25. Atrapados.

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Jimmy la miraba fijamente con algo de incomodidad. Pues realmente tenía miedo a ser padre.

— Esto no es en serio ¿o sí? — Dijo mirando a su hermana y Enmanuel.

Este llevaba el rostro sonrojado, no sabía sí era de la vergüenza o porque también estaba de acuerdo con la idea de su hermana.

— Sí.  ¿No te gustaría tener un bebé? — Comentó.

— No. — Respondió sin pensarlo, a lo que su esposo lo miró detenidamente con una mirada extraña. — No, quiero, los niños me asustan... Además ¿Porqué tenemos que ser nosotros? No queremos niños.

— Yo sí quiero. — Dijo Enmanuel.

— Pero sí ya tienes una fundación en Miami de darle apoyo, casa, educación a los niños sin hogar. — Dijo Jimmy mirándole.

— No es lo mismo que tener nuestro propio niño. Que viva con nosotros, además... — Lo miró con un brillo en los ojos. — Proveniente de tú hermana.

— Esto es muy complicado. ¿Qué pasará cuando ese niño crezca y haga preguntas, y de dónde está su madre? Todo eso me estresa. — Dijo como si estuviera apuntó de enloquecer.

— Deberías de pensarlo así te alejas un poco mas de la mafia. Un niño sería bueno. — Dijo Tiffany ofreciendo una mirada cariñosa. — Sé que no le daré el debido cariño que merece... Y ustedes sí.

— Ay por Dios. — Se llevó la mano dentro del pelo.

— Apenas este embarazo comienza, tienes 9 meses para que lo pienses Jimmy... — Dijo su hermana antes de levantarse y marcharse.

— ¿En serio no quieres formar una familia conmigo? — Preguntó Enmanuel mirándole a los ojos con algo de tristeza.

— No me gustan los niños... — Respondió. — Piénsalo, soy un  hombre de Mafia, con un niño no estaré en paz... Tengo miedo a ser mal padre y un mal ejemplo para mis hijos. — Lo tomó del hombro.

— ¿Tanto te pesa intentarlo? ¿Planeas estar toda tú vida sin hijos? Si pudiera estar embarazado estoy seguro que me dieras un hijo. — Jimmy deslizó su dedo por su cara.

— Enmanuel... Voy a pensarlo.... — Le dijo y luego lo besó en los labios. — Quiero salir de este problema que tenemos.

Su teléfono sonó, lo sacó del bolsillo para encontrarse con una llamada de Alejandro. Jimmy miró el teléfono fijamente, Enmanuel se giró de espaldas dudando si responder o no. Jimmy se acercó a él sosteniéndolo por la cintura para besar suavemente su cuello.

— ¿No soy yo lo suficiente para tí? — Dijo a su oído, Enmanuel tumbó la llamada. — ¿Porqué no respondiste?

— ¿Para qué?¿Para que ardas en la llama de los celos y te la pases de mal humor.... ? — Dijo. —

— No quiero que vuelvas a verlo. — Lo tomó ligeramente de la barbilla. — Ni hablarle, ni que te envie rosas, me descontrola... Y ahora sé que te lo encuentras una tentación.

— Te diré esto una sola vez, solo me excito hasta el punto más alto de excitación que pueda tener, contigo. — Dijo con una voz frágil. — Dudo que otro hombre lo haga y me enloquezca en la forma en la que lo haces.

— Soy tú droga. Lo sé. — En ese momento Abel pasó.

— Lo siento. — Dijo, a lo que Jimmy soltó a Enmanuel. — Necesitamos hablar.

— ¿Escapó? — Preguntó mientras se giraba.

— Hablé con Nico y dice que encontró una puerta en la oficina de Johnny, debajo de su escritorio. No ha podido abrirla pues siente que es observado por uno de sus compañero llamado Paul. Pero que probablemente intentará abrir esa puerta esta noche.

¿Seguro Que Eres El Jefe? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora