Media noche
Sabía que no iba a aguantar más. Llevaba mucho aguantando, quería tener sexo con él. Estaba desesperandome.
Me dí un trago de alcohol y le dije al oído que fuera a la cocina. Así que marché primero y luego él. Era increíble ver como discutimos y de momento cambiaba todo.
El apareció en la cocina y antes de pensarlo me lancé a sus brazos. Lo besé, y lo acorrale del mostrador.
— Oye. — Dijo tomándome de los hombros. — Vas a hacer que te penetre aquí mismo, cálmate.
— No puedo. — Dije y besé su cuello. — ¿No quieres sentirme? ¿No quieres olerme?
— Ya te he olfateado lo suficiente. — Comentó Tomándome de la cintura. — Me gusta ver cuando te desesperas...
— Lo sé. — Llevé mis manos a su bragueta para abrirla. — Será rápido.
— Enma.... — Dijo. — Hay muchas personas aquí.
— Es que no me importa ¿No lo entiendes? Solo quiero estar con mi esposo, que hagas lo que quieras conmigo.... — Me besó y llevó una de sus manos a mi testilla para pellicar.
— Esta bien. Luego no me grites que me detengas si alguien viene o que te lo haga de espacio. — Dijo a mi oído.
Abrí su pantalón y saqué su miembro erecto de allí, me tomó del pelo y lo colocó en mi rostro. Necesitaba que él jugará conmigo.
Lo llevé a mí boca, había extrañado a mí querido amigo. Lo besé con mucho placer, lo llevé lo más profundo de mí garganta.
— Mierda... — Lo escuché decir. — lo dejé salir todo sucio de mi saliva para volver a introducirlo con mucho más placer, lo ví mirar al techo. — Esta rico...
Lo continúe haciendo por un largo tiempo, pero de repente me alejó de él.
— Voy a ensuciar tú ropa o tú cara si continuas. — Lo llevé de nuevo a mi boca, lo extraje, lo batí con mi mano y abrí mi boca listo para recibir todo.
Lo tragué.
— Eres increíble. Levántate. — Comentó y le obedecí.
Desabrocho mi pantalón para introducir su mano. Y sentir lo húmedo que estaba. Mi piel se erizaba.
— Estas muy excitado. — Comentó a mi oído.
Y en ese momento alguien entro.
— Ah, lo siento. — Dijo su madre retrocediendo.
Reímos. Solo nos había visto hablando de cerca. Pero volví a caer en la realidad cuando deslizo mi ropa interior hasta mí rodillas.
— Ese trasero esta enorme. Te ha hecho bien el gym — Comentó y besó mi oreja.
Luego mi cuello, llevó sus manos dentro mi camisa para acariciar mis testillas, mientras besaba mi cuello, de momento se agacho y mi cuerpo sabía donde iría.
No pude evitar dar un pequeño brinco al sentir su lengua. Él siempre hacia cosas sin ningún pudor alguno.
— Jimmy... Eso ya es demasiado.... — Le dije pero hizo caso miso.
Continuó hasta que quizo. Después se levantó, y sentí su glande en mi trasero. Me tomó de la mano para hacer presión para que entrará.
— Esto está pretado. — Comentó a mí oído. — Me gusta... Me gusta todo de ti.
— Ah... — Comenzaba a entrar. — Ah...
Hasta que finalmente entró. Su movimiento comenzó lento, y en la fiesta parecía que todos se la estaban pasando bien.
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¿Seguro Que Eres El Jefe? (EDITANDO)
RomanceUna trama envuelta entre amor, enemistad, celos y asesinatos. Los hermanos Holly han vuelto a la mafia luego de 3 años de haber tomado la decisión de olvidarse de este tipos de cosas dejándose envolver de sus nuevos enemigos y arrastrando con ellos...