Todos salieron directo hasta la puerta. Se dieron unos cuantos saludos y se marcharon, yo estaba totalmente feliz de que todo se solucionará de esa forma.

Miré a Jimmy por un momento.

— ¿Porqué me miras de esa forma? — Comentó mirándome al mismo tiempo en que un mechón de su cabello caía por su frente.

— Tal vez tenemos cosas de que hablar. — Respondí a lo que me miró fijamente. — Anoche fuiste muy ebrio a nuestra habitación. ¿Crees que puedas detenerte?

— ¿Con qué?

— El alcohol. Sé que te duele lo de tú hermana, pero ya es suficiente. — Comenté. — No me gusta verte de esa forma.

— Está bien. Dejaré de hacerlo. — Respondió y me tomó de la cintura. — Haré lo que digas.

— Que bueno que hayas dicho eso. Porque quiero irme contigo a la reunión con ese hombre. — Respondí.

— ¿Qué? — Dijo. — ¿Porqué?

— Porque quiero. ¿Vas a decirme que no puedo o qué? - Dije mirándole.

- Bueno, está bien. Irás. - Comentó y se soltó de mí.

Al caer la noche

Ya la cita estaba pautada, así que era solo llegar. Como siempre Héctor iba con nosotros, aunque en realidad, era yo el que estaba allí sin ser invitado.

Llegamos al lugar. Nos desmontamos rápidamente del vehículo y caminamos hasta dentro. Era una especie de club erótico o mejor dicho se veía más que un simple sitio erótico.

¿Seguro Que Eres El Jefe? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora