01

605 39 6
                                    

¿Quién eres tú para conocer el tipo de gente con el cual te encuentras?.
¿Realmente te crees un brujo o un sabio?.
¿Cómo saber si realmente estás a salvo?.
Ningúna respuesta hay, puede que vivas en el famoso mundo del engaño donde todo el mundo te esté mintiendo ¿Qué conocemos de la verdad?, Acaso ¿Sabemos el verdadero significado de aquella palabra?. Amor//verdad//traición. No lo sabemos.

SanHa es un sujeto rubio de cabellos largos debido a sus rizos con los cuales cargaba siempre, se dirigía rumbo a su trabajo de medio tiempo con el cual contaba para sus ahorros universitarios ya que estaba a punto de ingresar a este y no era lo más barato que podía conseguir.
Vivía con una familia llena de amor, pues sorprendentemente tenía dos padres donde uno de ellos engendró a SanHa debido a su gran don de conceder hijos, realmente nada le faltaba, sus estudios eran buenos pero no excelentes, era amable, sincero y bondadoso si realmente querías un buen novio este es el perfecto para ti. Lo malo de todo es que aquel sujeto vive con aquel don que su padre le heredó. Siendo de él terrible por el hecho de tener que cuidarse de la humanidad.

Estando listo corrió a la estación de autobuses más cerca y así mismo tomar el primer bus que llegare, pues si quería llegar temprano tenía que estar a tiempo, ya que usualmente no lo hacía era otro defecto suyo.

A causa de su mala suerte el transporte público realmente estaba lleno de gente, era horrible el olor a personas en conjunto.
SanHa lo detestaba, caminó hasta el fondo de este y logró obtener un asiento, sin embargo una mujer embarazada se encontraba de pie y este como buena persona que era le cedió el asiento, dirigiéndose a otro sitio de pie.

Realmente fue malo que se soltase de la barra con el fin de cambiar de sitio, pues aquel autobús había dado vuelta y esta persona siendo tan delgada y con sus dieciocho años de edad logró caer en algo blando, por el temor había cerrado sus ojos pero decidió abrirlos lentamente al sentir que seguía vivo encontrándose con una bella sonrisa de un chico pelinegro.

-¡Lo siento! ¡Lo siento! No, no fue mi intención.-Con sus ojos enormes debido al susto se puso de pie rápidamente estando avergonzado.

-Tranquilo, siéntate.-Tomando la mano de aquel con rizos ordenó aquel de cabellos negros poniéndose de pie.-Una persona linda como tú no debería estar de pie.

Y con ello aquel rubio asintió tomando asiento donde le habían otorgado.

-Gra...Gracias.-SanHa sin querer mirarlo debido al nerviosismo mantuvo su cabeza baja, a pesar de que aún sentía que el chico sonreía.

-Cha, Cha EunWoo.-Con ello el rubio tras escuchar el nombre de la persona le miró atentamente a los ojos viendo cómo aquel era amable y además muy apuesto.

-Yoon SanHa.-Dijo estrechando su mano temblorosa con la blanca y bien formada manos del pelinegro.

Parecía que la sonrisa la tenía tatuada en el rostro pues para nada se iba de su gesto y realmente aquello enloquecía a el rubio.

-Yo me bajo aquí, espero verte otro día SanHa.-Dicho aquello EunWoo dió media vuelta y caminó para bajarse del autobús y colocar su capucha de aquella sudadera negra que tenía puesta en aquel instante.

El rubio lo miró irse y sonrió para si mismo, pues había encontrado la persona perfecta para mantener su vida a lado de aquel, se sentía realmente feliz y no podía dejar de expresarlo, había ocurrido algo realmente mavilloso en su vida, jamás olvidaría ese día al mismo tiempo que se dijo que ningún otro día llegaría tarde al trabajo pues así podría volver a encontrarse a aquel extraño sujeto guapo.

Estaba tan perdido que olvidó donde era su parada y ya se había pasado.

-¡Detengase! ¡Alto! Bajarme aquí.-Gritaba caminando hasta el chófer pero este le ignoró.

-Detrás de la línea.-Fueron las únicas palabras que salieron de este provocando mayor preocupación en el sujeto pues sería otro día donde llegaría tarde.

En efecto cruzaba aquella línea donde los civiles no podían cruzarla para no interrumpir al chófer, así que tuvo que esperar la siguiente parada y así mismo bajarse a tomar otro autobús que le llevará a su parada deseada.

-De nuevo tarde, el tiempo es dinero Yoon, por eso te tocará cerrar la tienda y mañana en la mañana a primera hora regresaré supervisando que todo esté en orden y perfectamente acomodado.

Trabajar en una joyería era demasiado horrible y más si tienes un jefe como el que SanHa tenía, ya estaba harto pero realmente necesitaba el dinero así que solo suspiró observando cómo aquel adulto se alejaba del local.

Era aburrido estar allí encerrado por lo que el empleado se puso a limpiar un poco el local, vendiendo dos sortijas de compromiso y un reloj de buena marca reconocida.

-Cinco minutos.-Contando el tiempo que le quedaba para trabajar miraba la hora en su celular un poco desesperado.

Quedando solamente un minuto este quiso comenzar a cerrar el local pero la entrada de tres sujetos con un cubrebocas negro y capuchas del mismo color.

-Lo siento está cerrado.-Dijo de forma calmada pero lo único que recibió fue una amenaza con un arma.

Aquel chico con el arma amenazante demosteandose verdaderamente capaz de utilizar su artefacto.

-¡Rápido Dong!.-Gritó aquel uno de los que estaban cuidando la espalda al mencionado.

Realmente no sabía que le ocurría al chico armado, normalmente hacía bien su trabajo y entre su trío él era el líder y el único en el cual su jefe podría comunicarse.

-Llamaré a la policía.-Dijo el rubio tomando su celular pero rápidamente sintió como aquella arma se posaba en su cuello, podía sentir lo frío que estaba este.

-Si llamas a las autoridades, tirare del gatillo y tu cabeza volará.-De forma sería amenazó aquel líder del grupo.-Rápido, las joyas.

-Dong, veo una patrulla policíaca a unas cuántas cuadras. ¡Apresúrate!.

-¿Ya Oíste? Muévete rápido.

-Si...si.-Respondió temeroso aquel rubio caminando lentamente a tomar la llave para abrir donde tenían algunas joyas en pulseras o collares.

El chico del arma no pudo más y tiró del gatillo disparando en dirección al suelo, con aquel fuerte ruido SanHa rápidamente se cubrió debajo de la mesa debido al susto que se dió.
Sirenas de la policía se escuchaban más cerca y lo único que logró escuchar fue el nombre del sujeto quien lo había amenazado.

-¡Apresúrate DongMin!.

-Volveremos gallinita.-De nuevo aquella voz quien gritaba cuidando de las patrullas policiales se escuchó.

SanHa no soportó más y soltó el llanto debido a su corazón agitado a mil por segundo se puso de pie en cuanto escuchó a la policía estar con él.

-¿Todo bien? ¿Esta usted a salvó?.

SanHa simplemente asintió temeroso viendo como su jefe llegaba furioso en aquel vehículo del último año acercándose.

-¡YOON! En momentos así tienes que llamar a la policía, ¿Eres idiota o qué? ¿Por qué no lo hiciste? Si algo desaparece tu pagarás por ello ¿De acuerdo?. ¡Por Dios mi piso! Mi bello, bello piso.

SanHa no soportó el ruido de los oficiales investigar la situación y escuchar los reclamos de su jefe así que salió corriendo lejos de allí, pero debido al miedo no logró caminar mucho por lo que cayó al suelo poniéndose lentamente de pie.

-Joven, le llevaré a casa, usted no está en condiciones para andar solo a estas horas.-Un policía le había seguido así que SanHa asintió.

Siendo así su primera vez en subir a una de aquellas patrullas policiacas.
Se sentía aún asustado pero cuando llegó a casa y vió a sus padres corrió abrazándoles para llorar en sus brazos, mientras los adultos escuchaban lo sucedido en la joyería.

Había sido un terrible susto para él, pero por primera vez en su vida había conocido la persona especial, esa persona especial del cual sus padres tanto le hablaron.

C'EST MA FAUTE (EUNSAN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora