14. "la bomba"

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Al siguiente día

Maikel

Miré el reloj de mí muñeca. Iban camino a hacer las dos de la tarde, no había pasado nada. ¿Cuánto se podrían tardar en dar un golpe luego de haber sentido el enojo de haber perdido la primera confrontación? Respiré hondo mientras recostaba la cabeza del sofá. Pero también era poco tiempo para obtener una reacción.

Pero para los datos que ellos manejan, saben que Johnny viene aquí, a mi casa. Me mostré en la ventana, saben quien soy. Tal vez analizaron que estábamos muy calmados como para estar desarmados. No eran hombre idiotas.

Llevé la mano a mí bolsillo, tal vez debía de relajarme. Tal vez ellos no deseaban tener problemas conmigo sino enfocarse en su objetivo, los hijos de Johnny.

Pero su rostro... Esa noche cuando me vió en la acera del club, fue como si me mirará como me miró la primera vez, con ese mismo odio tan intenso que sentió y que tal vez seguía sintiendo.

Yo toque una de sus joyas preciosas. A su esposo, y no era que me arrepentía de haberlo hecho; de todas formas ya estaba metido en el problema.

Me levanté del asiento para salir de mi despacho y acercarme a la puerta. Todo estaba tranquilo, esto me incomodaba, ¿Qué estaban planeando ellos que no hacían nada? ¿Qué? En ese momento dos camionetas hummer h1, con dos motocicletas se detuvieron frente a mí puerta. debía de ser él.

Algunos 22 hombres se desmontaron de los dos vehículos, mis hombres de inmediato estaban atentos. Llevaban capuchas negras. Sí. Definitivamente era él.

Sin embargo los hombres no hacían nada. Solo se detuvieron allí a mirar fijamente a mí y a mí casa. ¿Qué demonios pretendía? No iba a intimidarme.

— Señor ¿Qué hacemos...? — Comentó uno de mi seguridad. Mientras yo miraba como uno de ellos levantaba su mano saludando. ¿Será él?

— Ellos no han hecho nada. — Comenté.

— ¿Tenemos qué esperar a que nos disparen? — Comentó otro de mis trabajadores.

— Sí hubiesen querido disparar, lo hacen sin tener que bajarse de la camioneta. ¿Entiendes? — Dije con un tono más en serio a lo qué él solo guardo silencio.

No tenían planes de hacer nada. Solo de intimidarme, así era el. Tan él. Caminé hacia el interior de la casa para marcar él número de Johnny.

Nico:

Caminaba en el pateo mientras Johnny estaba sentado en uno de los bancos. No veía nada fuera de lo normal. Ni siquiera sé que puede estar pensando Jimmy, solo sé que estamos metido en esto. Y por lealtad, he vuelto a trabajar con él. De todas formas es mí jefe y un amigo.

En ese momento Johnny se levantó con el teléfono pegado al oído. Yo seguí caminando para apartarme, no quería que se viera sospechoso. De todas formas podía darme cuenta de otra forma.

Cerró el teléfono. Y se vió un poco abrumado. Se acercó a mí.

— Tengo que hablar contigo. — Dijo y caminamos dentro de la casa, hasta su despacho..

— ¿Qué pasa? — Pregunté.

— Maikel el socio del cual te hablé... Me ha llamado diciendo que hay dos camionetas en frente de su casa. — Dijo.

— ¿Y?

— Dos hummer h1, acompañada con algunos 12 hombres encubiertos y armas largas de fuego. — Dijo.

— Mierda... — ¡ha! ¡Esos hollys están locos! — ¿Y que han hecho?

— Solo están detenidos en la avenida, observando la casa. No han hecho más nada. — Dijo.

¿Seguro Que Eres El Jefe? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora