47. ¿Crees en mí?

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Al siguiente día

Abrí los ojos, miré el reloj faltaban 15 para la diez de la mañana. Me levanté de la cama luego de haber limpiado mis ojos, caminé hasta el baño a tomar una ducha.

Luego salí. Me dolía la cabeza. Había bebido lo suficientemente la noche anterior, salí hasta la sala viendo como la criada me daba buenos días antes de entrar a mi habitación para limpiar.

Me senté en la mesa para desayunar. No sé donde estaba Enmanuel. Pero seguramente que estaba cerca, Héctor apareció saliendo de la cocina con un vaso de jugo.

— Tengo lo que me pediste. — Comentó sentándose a mi lado. — Buenos días.

— Buenos días. ¿De quién es el número? — Pregunté y le dí una mordida a mi sándwich.

— No es buena noticia. — Respondió.

— Dime ya. — Comenté.

— De Alejandro. — Respondió. — Pero Jimmy. — Puso su mano en mi brazo. — No puedes adelantarte a pensar cosas, que hayan hablado no quiere decir que haya sido sobre algo indebido.

— Me sorprende que esas palabras tan estupidas vengan de ti, Héctor. — Dije y lo miré fijamente. — Es el hombre por quien fuí a la cárcel. ¿Porqué tiene que hablarle?

— No sabes si es el que está molestando. — Continuó.

— Bien. Se que lo ha estado buscando, lo ha llamado varias veces pero él respondió su llamada. También ví algunos mensajes... Donde Alejandro le escribía.... Que lo perdonará que lo amaba, además ¿Donde estaba con el teléfono apagado? — Pregunté..

— No sé que es mejor, si hablas con él o si mejor sigues investigando. — Comentó apartando su mano. — No creo que Enmanuel éste con ese hombre.

En ese momento Enmanuel apareció sonriente con Joshua. Frente a mí.

— Buenos días Jimmy. — Comentó acercándose a la mesa. — ¿Como estuvo tú noche?

— Bien gracias. — Respondí.

— ¿A que hora llegaste? — Preguntó y miro a Héctor que intento desviar su mirada.

— Estaba borracho. No recuerdo del todo. — Respondí y me dí un trago de jugo.

— ¿A que hora, Héctor? — Le pregunté.
— También estaba ebrio. No recuerdo. — Enmanuel golpeo la mesa.

— Mentira. Si Jimmy estaba ebrio tú estabas sobrio. — Le dijo a lo que giré los ojos. — ¿A qué hora? — Le asentí con la cabeza.

— A las 3:45am. — Respondió.

— ¿Que diligencias haces a esa hora? ¿Podrías decirme? — Comentó sentándose.

— Yo tal vez deba d— Decía Héctor cuando Enmanuel lo interrumpió diciendo que no podía moverse de la mesa.

— Hice algunas cuantas diligencias . — Respondí. — Y luego me quedé en el casino tomando con Héctor y otros socios. ¿No es así Héctor?

— Sí. — Respondió.

— Ahora ¿Me puedes decir porque llevabas tú teléfono apagado? — Pregunté y su actitud cambio de inmediato.

— Porque se había descargado. — Respondió intentando demostrar seguridad en su repuesta. Pero se le olvidaba que me había enamorado tan profundo de él que sabía hasta sus mínima facciones.

— ¿Y porqué llegaste reclamando? Porque si te llamé unas cuantas veces. — Héctor se levantó de la mesa y se marchó.

— En todo el tiempo que estuvo encendido no llamaste. — Dijo. — Además yo soy que tengo que reclamarte, ¿Qué eso de no despedirte de mí? — Comentó.

¿Seguro Que Eres El Jefe? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora